Si un equipo tiene que agradecerle mucho a los designios del sino, hay que reconocerlo, es la Juventus. Sin ir más lejos, la pasada semana en el Massimino, la fortuna nos obsequió con un gol en el descuento que nos dio tres puntos importantísimos. El partido de hoy llegaba con la aureola de vital para la lucha por el título final. Era la ocasión de oro para reducir la desventaja con respecto al Inter, que tenía derbi después. La jornada para la Juve se presentaba larga, 'jugando' en dos estadios con seis horas de diferencia. Pero la mala suerte hizo que adelantar todos los pensamientos al sábado: cuando parecía que la delantera histórica de la Juve iba a volver para batir a la Samp, Trezeguet, a vueltas con sus problemas musculares, se caía de la convocatoria por una elongación en el muslo.
Nos podrán tener más o menos contentos las múltiples ocasiones clarísimas de gol, el buen juego que desarrolló ayer la Juve, pero más allá de esas ocho ocasiones, de esos cuatro tiros que se estreyaron en los palos y el travesaño, queda el 1-1 final, que unido a la ulterior victoria interista, nos priva casi definitivamente del Scudetto. Se apagan después de un buen partido, un mal resultado, mucha mala suerte y la enésima ayuda arbitral al Inter las ilusiones de la Juve, que desde principios de octubre jugaba con la obligación de obtener tres puntos y esperar que no lo hiciera el Inter. Al final, como muchos preveían, el título será para el Inter y todo el sufrimiento de la Juve se podrá definir con una frase hecha tan típica como realista: la Juve ha sufrido nadando para morir en la orilla. Con el equipo obligado a ganar, en 2009 ya se han perdido 10 puntos de 21 posibles y la otrora mejor defensa de Europa ha encajado ocho goles en siete partidos. Como ya se ha dicho, así no se puede esperar coger al que está por delante, sino que corres el riesgo de que te pillen los que vienen por detrás.
Pero ayer, no podemos decir más, hubo mucha mala suerte: la mayor concentración de 'sfortuna' por hora la vimos ayer en los primeros diez minutos: derechazo de Nedved que Castellazzi encuentra para desviar, posterior remate de cabeza de Mellberg que se perdía por muy poco y gran taconazo de Del Piero a pase de Molinaro que se iba a centímetros de la meta sampdoriana. Sin embargo, a los once minutos, un balón suelto que cazaba Cassano lejos del arco de Buffon encontraba la ayuda de una defensa desorganizada para romper el fuera de juego, asistir a Pazzini y dejar al meta juventino sólo, sin nada que hacer, ante su último penalti en movimiento que le han lanzado desde su retorno entre los palos de la Juve. ¿Qué se podía hacer ante una cosa así? Mirarse las caras y resurgir. Y es lo que hizo la Juve, y lo hizo muy bien. Sin duda, el de ayer fue el mejor partido de 2009: la Juve dominó de principio a fin, atacó, presionó, tuvo muchísimas ocasiones, rompió la defensa de la Samp, pero todo quedó en un triste empate ante un rival que llegaba a Turín habiendo obtenido sólo seis puntos en sus seis últimos partidos. Marcó y desapareció el equipo de Mazzarri y su única aparición más en los resumenes de televisión será, para no quedar tan mal ante la mirada de todos, un centro-chut de Cassano que pegó en un defensa juventino y que apunto estuvo de colarse en la portería de Buffon (pegó en el palo).
A partir de ahí, el partido fue 100% para la Juve y para la mala suerte. Cierto, Amauri no marcaba gol desde el 21 de diciembre y Del Piero no hacía lo propio desde hace un mes y dos días, pero por otras causas. Ayer lo pusieron todo de su parte, pero hubiese sido mejor quedarse en casa. Con la buena colaboración de Tiago, cubierto, aunque mal, por Poulsen, Alex se echó el equipo a la espalda y escribió el manual del buen fútbol: por mucho que algunos se empeñen en convertirlo en una batalla física, en hacer robots de los futbolistas, el talento es lo que cuenta. El talento es lo que decide. Y el talento es precisamente lo que le falta a esta Juve, aunque ese es otro tema. Ayer, Ranieri también puso de su parte. Lo que no supo, pudo o quiso hacer en Catania lo hizo ante la curva bianconera: dio entrada con el segundo tiempo a Giovinco por Poulsen, deshizo la táctica, removió el centro del campo y pasó a una defensa de tres que vista la efectividad mostrada en los varios partidos que se ha puesto en práctica puede ser un recurso nada desdeñable a la hora de resolver los problemas que está mostrando la línea de cuatro final. Ranieri rehizo la defensa con Grygera, Mellberg y Legrottaglie en el centro, adelantando la posición de un grandísimo Molinaro a la altura opuesta de la banda derecha en la que Marchionni había sustituido a un Camoranesi que mientras estuvo en el campo lo hizo bien. Nedved quedaba en el centro, cerca de Tiago (mucho más deslucido en el segundo período), mientras que Giovinco se movía entre líneas.
