La Juve, cada vez más, se está pareciendo a la Juve. Ayer con otra victoria, la segunda consecutiva, que ensalzó los puntos más característicos de la historia del club: un equipo agresivo, algo duro, muy inteligente y siempre con la intención de hacer daño, que dejó el juego y el espectáculo en manos del rival, pero que consiguió, como sucedía antes, los goles y el resultado a favor. Y, al igual que en los viejos tiempos, con defensa de cuatro y remontando un gol que no hizo daño al equipo. Al contrario. A partir del gol de Sulejmani, Del Piero se adueñó de la Juve y, por extensión, del partido. Aunque, eso sí, con la displicencia del árbitro y, por qué no decirlo, de un Ajax que se quedó sin argumentos demasiado pronto.
Demasiada juventud, quizá, en un equipo devorado por el capitalismo futbolístico, pero que, si bien no puede retener sus estrellas y volver a ser el equipo ganador que fue, todavía sabe encontrar sus nuevos talentos. Como por ejemplo el serbio Sulejmani, que marcó el gol del Ajax en una contra impensable en la historia de la Juventus: tras un rebote de una falta mal sacada por Diego, el Ajax cogió el balón y el delantero tuvo setenta metros para correr en solitario con la única oposición (por decir algo) de Zebina. Sí, es cierto que la Juve con Zaccheroni está reconstruyéndose, pero no será posible hacer un equipo aspirante a ganar la Europa League con jugadores como Zebina, absolutamente fuera de la órbita y el nivel minimo que exige la Juventus. De hecho, en el inicio de la segunda parte fue sustituido por Grygera en una decisión más que lógica.
Sin embargo, como decíamos, el gol no le hizo caer a la Juventus. A pesar de dejar en evidencia a Zebina o de temer el balón bajo las piernas de Buffon. Martin Jol, que renunció a la religión del fútbol total holandés con el marcaje al hombre de Diego por parte de Enoh, consiguió parar al brasileño, pero obvió la presencia de Del Piero. A pesar de su edad, cercana a la suma de las de van der Wiel y Alderweireld, es una temeridad dar libertad al mejor jugador de la historia de la Juventus. No contamos los balones de oro, unas distinciones que nunca se han entregado con el suficiente criterio como para dirimir una cuestión tan importante. Nos centramos en sus partidos, en sus goles, en sus actuaciones y en su compromiso. Llama todavía la atención como, a estas alturas, todavía hay que reclamar y reivindicar la calidad de Alex Del Piero. Aunque eso él lo hace perfecto en el campo. Su semana de protagonista la cerró ayer con otra excelentísima actuación que regaló los dos goles a Amauri. El primero después de tunelar a De Jong, quitarse de encima a van der Wiel con un tacón y poner, sin mirar, la pelota para que De Ceglie, sin controlar, le regalase el gol a Amauri. El segundo con un slalom hasta el final, dando fuerza a la teoría de que aprovechando el campo a lo largo y a lo ancho se gana, colocando el balón con el pie izquierdo en la cabeza del renacido Amauri. Un honor para todos aquellos que admiramos la calidad, dejando de lado la camiseta que viste y también una exhibición que legitima la teoría del control de los medios de comunicación que siguen a saber qué corriente con qué objetivos.
Pero volvemos a la Juve para concluir con un partido que no tuvo mucha más historia. Zaccheroni acabó jugando con el 4-4-2 que había quedado ya en desuso, dando entrada a Salihamidzic y Trezeguet por Amauri y Diego, para proteger un resultado que deja a la Juventus con un pie en los octavos de final de la salvación de la temporada. Es la segunda victoria consecutiva, algo que no ocurría desde noviembre y el punto de partida hacia el juicio final. Si comparamos al equipo que ayer ganó en Amsterdam con el que vimos en diciembre y enero, es un lujo. Sin embargo, si aplicamos una mentalidad más global, en nada se parece al equipo diseñado el pasado verano y que inútilmente hemos estado esperando. Todos sabíamos que Zaccheroni no iba a ser capaz de curar con magia a un herido tan grave. Algunos incluso pensábamos que no podría hacerlo ni antes ni después. Pero ahora hay que reconocer que, aunque sea poco, la mano del nuevo entrenador se ve y se siente en el ambiente: en el fondo la Juve lleva cuatro partidos sin perder.
