Que marque Marchisio es una noticia excelente. Porque significa que la apuesta de la Juventus por los jóvenes no es sólo una fachada; porque la nueva política del club funciona y porque en las categorías inferiores se está construyendo un verdadero jugadorazo que va avanzando partido tras partido y que después del verano irá ya con la selección italiana absoluta (Lippi dixit). Además, su gol sirvió ayer para darle a la Juve una victoria fundamental para mantenerse en la élite de la lucha por las tres competiciones. Aunque en líneas generales fue un partido aburrido, que no ofreció mucho, afeado por la pobre situación del Nápoles, incapaz de ganar un partido de los últimos ocho. El difícil momento que atraviesa el equipo del sur, de crisis total que amenaza con llevarse por delante la institución, asfixiada por las revueltas sociales, se hizo palpable en la alineación inicial napolitana, con cinco jugadores descaradamente atrás, con la incursión de Montervino en lugar de Maggio para cubrir a Giovinco y con Hamsik más centrado en estorbar y no perder la posición que en buscar alternativas en ataque y Lavezzi obligado a bajar al medio para intentar hacer algo provechoso para su equipo. Así la Juve pudo llegar con calidad hasta tres cuartos de campo, pero caía finalmente en la red del Nápoles cerca del área. Y eso que empezó buscando el arco de Navarro con ahínco y con una variedad táctica especial para romper la defensa partenopea: la presencia de Montervino le dio libertad a Molinaro por su carril, consintió a Giovinco poder irse a la parcela central y meterse en el área con más continuidad, combinando a menudo con Trezeguet; con Del Piero retrasado, volviendo a la posición de segundo delantero y con el encargo de desquebrajar, con poco éxito, el entramado defensivo de Reja. Precisamente gracias a esa posición ligeramente retrasada, Alex Del Piero logró el primer acercamiento con peligro de la Juve al controlar una pelota fuera del área y probar primero con la izquierda a Navarro y minutos después obligarle a hacer un paradón para rechazar un libre directo.
Parecía un partido bien definido: un equipo encaminado a atacar y otro que con defenderse bien tenía bastante, pero el cansancio o el contagio del rival hicieron que la Juve bajase el ritmo y al final de la primera parte se rompiesen los esquemas. Primero fue una acción veloz de la Juve, que con un saque de banda, en dos toques y con un pase preciso de Marchionni dejó a Trezeguet sólo ante Navarro: despejó el inspiradísimo meta argentino y después Giovinco tiró alto el rechace. La Juve seguía atacando, pero una contra rara del Nápoles permitió a Denis combinar con Hamsik, cuyo buen disparo obligó a Buffon a hacer una intervención de las grandes. Pasaron los minutos y la Juve vio como Navarro le quitaba un gol claro a Del Piero anticipándose y a Marchionni fallando solo a puerta vacía. Cuando todo parecía irse al descanso con una injusta igualada, uno de los pases horizontales de Poulsen llegó a Marchisio, que se vio con fuerzas suficientes para sacar un disparo potente que rebotó en Blasi y desconcertó a Navarro: 1-0 en el 44'.