Así lo intentó la Juve, aún a riesgo de darle más libertad a la Samp, pero aún siendo una versión mejorada del equipo del primer tiempo, la mala suerte siguió ahí. A donde no llegaba Castellazzi, estaban los palos. El portero de la Samp estuvo perfecto al poco de la reanudación cuando cazó balón y pié de Amauri para impedir el primer gol de la Juve. Un primer gol que llegaría en el 21' en la enésima reivindicación del talento y la técnica, en la demostración de que el físico y el músculo no lo es todo: el más bajito de la clase perforaba la defensa rival y ponía una genial asistencia para que Amauri de cabeza, esta vez sí, batiese a Castellazzi. Después del empate, la Juve perdió un poco de impetu. Quizá porque dos minutos después, un libre directo de mago de Del Piero golpeó primero el larguero y después el palo derecho de Castellazzi. Era mucha mala suerte. A diez minutos del final, Ray Wilkins, segundo entrenador del Chelsea, abandonaba la grada del Olimpico. Un partido tan desafortunado no permitía conclusiones de provecho para su equipo. A la salida dijo "somos cuartos en la Premier, podemos ganarlo todo". Mentira. No les queda otra cosa que ganar la Champions. Como a la Juve, visto que después, en el derbi de Milan descubrimos el misterio de las asignaciones arbitrales en Italia: los partidos, como los títulos, se asignan al Inter. Y si no pueden ganar, hay que echarles una mano. Mucha mala suerte.
Nos podrán tener más o menos contentos las múltiples ocasiones clarísimas de gol, el buen juego que desarrolló ayer la Juve, pero más allá de esas ocho ocasiones, de esos cuatro tiros que se estreyaron en los palos y el travesaño, queda el 1-1 final, que unido a la ulterior victoria interista, nos priva casi definitivamente del Scudetto. Se apagan después de un buen partido, un mal resultado, mucha mala suerte y la enésima ayuda arbitral al Inter las ilusiones de la Juve, que desde principios de octubre jugaba con la obligación de obtener tres puntos y esperar que no lo hiciera el Inter. Al final, como muchos preveían, el título será para el Inter y todo el sufrimiento de la Juve se podrá definir con una frase hecha tan típica como realista: la Juve ha sufrido nadando para morir en la orilla. Con el equipo obligado a ganar, en 2009 ya se han perdido 10 puntos de 21 posibles y la otrora mejor defensa de Europa ha encajado ocho goles en siete partidos. Como ya se ha dicho, así no se puede esperar coger al que está por delante, sino que corres el riesgo de que te pillen los que vienen por detrás.
Pero ayer, no podemos decir más, hubo mucha mala suerte: la mayor concentración de 'sfortuna' por hora la vimos ayer en los primeros diez minutos: derechazo de Nedved que Castellazzi encuentra para desviar, posterior remate de cabeza de Mellberg que se perdía por muy poco y gran taconazo de Del Piero a pase de Molinaro que se iba a centímetros de la meta sampdoriana. Sin embargo, a los once minutos, un balón suelto que cazaba Cassano lejos del arco de Buffon encontraba la ayuda de una defensa desorganizada para romper el fuera de juego, asistir a Pazzini y dejar al meta juventino sólo, sin nada que hacer, ante su último penalti en movimiento que le han lanzado desde su retorno entre los palos de la Juve. ¿Qué se podía hacer ante una cosa así? Mirarse las caras y resurgir. Y es lo que hizo la Juve, y lo hizo muy bien. Sin duda, el de ayer fue el mejor partido de 2009: la Juve dominó de principio a fin, atacó, presionó, tuvo muchísimas ocasiones, rompió la defensa de la Samp, pero todo quedó en un triste empate ante un rival que llegaba a Turín habiendo obtenido sólo seis puntos en sus seis últimos partidos. Marcó y desapareció el equipo de Mazzarri y su única aparición más en los resumenes de televisión será, para no quedar tan mal ante la mirada de todos, un centro-chut de Cassano que pegó en un defensa juventino y que apunto estuvo de colarse en la portería de Buffon (pegó en el palo).
