Si es cierto eso de que uno demuestra su hombría en los momentos donde más difícil se hace, podemos decirlo: la Juventus es un equipo de hombres. No sólo por saber ganar al Madrid, jugando un auténtico partidazo, alzarse a la primera plaza del grupo y tener, con dos puntos más en tres partidos, el pase a octavos al alcance de la mano; sino porque ha sabido resurgir de sus propias miserias. Gracias a unas estímulos nerviosos difíciles de explicar, los mismos jugadores que tocaron fondo en Nápoles, rescataron de la fosa en que se encontraban su ánimo, su garra, su fuerza, su carácter, para superar un momento de máxima dificultad. Es pronto para saber si se trata de la reacción definitiva (eso lo sabremos el sábado en el derbi), pero nadie imaginaba que el equipo de Ranieri (que a nadie se nos olvide), condicionado por la mala suerte, hubiese podido jugar un partido de tan alta alcurnia contra uno de los peores rivales posibles.
Del partido de ayer sale una conclusión: cuando la Juventus juega como la Juventus es difícil ganarle. De ahí, implícitamente, una duda nos asalta: ¿Por qué extraño motivo la Juventus ha tenido que tocar fondo y precipitarse a la espiral de las crisis para poder recuperar la rabia, la pasión, la personalidad que siempre nos fueron intrínsecos? Sólo si Pavel Nedved volvía a ser Power Nedved, aunque fuese por una noche; sólo si Amauri se transformaba en un guerrero medieval, sacrificando una vez más su excelsa técnica; sólo si todos daban el 120% de su capacidad. Sólo así era posible salir de esa vorágine de crisis. Después está el tema de Del Piero, que merece un a parte. Sabemos quien es él, aunque alguien en algún lado se empeñe por terminarlo. Él es un todo. Le conocemos perfectamente, pero siempre se guarda la capacidad de sorprendernos. Así derrotamos al Real Madrid: con goles de Del Piero (¿quién si no?) y Amauri, la pareja de delanteros que ayer aprovechó las dos únicas ocasiones de gol reales que se crearon cerca de Casillas. Como nos habían prometido en estos dos días que, tras la derrota del San Paolo, se nos hicieron una semana, la Juventus fue ayer un equipo unido: entre sus propias líneas, con el entrenador, con la directiva. Y, mucho más importante, con la afición. Una afición que nunca le ha dado la espalda y que ayer vio como sólo con poder estar en un Olimpico que quedó diminuto se le erizaba el vello. Porque esta es la gran victoria que devuelve a la Juventus al grupo de la más alta nobleza europea. Algo que esperábamos desde hace tres años.
Pero qué sufrimiento nos dejó el partido. Para una vez que nuestro centro parecía no pasarlo tan mal, que parecía dominar al rival, gracias a un espléndido Sissoko y su inmensa capacidad/facilidad para robar balones y a la aportación de calidad de un Marchisio mejor cada día, con la ayuda inestimable de Nedved y Marchionni desde las bandas; el destino decidió hacer otra vez de las suyas en forma de lesión, privándonos del más joven y mejor de nuestros centrocampistas de la manera más grotesca posible: chocando con su propio compañero (Sissoko). Ante la conjetura, Ranieri sólo pudo echar mano de Salihamidzic y mezclar un poco las posiciones del centro del campo, centrando a Nedved, cambiando continuamente de bandas a Brazzo y Marchionni; pidiendo un ulterior esfuerzo a todos. El Madrid, que hasta ese momento (media hora), había mostrado evidentes dificultades para acercarse a Manninger (salvo con disparos de van der Vaart desde larga distancia), fue tomando posesión del partido. Pero para entonces, la Juventus ya estaba por delante en el marcador. En el minuto 5, Del Piero aprovechó un pase de Amauri (error de Cannavaro incluso) para batir a Casillas desde más de 20 metros, marcando un gol que puede valer toda una temporada. El gol era el premio a una apreciación del partido distinta a la del Real Madrid, que salió al campo con un complejo de superioridad (en parte dado por la prensa española) contraproducente e incapaz de combinar con su tridente de campo. En parte porque, y volvemos a ensalzar nuestro centro del campo, ni Gago, ni Sneijder, ni van der Vaart hasta después del gol de Amauri (minuto 4 de la reanudación, rematando un gran centro de Nedved), habían podido escapar de la telaraña de Ranieri.
Si Schuster no hubiese querido marcar una diferencia tan grande de estilos que le cubriese después de rosas y hubiese puesto a De la Red en el centro y sacado a Robben desde el principio, renunciando al 4-3-3, la película quizá hubiese sido distinta, puesto que la clave fue la superioridad numérica de la Juve en la parte ancha del campo. Aunque, por otra parte, también se puede entender la idea de Schuster, que quiso aprovechar la supuesta debilidad de la defensa bianconera, mucho mejor con la vuelta de Legrottaglie (sustituido al descanso por Mellberg). En este aspecto, el del centro del campo, tuvo un papel importantísimo Amauri, que por momentos, renunció a su posición de delantero, retrasando su posición hasta la línea del centro del campo, para ayudar al pressing juventino. También hay que destacar el grandísimo partido de Grygera y Molinaro, que desde los laterales estuvieron muy bien en defensa, así como aportando su parte, importante, en el ataque del equipo. Parece que la atmósfera especial de la Champions League revitaliza a los grandes.
