Después del desastre del descenso y la caída a la Serie B, Cobolli y Blanc pregonaron que el nuevo modelo que iba a seguir la Juve sería el de jóvenes italianos criados en casa al que se le sumarían las estrellas extranjeras que no se encontrasen en la propia cantera. Jóvenes y estrellas, una mezcla ideal. Un proyecto que todos aceptamos enseguida, sabedores, muchos, de lo mucho y bueno que escondía el Centro Sportivo de Vinovo. Sin embargo se quedó en una mera proclama casi inútil después de la vuelta a la Serie A. Los debutantes De Ceglie, Marchisio y Giovinco se fueron al Siena el primero y al Empoli los otros dos. Volvió Criscito de su cesión al Genoa para formar en el centro de la defensa junto a Jorge Andrade, pero mientras que la confianza en Tiago ha durado dos años y medio, en el joven no confiaron ni dos meses.
Resulta paradójico. Volvió también Nocerino; lo hizo bien, pero no dudaron en mandarle al Palermo para conseguir a Amauri. Junto a Lanzafame, que ahora, cosas del destino, se ha convertido en el principal objetivo del mercado de la Juve. Y, aunque parezca mentira, un objetivo casi inalcanzable. Sí, ahora, con la emergencia de lesiones, el cambio de sistema y el bajo rendimiento de algunos (o muchos) jugadores, Bettega, según Tuttosport, piensa en devolver a casa todos los jóvenes que anteriormente Secco y Blanc han dispersado por Italia. Cierto, en ocasiones ha sido un método acertado, pero siempre ha faltado confianza en los jóvenes a pesar de lo que se dice desde los despachos. Marchisio, Giovinco y De Ceglie volvieron tras sus cesiones de un año. Los tres con buenos resultados y sus respectivos retoques de contrato. Se han convertido en jugadores importantes (aunque unos, o uno, más que otros) y han reforzado, aunque hasta la emergencia nadie ha pensado en retomar la pista de la juventud como base del éxito.
Fue identidad de la Juve de Ranieri hacer de la necesidad una virtud. Pero las virtudes han sido malinterpretadas en demasiadas ocasiones. Devolverlos a casa es, aunque tardío, un acierto que puede ser de un hombre que no empezó este proyecto, pero sí puede reforzarlo refundando sus pilares básicos. Bettega quiere a Lanzafame ya. Quiere la vuelta de todos (también de unos más que otros), pero la vuelta de Davide es esencial. Es un jugador polivalente que falta. Que puede ocupar todas las posiciones del ataque, en todos los esquemas. Ha rendido como extremo en cualquiera de las dos bandas en el 4-3-3 y en el 4-4-2, como delantero y como enganche. Es rápido, es habilidoso y además tiene una gran fortaleza física, algo poco habitual en un jugador de sus características. En definitiva, es el jugador que le falta a la Juve. El presidente del Parma Tommaso Ghirardi confirmó hace dos días la llamada de Bettega: “Es cierto, Bettega me ha llamado, pero nosotros no podemos debilitar así al equipo a final de la primera vuelta. Si la Juve ofreciese alguna contrapartida adecuada, se podría hablar, pero no parece en disposición de ofrecer nadie”.
Esa “contrapartida adecuada” tiene nombre y apellidos: Paolo y De Ceglie. Pero la Juve, o Bettega, que quiere/n retomar la línea de la Juventud no entiende/n privarse de uno de sus mejores exponentes. Parece que la negociación no tiene una solución fácil de llegar en las próximas horas. Dicen desde Parma que sin De Ceglie no hay opción, aunque el agente de Lanzafame, Silvano Martina, llegó ayer a Roma y está a disposición de Juve y Parma (aunque no hay que olvidar al Palermo, que posee el 50% de los derechos del jugador) para firmar los contratos. El riesgo, pero, es real y poco conveniente.