A partir de ahí, el partido fue 100% para la Juve y para la mala suerte. Cierto, Amauri no marcaba gol desde el 21 de diciembre y Del Piero no hacía lo propio desde hace un mes y dos días, pero por otras causas. Ayer lo pusieron todo de su parte, pero hubiese sido mejor quedarse en casa. Con la buena colaboración de Tiago, cubierto, aunque mal, por Poulsen, Alex se echó el equipo a la espalda y escribió el manual del buen fútbol: por mucho que algunos se empeñen en convertirlo en una batalla física, en hacer robots de los futbolistas, el talento es lo que cuenta. El talento es lo que decide. Y el talento es precisamente lo que le falta a esta Juve, aunque ese es otro tema. Ayer, Ranieri también puso de su parte. Lo que no supo, pudo o quiso hacer en Catania lo hizo ante la curva bianconera: dio entrada con el segundo tiempo a Giovinco por Poulsen, deshizo la táctica, removió el centro del campo y pasó a una defensa de tres que vista la efectividad mostrada en los varios partidos que se ha puesto en práctica puede ser un recurso nada desdeñable a la hora de resolver los problemas que está mostrando la línea de cuatro final. Ranieri rehizo la defensa con Grygera, Mellberg y Legrottaglie en el centro, adelantando la posición de un grandísimo Molinaro a la altura opuesta de la banda derecha en la que Marchionni había sustituido a un Camoranesi que mientras estuvo en el campo lo hizo bien. Nedved quedaba en el centro, cerca de Tiago (mucho más deslucido en el segundo período), mientras que Giovinco se movía entre líneas.
Así lo intentó la Juve, aún a riesgo de darle más libertad a la Samp, pero aún siendo una versión mejorada del equipo del primer tiempo, la mala suerte siguió ahí. A donde no llegaba Castellazzi, estaban los palos. El portero de la Samp estuvo perfecto al poco de la reanudación cuando cazó balón y pié de Amauri para impedir el primer gol de la Juve. Un primer gol que llegaría en el 21' en la enésima reivindicación del talento y la técnica, en la demostración de que el físico y el músculo no lo es todo: el más bajito de la clase perforaba la defensa rival y ponía una genial asistencia para que Amauri de cabeza, esta vez sí, batiese a Castellazzi. Después del empate, la Juve perdió un poco de impetu. Quizá porque dos minutos después, un libre directo de mago de Del Piero golpeó primero el larguero y después el palo derecho de Castellazzi. Era mucha mala suerte. A diez minutos del final, Ray Wilkins, segundo entrenador del Chelsea, abandonaba la grada del Olimpico. Un partido tan desafortunado no permitía conclusiones de provecho para su equipo. A la salida dijo "somos cuartos en la Premier, podemos ganarlo todo". Mentira. No les queda otra cosa que ganar la Champions. Como a la Juve, visto que después, en el derbi de Milan descubrimos el misterio de las asignaciones arbitrales en Italia: los partidos, como los títulos, se asignan al Inter. Y si no pueden ganar, hay que echarles una mano. Mucha mala suerte.



4 comentarios:
Me gustó bastante ayer la Juve, y en la 2ª parte hizo méritos para ganar, la Samp tuvo la jugada del gol y poco más, pero os faltó fortuna y el título se aleja.
Saludos!
Christian, entiendo que esto sea un foro juventino, pero no por ello debería carecer de objetividad.
La mano de Adriano es indudable, pero mirando la jugada objetivamente se puede pensar que ante un remate tan franco estando solo lo idóneo es cabecear a la red, no a tu propio brazo. Adriano no esperaba que no llegase el defensa, por lo que cabeceó tarde y tan mal que el balón le pegó en su extremidad. ¿No hubiera preferido él cabecear directamente a la red?
Por otro lado, mucho hablar del brazo o el penal de Chivu, pero ¿y la no-expulsión de Ambrosini? Hizo méritos para ellos ciento y una vez, y no solo no se fue a la caseta sino que dio a Pato el pase del 2-1. Si llega a anotar él (Ambrosini) el 2-2 no creo que se hubiera quejado nadie en la mitad rossoneri de Milán o desde la Juve, ¿no?
"en Italia: los partidos, como los títulos, se asignan al Inter" jajaja, de traca, que grande eres ;)
Ya hablaremos, un abrazo!
Por fin más de 20 minutos para Giovinco... Estuvo bien la Juve y los palos y el portero de la SAmp privaron la victoria. En fin, aún no está del todo perdida la Serie A pero tiene toda la pinta. En cuanto al debate Trezeguet - Amauri, me parece muy interesante. Supongo que pueden alternarse.. pero.. a quién pones contra el Chelsea? A priori Amauria es más completo, pero David te saca el gol de la nada.. No lo tengo nada claro.
Saludos!!
¿Cassano a la Juve en algun futuro?, con la Samp hace fiestas cada vez que le toca un Big Match, es un crack actual en el futbol italiano; un mal resultado, bueno el empate, malo en travesaño.
Forza Juve!!
Publicar un comentario