Lo podía leer en uno de los muchos libros que se publicaron el mes pasado en Italia en conmemoración del quinto aniversario de la desaparición de Gianni Agnelli. L'Avvocato tenía una camisa que le encantaba. Siempre cumplía el mismo ritual antes de cada partido, que consistía en ponerse esa misma camisa y coronarla con una corbata italiana. Un amuleto. Un simple amuleto que encarnaba el amor desatado que Giovanni Agnelli sentía por la Juventus. Un rito dentro de su religión.
Hablamos de símbolos, de ritos, de liturgias, de fe. Pero también hablamos de ser. ¿Tiene sentido hablar de estas cosas en este año 2008? Creo que sí. Es más, creo ahora más que nunca es el momento identificarse con algún objeto que tenga profundas raices. Que tenga sentimiento.
En el mundo del calcio, y posiblemente del fútbol en general, no hay algo tan ligado como el binomio Juventus-Agnelli. La familia Agnelli es la historia de la Juventus, y viceversa. No se puede comparar con el lazo Berlusconi-Milan ó Moratti-Inter. Juventus significa Agnelli para más de 13 millones de aficionados. Los seguidores de Milan e Inter, todos juntos, no llegarían, por ejemplo, a igular el número de la afición bianconera. Una afición que en los últimos tiempos ha tenido que superar sufrimientos y dificultades, y que ahora más que nunca tiene la necesidad de sentir la presencia de la Familia. Porque se siente tremendamente orgullosa.
La Juventus es un símbolo dentro de Italia. Como la Ferrari ó la Fiat. No creo que sea casualidad que los tres símbolos italianos sean propiedad de los Agnelli. Y si las dos marcas automovilísticas se rigen sobretodo por los lógicos valores del mercado, al equipo de fútbol hay que sumarle el factor sentimental, que trasciende mucho más allá de las frias estrategias de los negocios. Es innegable que este año el equipo está haciendo un esfuerzo muy por encima de sus posibilidades para asegurarse la Champions el año que viene. Como también es evidente que este rendimiento, que podemos calificar como satisfactorio, no se puede conseguir sin calidad, por lo que este grupo la tiene.
Ganas, orgullo y voluntad han de alimentarse con un apreciable aumento del presupuesto. Algo que vuelva a marcar las diferencias entre ser de los demás y el orgullo de ser de la Juventus. Por 20 millones de aficionados en el mundo, por un escudo, por una camiseta, por aquella camisa dell'Avvocato.
Hablamos de símbolos, de ritos, de liturgias, de fe. Pero también hablamos de ser. ¿Tiene sentido hablar de estas cosas en este año 2008? Creo que sí. Es más, creo ahora más que nunca es el momento identificarse con algún objeto que tenga profundas raices. Que tenga sentimiento.
En el mundo del calcio, y posiblemente del fútbol en general, no hay algo tan ligado como el binomio Juventus-Agnelli. La familia Agnelli es la historia de la Juventus, y viceversa. No se puede comparar con el lazo Berlusconi-Milan ó Moratti-Inter. Juventus significa Agnelli para más de 13 millones de aficionados. Los seguidores de Milan e Inter, todos juntos, no llegarían, por ejemplo, a igular el número de la afición bianconera. Una afición que en los últimos tiempos ha tenido que superar sufrimientos y dificultades, y que ahora más que nunca tiene la necesidad de sentir la presencia de la Familia. Porque se siente tremendamente orgullosa.
La Juventus es un símbolo dentro de Italia. Como la Ferrari ó la Fiat. No creo que sea casualidad que los tres símbolos italianos sean propiedad de los Agnelli. Y si las dos marcas automovilísticas se rigen sobretodo por los lógicos valores del mercado, al equipo de fútbol hay que sumarle el factor sentimental, que trasciende mucho más allá de las frias estrategias de los negocios. Es innegable que este año el equipo está haciendo un esfuerzo muy por encima de sus posibilidades para asegurarse la Champions el año que viene. Como también es evidente que este rendimiento, que podemos calificar como satisfactorio, no se puede conseguir sin calidad, por lo que este grupo la tiene.
Ganas, orgullo y voluntad han de alimentarse con un apreciable aumento del presupuesto. Algo que vuelva a marcar las diferencias entre ser de los demás y el orgullo de ser de la Juventus. Por 20 millones de aficionados en el mundo, por un escudo, por una camiseta, por aquella camisa dell'Avvocato.




1 comentarios:
¿Para 20 millones? ¿No serán para 170 millones? Lo único cierto es que la Juve más que un club, más que tener a Agnelli al costado desde hace 85 años, es un símbolo de lo MADE IN ITALY como la cocina italiana, los spaguetti-westerns o el propio idioma, algo que a los lombardos les falta...
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