"Siamo tornati" cantaba la afición de la Juve en el Bernabéu la semana pasada. Alex Del Piero acababa de cometer el crimen perfecto con una doppietta que pasará para siempre a la historia de la Juventus. No todas las victorias son iguales, asaltar el estadio más prestigioso del mundo tiene un valor especial que nos obliga a prescindir de casi cualquier otra valoración. Esa noche, la del cinco de noviembre de 2008, fue la de la vuelta de la Juve a su escenario natural. Una vuelta difícil, complicada, que nos dejó un camino por los momentos más complicados de nuestras vidas, que nos hizo visitar campos de fútbol semi-profesionales, a jugar fuera del imperio del fútbol. Contra el Madrid, la Juve cerró un ciclo, abierto el 16 de mayo de 2006 en Bari y seguramente el peor de su historia, y ayer, contra el Genoa abrió oficialmente el nuevo, mucho más agradable.
Antes de hacer cualquier valoración, la Juventus tendrá que darle las gracias a la selección nacional de rugby, que juega el próximo sábado en el Olimpico ante Argentina y que fue la causante del adelantamiento del partido. Un adelantamiento que fue casi lo único (además de la victoria, obviamente) que le ha permitido a la Juve liderar la Serie A otra vez. Un liderato más simbólico que real, porque todo hace indicar que acabará el domingo, pero de gran importancia porque cancela los pensamientos de quienes, después del Calciopoli, pensaban que nada volvería a ser como antes. Hace un mes, el Inter se encontraba a siete puntos de la Juve y que hoy esten igualados es, en parte, gracias a Grygera, que además del gran centro que permitió el segundo gol de Amauri, fue el encargado de abrir el marcador con una acción personal extraordinaria. El checo es el alumno aventajado de la clase de los que se están reivindicando esta temporada, junto a la confirmación definitiva de Legrottaglie al máximo nivel, el despertar de Marchionni (ayer excelente en el trabajo defensivo y en la presión) y de la explosión de Tiago, otra vez bien, aunque, sin presión, su esfuerzo tuvo que ser mínimo para encajar en los parámetros de lo aceptable. El gol de Grygera es un ejemplo más de que la crisis se ha superado tajantemente y que el equipo está en un momento mágico: si no marca uno, lo hace otro. Ayer no lo hizo Del Piero, lo que es noticia, si bien el capitán hizo un gran partido y le regaló el 3-0 a Iaquinta. A los 26 minutos el partido ya estaba visto para sentencia gracias a dos goles que aplacaron los ánimos e impidieron cualquier muestra de orgullo del Genoa, mucho menos equipo de lo que se previa. Aunque hay que destacar algunas decisiones de la terna arbitral que tuvieron su peso en el partido (especialmente un fuera de juego inexistente pitado a Milito y que terminó con el balón en las redes de Manninger) y una incursión por banda de Gasbarroni, que golpeó al palo, aunque los tres puntos nunca corrieron un peligro real. Además, la Juve podría haber marcado el 3-0 a la media hora de no ser por la inocencia de Molinaro y la intervención de Criscito sobre la línea de gol.
En la reanudación llegaron otros dos goles: el de Iaquinta, con reivindicación inevitablemente adjunta y el involuntario en propia puerta de Papastathopoulos. En medio llegó el gol de Milito, tras la señalización de una mano en el área. El premio justo para el desgaste de il principe. No para el equipo, que aireó todas sus debilidades defensivas y demostró que, si quiere ganar, sólo le sirve atacar. Para Manninger, una pena. Aunque también un lujo, pues fue su única intervención en todo el partido. Un motivo de orgullo para todo el equipo si pensamos en cómo estaba hace un mes. Una victoria para ilusionarse más todavía para aquellos que el 16 de mayo de 2006 estaban en el San Nicola de Bari y levantaron nuestro 29º Scudetto (después revocado junto al 28º y regalado al Inter por obra y gracia de la Lega), estuvieron en Rimini en el peor partido de sus vidas y después en el Bernabéu. En ese tiempo, oyeron a Moggi decir que le habían destrozado el alma en el propio San Nicola; le arrebataron las suyas, sus ilusiones, pero no su fe. Vieron como muchos de sus compañeros se fueron y como pasaban muchas cosas (demasiadas). Los que se quedaron, ahora, en lo más alto de la clasificación, tienen derecho de mirar atrás y recuperar los momentos de una tarde inolvidable, de una fiesta que les coronó como los mejores, de una superioridad neta sobre el resto de equipos. Pueden hacerlo sin que sea un ejercicio de divismo. Para seguir donde ahora están, para habituarse y para devolver las cosas a su sitio. Sí, la historia y la jerarquía.