Discurso similar en el fondo, pero no en las formas el que concierne a Paolucci y Ekdal, ambos en el Siena. El delantero más prolífico de la historia de las categorías inferiores de la Juve está en copropiedad con el Siena, que pagó más de tres millones de euros en verano por su mitad de ‘cartellino’, por lo que es lógico que no está dispuesto a privarse del delantero sin recibir nada a cambio. Tampoco de Ekdal, aunque en su caso juega en la Toscana como cedido y pertenece en su totalidad a la Juve. La Juve pretende su regreso para cubrir las vergüenzas mostradas hasta ahora y poder cumplir las aspiraciones futuras, seguramente condicionadas por el resultado del inminente choque contra el Milan. El sueco ha mostrado en el Artemio Franchi que tiene una buena visión de juego, toque, llegada, potencia y buena presencia física; cualidades, todas ellas que tendrá que seguir afinando quizá en la Juve. Pero otro punto que complica su posible vuelta en este mes, además de la voluntad contraria del Siena de perder a dos jugadores luchando por la salvación es el vacío de poder que existe en el equipo senese en medio de un cambio de directiva inmediato, pero que no se concretará hasta finales de mes (Mezzaroma sustituirá a Stronati al frente del equipo).
Un ‘aparte’ merecen los casos de Palladino y Criscito, que jugaron en la Juve y fueron rechazados por bajo rendimiento en un puesto erróneo en el caso de Criscito, que ha demostrado cual es su verdadera posición, y por no se sabe qué en el caso de Raffaele, que siempre jugó bien con Ranieri. Ambos están en la lista de objetivos, aunque su vuelta no será ni mucho menos fácil. Se han formado como futbolistas de nivel en el Genoa, un club y una ciudad que los ha valorado y ha confiado en ellos y que, además, tiene la mitad de los derechos de cada uno de los futbolistas, ambos titulares asiduos para Gasperini. La cuestión tendrá que esperar su resolución hasta verano, seguramente. Porque la Juve ahora ni puede ni le interesa meterse en estos túneles de mercado que no tienen final aparente. Se pretendía recuperar a los jóvenes con facilidad y en cuestión de pocos días y sin embargo parece una misión casi imposible y que necesitará una buena inversión económica difícil de soportar en las cuentas de esta temporada. Es el resultado de la mala gestión de un proyecto que tomó el rumbo equivocado. Las consecuencias del ‘puedo y no quiero’ que han seguido Blanc y Secco con un cinismo absoluto. Sin embargo, la buena noticia, es que todo esto aún puede arreglarse, aunque con consecuencias no precisamente buenas para el desarrollo de esta temporada y el futuro inmediato del equipo. La esperanza es que la Juve puede. Eso sí, sólo si quiere.
Resulta paradójico. Volvió también Nocerino; lo hizo bien, pero no dudaron en mandarle al Palermo para conseguir a Amauri. Junto a Lanzafame, que ahora, cosas del destino, se ha convertido en el principal objetivo del mercado de la Juve. Y, aunque parezca mentira, un objetivo casi inalcanzable. Sí, ahora, con la emergencia de lesiones, el cambio de sistema y el bajo rendimiento de algunos (o muchos) jugadores, Bettega, según Tuttosport, piensa en devolver a casa todos los jóvenes que anteriormente Secco y Blanc han dispersado por Italia. Cierto, en ocasiones ha sido un método acertado, pero siempre ha faltado confianza en los jóvenes a pesar de lo que se dice desde los despachos. Marchisio, Giovinco y De Ceglie volvieron tras sus cesiones de un año. Los tres con buenos resultados y sus respectivos retoques de contrato. Se han convertido en jugadores importantes (aunque unos, o uno, más que otros) y han reforzado, aunque hasta la emergencia nadie ha pensado en retomar la pista de la juventud como base del éxito.
