Si bien con Zaccheroni el buen juego no ha vuelto, sí lo ha hecho el cuarto puesto, acompañado de victorias. La de ayer fue la tercera consecutiva, algo que no ocurría desde noviembre. Sin embargo, los problemas siguen ahí, al equipo le cuesta encontrar la combinación y en defensa sufre demasiado porque defiende particularmente mal. Lo que ha conseguido Zaccheroni es que el equipo afronte esos problemas que sufre con otra mentalidad. La Juventus ha vuelto a saber sufrir, es un equipo compacto, que ha recuperado la ‘zorrería’ italiana y que, además, ha encontrado el apoyo de la suerte. Ayer, en la primera parte, la Juve jugó como un equipo, con las líneas juntas y presionando arriba. La segunda parte fue una historia muy distinta, pero las señales que nos dejó el primer tiempo son tremendamente positivas. Es el momento de ver el vaso que antes estaba seco con el agua por la mitad y, al elegir cómo verlo, decir que está medio lleno.
Y con este grupo reagrupado, hemos visto que es más fácil la emersión del talento. Diego está, poco a poco dando señales del jugador del Bremen, Candreva ayer marcó y Del Piero vuelve a ser el capitán interminable que hace que el equipo funcione. En el Dall’ Ara marcó Diego en el minuto 20 y, recién entrado sustituyendo al brasileño, Candreva. Asistido, cómo no, por Alex, que estuvo sensacional teniendo el balón, recuperándolo, no perdiéndolo nunca y haciendo, con su luz particular, jugar a todo el equipo. Era el 20’ de la segunda parte cuando Del Piero vio como Candreva entraba solo en el área para meterle un preciso y precioso pase con la derecha. Era de nuevo la ventaja para la Juventus en el mejor momento del Bologna, que había conseguido empatar en el seis de la reanudación y acababa de fallar la mejor ocasión del partido dejando a Giménez solo ante Buffon.
El Bologna pasaba de rozar el 2-1 a perder las ilusiones contra una Juve castigadora. El diccionario de la RAE define ‘cinismo’ como ‘desvergüenza’. Y eso es lo que ha ganado esta Juventus y que en Italia tanto se valora. Con el 2-1 se quitó al Bologna de un plumazo, con dos acciones aisladas. Porque también lo fue el primer gol, en el que Diego aprovechó un error en la cobertura de Moras para disparar a puerta y aprovechar el segundo rechace (el primero lo hizo Amauri) para poner a la Juve por delante en el minuto cuatro.
El partido no tuvo nada más que contar, pero sí algo que destacar: el problema de la Juventus es la defensa: da igual de tres, de cuatro o de cinco. Cierto que la ayuda del gran Felipe Melo, que puede disuadir a cualquiera que intente enfilar el área está siendo clave, pero siguen los problemas en las bandas, con los balones cruzados y con las entradas desde ahí: pasaba antes con Grosso y pasa también con De Ceglie, más entonado, y por la derecha si no está Cáceres. Así fue como el Bologna llegó al gol con Buscè. La respuesta de Zaccheroni dejó a casi todos (o a todos) con la boca abierta: para ganar, sacó del campo a Marchisio y Diego y metió a Sissoko y Candreva. Parecía que quería transmitir, con chulería, que sabe más que nadie. Le salió bien. Eso, unido al fallo de Giménez que hace un mes hubiese sido gol y el travesaño que golpeó Adailton son la muestra de que la suerte está cambiando. Pero decir sólo eso sería muy injusto. Fuese suerte, casualidad o intuición de Zaccheroni al realizar los cambios, son decisiones que tomó el entrenador de la Juventus. Y con éxito.
Ficha del partido ▼
Y con este grupo reagrupado, hemos visto que es más fácil la emersión del talento. Diego está, poco a poco dando señales del jugador del Bremen, Candreva ayer marcó y Del Piero vuelve a ser el capitán interminable que hace que el equipo funcione. En el Dall’ Ara marcó Diego en el minuto 20 y, recién entrado sustituyendo al brasileño, Candreva. Asistido, cómo no, por Alex, que estuvo sensacional teniendo el balón, recuperándolo, no perdiéndolo nunca y haciendo, con su luz particular, jugar a todo el equipo. Era el 20’ de la segunda parte cuando Del Piero vio como Candreva entraba solo en el área para meterle un preciso y precioso pase con la derecha. Era de nuevo la ventaja para la Juventus en el mejor momento del Bologna, que había conseguido empatar en el seis de la reanudación y acababa de fallar la mejor ocasión del partido dejando a Giménez solo ante Buffon.
El Bologna pasaba de rozar el 2-1 a perder las ilusiones contra una Juve castigadora. El diccionario de la RAE define ‘cinismo’ como ‘desvergüenza’. Y eso es lo que ha ganado esta Juventus y que en Italia tanto se valora. Con el 2-1 se quitó al Bologna de un plumazo, con dos acciones aisladas. Porque también lo fue el primer gol, en el que Diego aprovechó un error en la cobertura de Moras para disparar a puerta y aprovechar el segundo rechace (el primero lo hizo Amauri) para poner a la Juve por delante en el minuto cuatro.
El partido no tuvo nada más que contar, pero sí algo que destacar: el problema de la Juventus es la defensa: da igual de tres, de cuatro o de cinco. Cierto que la ayuda del gran Felipe Melo, que puede disuadir a cualquiera que intente enfilar el área está siendo clave, pero siguen los problemas en las bandas, con los balones cruzados y con las entradas desde ahí: pasaba antes con Grosso y pasa también con De Ceglie, más entonado, y por la derecha si no está Cáceres. Así fue como el Bologna llegó al gol con Buscè. La respuesta de Zaccheroni dejó a casi todos (o a todos) con la boca abierta: para ganar, sacó del campo a Marchisio y Diego y metió a Sissoko y Candreva. Parecía que quería transmitir, con chulería, que sabe más que nadie. Le salió bien. Eso, unido al fallo de Giménez que hace un mes hubiese sido gol y el travesaño que golpeó Adailton son la muestra de que la suerte está cambiando. Pero decir sólo eso sería muy injusto. Fuese suerte, casualidad o intuición de Zaccheroni al realizar los cambios, son decisiones que tomó el entrenador de la Juventus. Y con éxito.
Ficha del partido ▼




0 comentarios:
Publicar un comentario