En la segunda mitad, el Nápoles cambió el sistema y pasó del 5-3-2 al 4-1-2-1-2 con la entrada de Dátolo por Montervino, dándole al equipo un aire distinto, agilidad, movilidad y velocidad. La respuesta de Ranieri fue quitar a Giovinco para la vuelta de Salihamidzic. Como han dicho en Italia, son días de 1-0, de reservarse un poco (la Juve va a jugar cuatro partidos en diez días) y de ganar. Eso sí, no puede faltar. No podemos aspirar a partidazos, goleadas y grandes acciones individuales: a estas alturas lo que importa es cumplir y ganar. Cumplir y ganar. La ventaja en el marcador restó algo de agresividad a la Juve y le cedió el balón al Nápoles. En una de estas llegadas, Buffon tuvo que salir con todo y sin mirar, chocó con Legrottaglie, que quedó noqueado sobre el césped y finalmente tuvo que ser sustituido por Mellberg al tener la rodilla vistosamente inflamada. A estas alturas, Ranieri decidió sustituir a Del Piero por Amauri en busca de un juego más directo o de cazar alguna contra. La Juve buscó continuamente a Trezeguet, aún algo falto de ritmo, y a Amauri, pero fue el Nápoles el que finalmente logró el gol con un remate de Lavezzi tras varios rechaces. Inconveniente: Cannavaro, que había tocado el balón antes, estaba en fuera de juego y la jugada, anulada. Así acabó todo, con la impotencia de unos transformada en rabia, con un simulacro de pelea que se trasladó al túnel de vestuarios, con el 'cuarto tiempo' violado y con tres puntos más en el casillero de la Juve. Esta noche veremos cuán importantes son.
Parecía un partido bien definido: un equipo encaminado a atacar y otro que con defenderse bien tenía bastante, pero el cansancio o el contagio del rival hicieron que la Juve bajase el ritmo y al final de la primera parte se rompiesen los esquemas. Primero fue una acción veloz de la Juve, que con un saque de banda, en dos toques y con un pase preciso de Marchionni dejó a Trezeguet sólo ante Navarro: despejó el inspiradísimo meta argentino y después Giovinco tiró alto el rechace. La Juve seguía atacando, pero una contra rara del Nápoles permitió a Denis combinar con Hamsik, cuyo buen disparo obligó a Buffon a hacer una intervención de las grandes. Pasaron los minutos y la Juve vio como Navarro le quitaba un gol claro a Del Piero anticipándose y a Marchionni fallando solo a puerta vacía. Cuando todo parecía irse al descanso con una injusta igualada, uno de los pases horizontales de Poulsen llegó a Marchisio, que se vio con fuerzas suficientes para sacar un disparo potente que rebotó en Blasi y desconcertó a Navarro: 1-0 en el 44'.
En la segunda mitad, el Nápoles cambió el sistema y pasó del 5-3-2 al 4-1-2-1-2 con la entrada de Dátolo por Montervino, dándole al equipo un aire distinto, agilidad, movilidad y velocidad. La respuesta de Ranieri fue quitar a Giovinco para la vuelta de Salihamidzic. Como han dicho en Italia, son días de 1-0, de reservarse un poco (la Juve va a jugar cuatro partidos en diez días) y de ganar. Eso sí, no puede faltar. No podemos aspirar a partidazos, goleadas y grandes acciones individuales: a estas alturas lo que importa es cumplir y ganar. Cumplir y ganar. La ventaja en el marcador restó algo de agresividad a la Juve y le cedió el balón al Nápoles. En una de estas llegadas, Buffon tuvo que salir con todo y sin mirar, chocó con Legrottaglie, que quedó noqueado sobre el césped y finalmente tuvo que ser sustituido por Mellberg al tener la rodilla vistosamente inflamada. A estas alturas, Ranieri decidió sustituir a Del Piero por Amauri en busca de un juego más directo o de cazar alguna contra. La Juve buscó continuamente a Trezeguet, aún algo falto de ritmo, y a Amauri, pero fue el Nápoles el que finalmente logró el gol con un remate de Lavezzi tras varios rechaces. Inconveniente: Cannavaro, que había tocado el balón antes, estaba en fuera de juego y la jugada, anulada. Así acabó todo, con la impotencia de unos transformada en rabia, con un simulacro de pelea que se trasladó al túnel de vestuarios, con el 'cuarto tiempo' violado y con tres puntos más en el casillero de la Juve. Esta noche veremos cuán importantes son.




1 comentarios:
Marchisio se ha hecho del puesto titular y nos ha demostrado a todos que es un talento que irá creciendo poco a poco, apesar que su gol fue obra de la fortuna de un rebote, el hecho de tirar al arco, luchar y tener clase; Attenti a questa nuova stella!!
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