Fue identidad de la Juve de Ranieri hacer de la necesidad una virtud. Pero las virtudes han sido malinterpretadas en demasiadas ocasiones. Devolverlos a casa es, aunque tardío, un acierto que puede ser de un hombre que no empezó este proyecto, pero sí puede reforzarlo refundando sus pilares básicos. Bettega quiere a Lanzafame ya. Quiere la vuelta de todos (también de unos más que otros), pero la vuelta de Davide es esencial. Es un jugador polivalente que falta. Que puede ocupar todas las posiciones del ataque, en todos los esquemas. Ha rendido como extremo en cualquiera de las dos bandas en el 4-3-3 y en el 4-4-2, como delantero y como enganche. Es rápido, es habilidoso y además tiene una gran fortaleza física, algo poco habitual en un jugador de sus características. En definitiva, es el jugador que le falta a la Juve. El presidente del Parma Tommaso Ghirardi confirmó hace dos días la llamada de Bettega: “Es cierto, Bettega me ha llamado, pero nosotros no podemos debilitar así al equipo a final de la primera vuelta. Si la Juve ofreciese alguna contrapartida adecuada, se podría hablar, pero no parece en disposición de ofrecer nadie”.
Esa “contrapartida adecuada” tiene nombre y apellidos: Paolo y De Ceglie. Pero la Juve, o Bettega, que quiere/n retomar la línea de la Juventud no entiende/n privarse de uno de sus mejores exponentes. Parece que la negociación no tiene una solución fácil de llegar en las próximas horas. Dicen desde Parma que sin De Ceglie no hay opción, aunque el agente de Lanzafame, Silvano Martina, llegó ayer a Roma y está a disposición de Juve y Parma (aunque no hay que olvidar al Palermo, que posee el 50% de los derechos del jugador) para firmar los contratos. El riesgo, pero, es real y poco conveniente.
Discurso similar en el fondo, pero no en las formas el que concierne a Paolucci y Ekdal, ambos en el Siena. El delantero más prolífico de la historia de las categorías inferiores de la Juve está en copropiedad con el Siena, que pagó más de tres millones de euros en verano por su mitad de ‘cartellino’, por lo que es lógico que no está dispuesto a privarse del delantero sin recibir nada a cambio. Tampoco de Ekdal, aunque en su caso juega en la Toscana como cedido y pertenece en su totalidad a la Juve. La Juve pretende su regreso para cubrir las vergüenzas mostradas hasta ahora y poder cumplir las aspiraciones futuras, seguramente condicionadas por el resultado del inminente choque contra el Milan. El sueco ha mostrado en el Artemio Franchi que tiene una buena visión de juego, toque, llegada, potencia y buena presencia física; cualidades, todas ellas que tendrá que seguir afinando quizá en la Juve. Pero otro punto que complica su posible vuelta en este mes, además de la voluntad contraria del Siena de perder a dos jugadores luchando por la salvación es el vacío de poder que existe en el equipo senese en medio de un cambio de directiva inmediato, pero que no se concretará hasta finales de mes (Mezzaroma sustituirá a Stronati al frente del equipo).
Un ‘aparte’ merecen los casos de Palladino y Criscito, que jugaron en la Juve y fueron rechazados por bajo rendimiento en un puesto erróneo en el caso de Criscito, que ha demostrado cual es su verdadera posición, y por no se sabe qué en el caso de Raffaele, que siempre jugó bien con Ranieri. Ambos están en la lista de objetivos, aunque su vuelta no será ni mucho menos fácil. Se han formado como futbolistas de nivel en el Genoa, un club y una ciudad que los ha valorado y ha confiado en ellos y que, además, tiene la mitad de los derechos de cada uno de los futbolistas, ambos titulares asiduos para Gasperini. La cuestión tendrá que esperar su resolución hasta verano, seguramente. Porque la Juve ahora ni puede ni le interesa meterse en estos túneles de mercado que no tienen final aparente. Se pretendía recuperar a los jóvenes con facilidad y en cuestión de pocos días y sin embargo parece una misión casi imposible y que necesitará una buena inversión económica difícil de soportar en las cuentas de esta temporada. Es el resultado de la mala gestión de un proyecto que tomó el rumbo equivocado. Las consecuencias del ‘puedo y no quiero’ que han seguido Blanc y Secco con un cinismo absoluto. Sin embargo, la buena noticia, es que todo esto aún puede arreglarse, aunque con consecuencias no precisamente buenas para el desarrollo de esta temporada y el futuro inmediato del equipo. La esperanza es que la Juve puede. Eso sí, sólo si quiere.




0 comentarios:
Publicar un comentario