domingo, 1 de febrero de 2009

La Juve se despedaza


La Juve culmina una semana para olvidar con dos derrotas y con los males sesgados gracias al prodigioso empate del Torino en San Siro que nos deja a 'sólo' siete puntos del Inter (cuatro más que el pasado domingo). Cuestión de físico, seguramente. Pero también de calidad, porque una poca, cuando fallan las fuerzas, nunca viene mal. Sin embargo, la Juve de Ranieri cuando pierde la solidez defensiva, lo pierde todo: la garra, el carácter, el juego, los goles... y los puntos. No siempre Del Piero puede esconder los problemas estructurales de un equipo absolutamente plano sin ni una sola nota distinta además de la de Alex. Vimos las diferencias y la inferioridad el miércoles con D'Agostino y ayer con Conti, Biondini, Cossù y Jeda. La derrota de ayer contra el Cagliari aleja (demasiado) el sueño del Scudetto, aunque realmente la afición de la Juventus no se encuentra en condiciones de pensar en ello. La convicción (de todos, club y afición) es lo que más falta ahora.

En la previa del partido hubo demasiadas distracciones (¿Amauri jugará con Brasil? ¿Qué pasará con Iaquinta, se irá al Zenit?), dejando en un segundo plano algo que tenía que ser el objetivo inexcusable de la Juventus: recuperar lo que se perdió con tanta indolencia en Udine. Como era previsible, Ranieri cambió algo con respecto al partido del miércoles, pero no bastó porque no hay recambios que verdaderamente cambien. En defensa, la vuelta de Chiellini desplazó a Mellberg a la derecha al pueto de Grygera, que le hacía falta una pausa para descansar y reflexionar después de tener que aguantar (y no poder) a Di Natale. Mientras, en el centro del campo, Ranieri optó por Zanetti en cambio de Marchisio para revivir la pareja que tan buenos resultados dio el año pasado y que sólo duró 20 minutos por la enésima recaída (que después le volverá a pasar a Chiellini y que deja en entredicho a los servicios médicos del club o las decisiones del entrenador en su defecto). Por lo demás, volvió Del Piero, como preveíamos, siguió Amauri, como preveíamos y jugó Nedved, todo el partido además, como nadie preveía.

La derrota de Udine quedaba ya atrás, pero también estaba bien presente, como pudimos comprobar rápidamente, en la cabeza de los jugadores. Porque los jugadores salieron con una mentalidad y unas intenciones en consonancia a la importancia del partido, pero la preocupación y la presión que causaban una clasificación imprevisiblemente complicada y afeada quedaba evidenciada con los tantos y tantos errores que cometió el equipo, siempre nervioso. La Juve no tenía la frescura ni las ideas del Cagliari de Allegri, que tuvo la clave del partido en su búsqueda continua, y el consiguiente encuentro, de espacios. Finalmente, en la enésima llegada del Cagliari (y siguieron muchas) llegó el primer gol de Biondini (minuto 17), con el centrocampista visitante que pillaba desprevenida a la defensa para batir a Buffon.

Para demostrar que el fútbol no es una ciencia exacta, sino un misterio indescifrable, los encargados de materializar la remontada fueron Sissoko y Nedved, posiblemente los peores del partido anterior. Los dos estuvieron muy activos en el ataque con acciones individuales (e inusuales en el caso del malí), siempre con la ayuda de un Amauri mucho más despierto que en partidos anteriores. Pareció así casi un milagro que Sissoko pudiese empatar en el minuto 31 rematando de cabeza un saque de esquina que sacó Del Piero para batir a Marchetti. Siete minutos después, Nedved completaba la remontada con un zurdazo, aprovechándose de un mal rechace de la defensa cagliaritana y el trabajo de Molinaro robando el balón en la línea de fondo. Así la Juve conseguía disimular las penurias de un mal inicio de partido, pero otras iban aflorando con el paso de los minutos, hasta llegar a la pérdida del rigor defensivo, hasta hoy el mejor distintivo, quizá el único, de esta Juve. Con el panorama de esta manera, el Cagliari consiguió empatar y después adelantarse con dos acciones idénticas, que dejaron en evidencia el sistema defensivo juventino. Sendas contras que dejaron a Jeda y después a Matri sólos ante Buffon, que nada pudo hacer. Y el partido acabó así, realmente no hubo nada más por parte de nadie (aunque poco hubo de la Juve en algún momento). Acabó y dejó paso a los muchos interrogantes que deja un partido así. ¿Por qué la Juve que tan bien jugaba en diciembre pega este bajón después de la pausa navideña como la temporada pasada? Y otro: Si Ranieri quiso a Poulsen en lugar de otros jugadores más técnicos, ¿por qué no lo utiliza aún estando recuperado? Encontrar las respuestas es obligatorio. La primera, para intentar luchar el título hasta el final; la segunda (y la necesidad de inyectar calidad a este equipo urgentemente), para el futuro.

1 comentarios:

Una derrota que deja el animo de los jugadores y aficion y cuerpo tecnico muy bajo.
Hace perder el segundo puesto.
Y deja ver claramente que este equipo necesita calidad en la zona del medio.
En verano la Juve tendra que moverse muy bien para fichar buenos jugaodres y tmb para vender a jugaodres nivel bajo que hoy por hoy ahi en el equipo.


Si la Juve pierde la garra pierde demasiado.

un saludo

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