Ficha del partido ▼
Demasiada juventud, quizá, en un equipo devorado por el capitalismo futbolístico, pero que, si bien no puede retener sus estrellas y volver a ser el equipo ganador que fue, todavía sabe encontrar sus nuevos talentos. Como por ejemplo el serbio Sulejmani, que marcó el gol del Ajax en una contra impensable en la historia de la Juventus: tras un rebote de una falta mal sacada por Diego, el Ajax cogió el balón y el delantero tuvo setenta metros para correr en solitario con la única oposición (por decir algo) de Zebina. Sí, es cierto que la Juve con Zaccheroni está reconstruyéndose, pero no será posible hacer un equipo aspirante a ganar la Europa League con jugadores como Zebina, absolutamente fuera de la órbita y el nivel minimo que exige la Juventus. De hecho, en el inicio de la segunda parte fue sustituido por Grygera en una decisión más que lógica.
Sin embargo, como decíamos, el gol no le hizo caer a la Juventus. A pesar de dejar en evidencia a Zebina o de temer el balón bajo las piernas de Buffon. Martin Jol, que renunció a la religión del fútbol total holandés con el marcaje al hombre de Diego por parte de Enoh, consiguió parar al brasileño, pero obvió la presencia de Del Piero. A pesar de su edad, cercana a la suma de las de van der Wiel y Alderweireld, es una temeridad dar libertad al mejor jugador de la historia de la Juventus. No contamos los balones de oro, unas distinciones que nunca se han entregado con el suficiente criterio como para dirimir una cuestión tan importante. Nos centramos en sus partidos, en sus goles, en sus actuaciones y en su compromiso. Llama todavía la atención como, a estas alturas, todavía hay que reclamar y reivindicar la calidad de Alex Del Piero. Aunque eso él lo hace perfecto en el campo. Su semana de protagonista la cerró ayer con otra excelentísima actuación que regaló los dos goles a Amauri. El primero después de tunelar a De Jong, quitarse de encima a van der Wiel con un tacón y poner, sin mirar, la pelota para que De Ceglie, sin controlar, le regalase el gol a Amauri. El segundo con un slalom hasta el final, dando fuerza a la teoría de que aprovechando el campo a lo largo y a lo ancho se gana, colocando el balón con el pie izquierdo en la cabeza del renacido Amauri. Un honor para todos aquellos que admiramos la calidad, dejando de lado la camiseta que viste y también una exhibición que legitima la teoría del control de los medios de comunicación que siguen a saber qué corriente con qué objetivos.
Pero volvemos a la Juve para concluir con un partido que no tuvo mucha más historia. Zaccheroni acabó jugando con el 4-4-2 que había quedado ya en desuso, dando entrada a Salihamidzic y Trezeguet por Amauri y Diego, para proteger un resultado que deja a la Juventus con un pie en los octavos de final de la salvación de la temporada. Es la segunda victoria consecutiva, algo que no ocurría desde noviembre y el punto de partida hacia el juicio final. Si comparamos al equipo que ayer ganó en Amsterdam con el que vimos en diciembre y enero, es un lujo. Sin embargo, si aplicamos una mentalidad más global, en nada se parece al equipo diseñado el pasado verano y que inútilmente hemos estado esperando. Todos sabíamos que Zaccheroni no iba a ser capaz de curar con magia a un herido tan grave. Algunos incluso pensábamos que no podría hacerlo ni antes ni después. Pero ahora hay que reconocer que, aunque sea poco, la mano del nuevo entrenador se ve y se siente en el ambiente: en el fondo la Juve lleva cuatro partidos sin perder.
Ficha del partido ▼




1 comentarios:
Sino ganan la Europe League será una temporada para el olvido porque ya se alejan de los puestos de Copa en el Calcio, aunque de por sí la Juve debería estar luchando por el Scuddeto y todavía en la Champions, pero bueno, Ferrara ya los enterro
Saludos viejo Christian
Publicar un comentario