Una atmósfera que, sin embargo, fue muy esquiva para Cannavaro, continuamente abucheado y silbado (nada que no esperase). Una atmósfera que a nosotros nos volvió a emocionar. Que nos puso en tensión durante casi dos horas. Justamente lo que queríamos. Una tensión que nos hizo gritar de rabia con el primer gol de Del Piero. Su cara, su gesto enrabiado era el grito de toda la Juventus. Europa, somos la Juventus, un equipo con más carácter que ningún otro, compacto, unido, con el apoyo incondicional de la afición en una comunión perfecta. Somos la Juventus y no nos rendimos. Ni nos rendiremos.
Del partido de ayer sale una conclusión: cuando la Juventus juega como la Juventus es difícil ganarle. De ahí, implícitamente, una duda nos asalta: ¿Por qué extraño motivo la Juventus ha tenido que tocar fondo y precipitarse a la espiral de las crisis para poder recuperar la rabia, la pasión, la personalidad que siempre nos fueron intrínsecos? Sólo si Pavel Nedved volvía a ser Power Nedved, aunque fuese por una noche; sólo si Amauri se transformaba en un guerrero medieval, sacrificando una vez más su excelsa técnica; sólo si todos daban el 120% de su capacidad. Sólo así era posible salir de esa vorágine de crisis. Después está el tema de Del Piero, que merece un a parte. Sabemos quien es él, aunque alguien en algún lado se empeñe por terminarlo. Él es un todo. Le conocemos perfectamente, pero siempre se guarda la capacidad de sorprendernos. Así derrotamos al Real Madrid: con goles de Del Piero (¿quién si no?) y Amauri, la pareja de delanteros que ayer aprovechó las dos únicas ocasiones de gol reales que se crearon cerca de Casillas. Como nos habían prometido en estos dos días que, tras la derrota del San Paolo, se nos hicieron una semana, la Juventus fue ayer un equipo unido: entre sus propias líneas, con el entrenador, con la directiva. Y, mucho más importante, con la afición. Una afición que nunca le ha dado la espalda y que ayer vio como sólo con poder estar en un Olimpico que quedó diminuto se le erizaba el vello. Porque esta es la gran victoria que devuelve a la Juventus al grupo de la más alta nobleza europea. Algo que esperábamos desde hace tres años.
Pero qué sufrimiento nos dejó el partido. Para una vez que nuestro centro parecía no pasarlo tan mal, que parecía dominar al rival, gracias a un espléndido Sissoko y su inmensa capacidad/facilidad para robar balones y a la aportación de calidad de un Marchisio mejor cada día, con la ayuda inestimable de Nedved y Marchionni desde las bandas; el destino decidió hacer otra vez de las suyas en forma de lesión, privándonos del más joven y mejor de nuestros centrocampistas de la manera más grotesca posible: chocando con su propio compañero (Sissoko). Ante la conjetura, Ranieri sólo pudo echar mano de Salihamidzic y mezclar un poco las posiciones del centro del campo, centrando a Nedved, cambiando continuamente de bandas a Brazzo y Marchionni; pidiendo un ulterior esfuerzo a todos. El Madrid, que hasta ese momento (media hora), había mostrado evidentes dificultades para acercarse a Manninger (salvo con disparos de van der Vaart desde larga distancia), fue tomando posesión del partido. Pero para entonces, la Juventus ya estaba por delante en el marcador. En el minuto 5, Del Piero aprovechó un pase de Amauri (error de Cannavaro incluso) para batir a Casillas desde más de 20 metros, marcando un gol que puede valer toda una temporada. El gol era el premio a una apreciación del partido distinta a la del Real Madrid, que salió al campo con un complejo de superioridad (en parte dado por la prensa española) contraproducente e incapaz de combinar con su tridente de campo. En parte porque, y volvemos a ensalzar nuestro centro del campo, ni Gago, ni Sneijder, ni van der Vaart hasta después del gol de Amauri (minuto 4 de la reanudación, rematando un gran centro de Nedved), habían podido escapar de la telaraña de Ranieri.