Antes de hacer cualquier valoración, la Juventus tendrá que darle las gracias a la selección nacional de rugby, que juega el próximo sábado en el Olimpico ante Argentina y que fue la causante del adelantamiento del partido. Un adelantamiento que fue casi lo único (además de la victoria, obviamente) que le ha permitido a la Juve liderar la Serie A otra vez. Un liderato más simbólico que real, porque todo hace indicar que acabará el domingo, pero de gran importancia porque cancela los pensamientos de quienes, después del Calciopoli, pensaban que nada volvería a ser como antes. Hace un mes, el Inter se encontraba a siete puntos de la Juve y que hoy esten igualados es, en parte, gracias a Grygera, que además del gran centro que permitió el segundo gol de Amauri, fue el encargado de abrir el marcador con una acción personal extraordinaria. El checo es el alumno aventajado de la clase de los que se están reivindicando esta temporada, junto a la confirmación definitiva de Legrottaglie al máximo nivel, el despertar de Marchionni (ayer excelente en el trabajo defensivo y en la presión) y de la explosión de Tiago, otra vez bien, aunque, sin presión, su esfuerzo tuvo que ser mínimo para encajar en los parámetros de lo aceptable. El gol de Grygera es un ejemplo más de que la crisis se ha superado tajantemente y que el equipo está en un momento mágico: si no marca uno, lo hace otro. Ayer no lo hizo Del Piero, lo que es noticia, si bien el capitán hizo un gran partido y le regaló el 3-0 a Iaquinta. A los 26 minutos el partido ya estaba visto para sentencia gracias a dos goles que aplacaron los ánimos e impidieron cualquier muestra de orgullo del Genoa, mucho menos equipo de lo que se previa. Aunque hay que destacar algunas decisiones de la terna arbitral que tuvieron su peso en el partido (especialmente un fuera de juego inexistente pitado a Milito y que terminó con el balón en las redes de Manninger) y una incursión por banda de Gasbarroni, que golpeó al palo, aunque los tres puntos nunca corrieron un peligro real. Además, la Juve podría haber marcado el 3-0 a la media hora de no ser por la inocencia de Molinaro y la intervención de Criscito sobre la línea de gol.
En la reanudación llegaron otros dos goles: el de Iaquinta, con reivindicación inevitablemente adjunta y el involuntario en propia puerta de Papastathopoulos. En medio llegó el gol de Milito, tras la señalización de una mano en el área. El premio justo para el desgaste de il principe. No para el equipo, que aireó todas sus debilidades defensivas y demostró que, si quiere ganar, sólo le sirve atacar. Para Manninger, una pena. Aunque también un lujo, pues fue su única intervención en todo el partido. Un motivo de orgullo para todo el equipo si pensamos en cómo estaba hace un mes. Una victoria para ilusionarse más todavía para aquellos que el 16 de mayo de 2006 estaban en el San Nicola de Bari y levantaron nuestro 29º Scudetto (después revocado junto al 28º y regalado al Inter por obra y gracia de la Lega), estuvieron en Rimini en el peor partido de sus vidas y después en el Bernabéu. En ese tiempo, oyeron a Moggi decir que le habían destrozado el alma en el propio San Nicola; le arrebataron las suyas, sus ilusiones, pero no su fe. Vieron como muchos de sus compañeros se fueron y como pasaban muchas cosas (demasiadas). Los que se quedaron, ahora, en lo más alto de la clasificación, tienen derecho de mirar atrás y recuperar los momentos de una tarde inolvidable, de una fiesta que les coronó como los mejores, de una superioridad neta sobre el resto de equipos. Pueden hacerlo sin que sea un ejercicio de divismo. Para seguir donde ahora están, para habituarse y para devolver las cosas a su sitio. Sí, la historia y la jerarquía.




4 comentarios:
Enorme articulo, la juve esta crecida y ahora le empiezan a llegar jugadroes importantes, creo que esta temporada se pueden hacer cosas muy grandes.
el partido de ayer fue para la defensa tuvieron un grandisimo partido y tiene mucho que ver ranieri( le critico bastante pero hay que decir que el plantiamiento tactico es genial parece mas que todo un jugador de ajedres!!) yo armaria el podio asi: legrottalie. grygera.chielini y molinaro ( otro que no me convence pero tiene unos 4 o 5 partidos jugando de gran manera.. hay que reconocer que ah mejorado los centros porq los metia fatales!! jajaja)... los demas tuvieron un buen partido pero me quito el sombrero ante la defensa... FORZA JUVE!!!
la juve esta volviendo a tener el nivel de antaño y pronto seguro que mejorara las prestaciones de los jugadores que pasan mas desapercibidos,por ejemplo me sorprende el nivel de Marchisio.
saludos grande del calcio
Desde hace tiempo que nuestros ojos, y nuestra alegría no se enfocaba en una Juve da Schudetto. Ahora lo es. Un equipo que sabe ganarle a los grandes; un equipo que sabe romper Crisis. Un equipo (me gustaría llamarle) alla Dante Aligheri. Salío del Infierno para aterrizar de nuevo en el Paraiso.
Forza Sempre Juve.
siamo noi.
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