Si Schuster no hubiese querido marcar una diferencia tan grande de estilos que le cubriese después de rosas y hubiese puesto a De la Red en el centro y sacado a Robben desde el principio, renunciando al 4-3-3, la película quizá hubiese sido distinta, puesto que la clave fue la superioridad numérica de la Juve en la parte ancha del campo. Aunque, por otra parte, también se puede entender la idea de Schuster, que quiso aprovechar la supuesta debilidad de la defensa bianconera, mucho mejor con la vuelta de Legrottaglie (sustituido al descanso por Mellberg). En este aspecto, el del centro del campo, tuvo un papel importantísimo Amauri, que por momentos, renunció a su posición de delantero, retrasando su posición hasta la línea del centro del campo, para ayudar al pressing juventino. También hay que destacar el grandísimo partido de Grygera y Molinaro, que desde los laterales estuvieron muy bien en defensa, así como aportando su parte, importante, en el ataque del equipo. Parece que la atmósfera especial de la Champions League revitaliza a los grandes.
Una atmósfera que, sin embargo, fue muy esquiva para Cannavaro, continuamente abucheado y silbado (nada que no esperase). Una atmósfera que a nosotros nos volvió a emocionar. Que nos puso en tensión durante casi dos horas. Justamente lo que queríamos. Una tensión que nos hizo gritar de rabia con el primer gol de Del Piero. Su cara, su gesto enrabiado era el grito de toda la Juventus. Europa, somos la Juventus, un equipo con más carácter que ningún otro, compacto, unido, con el apoyo incondicional de la afición en una comunión perfecta. Somos la Juventus y no nos rendimos. Ni nos rendiremos.




8 comentarios:
Yo ya lo iba avisando, la Juve iba a resurgir de sus cenizas para meterle en problemas al Real Madrid. Ayer me pareció que la alineación de Schuster fue desafortunada (y más visto lo visto). Yo le doy mala suerte a Higuaín (o algo así), porque partido que veo, partido en el que no hace absolutamente nada. Luego está la pregunta de si Gago es mejor que De la Red, que yo creo que no.
El equipo estuvo mal en general y la Juve bien en general, por eso ganaron los bianconeros.
para ser sincero me sorprendio el juego ya que yo firmaba el empate.. pero al final me dio mucho orgullo cuando vi la actitud de los jugadores con ese coraje, con el cuchillo entre los dientes como dice mario kempes.peleando cada balon como en los viejos tiempos... sissoko y marquisio ( lastima la lesion)stuvieron a la altura... me parece mejor pareja que con poulsen o tiago... me parece que ranieri se aflojo un poco la soga del cuello pero sigue estando apretada... grande alex.. sencillamente un golazo y que bien amauri( unos de los goles que maseh gritado en mi vida) FORZA JUVE!!!
El Roi, Michel Platini, se encontraba en el estadio y dio su pesame a los fallecidos en el accidente del autobus. Y tambien elogio el golazo de Alessandro. Teniendo un mano a mano con Iker Casillas, el campeon de Europa, prefirio regalarle una joyita. No a Casillas, si al fondo de la red. La Juve debera demostrar este caracter y esta determinacion pura que (yo me atrevo a decirlo) nos han regresado al Top 5 de Europa. Forza Juve.
Mis palabras serían falsas si no vencemos el clasico Della Mole.
Esa Juve!!!
Ya era hora una alegria asi biene muy pero que muy bien pra cojer con fuerzas los proxmos partidos.
un saludo
Ante todo, enorabuena Christian. La victoria para mí fue merecida para vosotros.
La palabra hombre tiene un significado de gran calado, dejémoslo, sería más apropiado, en que la Juve tuvo una gran determinación en lo que hacía. Sabía que era su momento para callar bocas ante un rival que le motiva historicamente.
Para mí Ranieri ganó crédito, independientemente de que el planteamiento de Schuster fuera kamikaze.
Un abrazo, amigo.
Enhorabuena por la gran victoria de ayer. Es verdad eso de que los equipos grandes se crecen ante las adversidades, y que, en los peores momentos, son capaces de sacar lo mejor de sí mismos.
Fue valiente Ranieri en el planteamiento, buscando el gol desde el primer minuto, algo que Schuster no se esperaba ni por asomo.
Particularmente, me encantaron Sissoko y Amauri. Gran partido de ambos, como de todo el equipo. Espero que sea el comienzo de la resurrección de la Juve.
Un saludo!
grandisima victoria pero no creo que aya que engolsinarse con ella.. ya hay que dejar al madrid atras y pensar como salir del momento en el que estamos para mi si no pasa lo que a estado pasando todos estos dias( lesiones) deberian jugar los mismos contra el toro bueno tiago( si se recupera) en remplazo de marquisio si no tendra que jugar ekdal o falque ( son los unicos disponible)y legrotallie si se recupera de su lesion tendria que jugar... con los fichajes creo nos fue un poco mal con poulsen y mellberg.. pero de resto amauri marquisio giovinco y maninger desde mi punto de vista an rendido
Bueno, si se considera que de los últimos 14 partidos de la Juve como local en Champions ha ganado 12 y empatado 2 la razón de la victoria no es que el Madrid "lo motive" sino porque la Juve HACE VALER SU LOCALIA.
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