Juventus - Bologna, 1-1
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Zebina (23' st Cáceres), Legrottaglie, Chiellini, Molinaro; Camoranesi, Felipe Melo, Marchisio; Diego (15' st Giovinco); Amauri (40' st Del Piero), Trezeguet. A disposición: Manninger, De Ceglie, Poulsen, Iaquinta. Entrenador: Ferrara.
Bologna (4-4-2): Viviano; Raggi, Portanova, Britos, Lanna; Vigiani (17' st Osvaldo), Mingazzini, Guana, Valiani (11' st G. Tedesco); Di Vaio (23' st Adailton), Zalayeta. A disposición: Colombo, Santos, Zenoni, Mudingayi. Entrenador: Papadopoulo.
Árbitro: Russo. Amonestó a Viviano y Raggi.
Goles: 25' pt Trezeguet, 49' st Adailton.
Cómo cambia una misma circunstancia en sólo tres días. El jueves, la Juve conseguía un empate en Génova y se llevaba una enorme desilusión cargada de rabia por no haber conseguido una victoria merecida y por el gol mal anulado a Iaquinta. Ayer, tras el empate contra el Bologna, la desilusión es la misma, pero con otras bases muy distintas: por el empate de Adailton en el último suspiro de partido y porque perfectamente el 1 a 1 podría haber llegado mucho antes, porque desde el gol de Trezeguet a la media hora de juego, la Juve reservó y renunció al partido. Con exceso de seguridad por una parte y quizá temor por la otra: el nivel bajo de la Juve, además de por la entrada de diversos jugadores que estaban lesionados y de otros no acostumbrados a jugar, se puede explicar con el partido contra el Bayern del miércoles. Ferrara está excesivamente preocupado antes de su primer choque trascendental en el banquillo y puso en riesgo, evidente, tres puntos de Serie A que podrían resultar decisivos al final de un campeonato que parece muy igualado. El Bayern, que en otro partido lamentable, perdió el sábado contra el Hamburgo, permitió al Bologna empatar un encuentro que hubiese perdido si la Juve hubiese jugado como la Juve y no planeando el partido del miércoles.
Como decíamos, la titularidad de algunos poco acostumbrados a jugar, como el caso de Molinaro y la reentré de varios lesionados (Zebina, Felipe Melo y Diego) desnaturalizaron en cierta manera a la Juve, que no encontró el dinamismo ni la seguridad que le habían llevado hasta el primer puesto de la clasificación. En las primeras cuatro jornadas, el equipo de Ferrara encajó sólo un gol, convirtiéndose en el menos goleado; en las dos últimas ha encajado tres. Problema de físico, seguramente, pero también de concentración, porque parece impensable que con ventaja en el marcador el Bologna encontrase desprotegida la puerta de Buffon, con Chiellini y Legrottaglie pensando en a saber qué. En el centro, Marchisio, al que se le notó muy cansado, no fue el propulsor que había encontrado Ferrara y la línea de tres se quedó en un mero filtro con algunos agujeros que dejaron pasar más juego del conveniente. Sólo Camoranesi, que a punto de cumplir los 33 quiere recuperar el papel de protagonista en la Juve, ofreció alguna colaboración a Diego. O a los restos de Diego. Porque con un equipo que no encontró la emulsión del juego en ningún momento, el brasileño estuvo perdido y sus pocas gotas de fantasía se perdieron en medio de la difusión del equipo.
Esperando a que Amauri se reencuentre con el gol (y también con la manera de marcarlo, porque lleva dos partidos preso por la ansiedad) después de ocho meses, los balones del equipo buscaron a Trezeguet y los que Diego intentó jugar con su compatriota no encontraron respuesta. Trezeguet sí parece estar en forma y querer revertir su situación y con los tres goles en este inicio de temporada no es descartable un cambio de papeles entre él y el propio Amauri. Aunque ayer también el equipo pagó la tibieza defensiva del francés, que no ayudó lo suficiente en el momento no del equipo. Aunque, por otra parte, puede que Ferrara también haya rescatado al killer de área que necesita media ocasión para hacer un gol. Ayer falló dos medios y marcó uno: una buena marca para alguien que está en tratamiento. Fue a pase de Zebina, el mejor del partido: una incursión en el área del lateral, después de una bonita acción personal, terminó con el balón en los pies de Trezeguet, que, a su manera, consiguió el gol.
Prácticamente ahí terminó el empeño de la Juve. Ferrara reservó la calidad de Diego para el Bayern y con Giovinco, que intentó dar algo más de velocidad, desapareció cualquier enlace entre el ataque y la defensa. La única ocasión de gol para la Juve fue un cabezazo al palo de Camoranesi a centro de Giovinco. Y fue a cuatro minutos del final. Mientras, Papadopoulo había introducido un tercer delantero para forzar más aún a un debilísimo Molinaro y Di Vaio se plantó dos veces sólo frente a Buffon en sólo dos minutos. En el minuto 65, Di Vaio encontraba incluso la displicencia de Buffon, que se dejó el traje de Superman en casa; pero fue Chiellini el que de cabeza despejó en la línea. Era el tercer aviso serio del Bologna porque antes, en el 46', a balón parado, Chiellini introdujo el balón en su portería, aunque la acción estaba anulada por fuera de juego. Finalmente, la Juve volvió a quemarse después de intentar controlar el fuego como hiciese tan a menudo con Ranieri, y llegó el gol de Adailton en el cuarto minuto del añadido: muy parecido al del Bordeux, dejando al brasileño, que había sustituido a Di Vaio, absolutamente solo en el área. Fue, ese error, la demostración de que la Juve no es sólo Diego ni debe serlo. La defensa, que seguramente echa en falta a Cannavaro, debe recuperar la solidez y Ferrara debe dotar al equipo del equilibrio táctico y mental necesarios. Cada partido cuenta y es importante. Y la Juve no puede conformarse con la habilidad de Diego, la potencia de Iaquinta, ni ahora con los goles de Trezeguet.
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Zebina (23' st Cáceres), Legrottaglie, Chiellini, Molinaro; Camoranesi, Felipe Melo, Marchisio; Diego (15' st Giovinco); Amauri (40' st Del Piero), Trezeguet. A disposición: Manninger, De Ceglie, Poulsen, Iaquinta. Entrenador: Ferrara.
Bologna (4-4-2): Viviano; Raggi, Portanova, Britos, Lanna; Vigiani (17' st Osvaldo), Mingazzini, Guana, Valiani (11' st G. Tedesco); Di Vaio (23' st Adailton), Zalayeta. A disposición: Colombo, Santos, Zenoni, Mudingayi. Entrenador: Papadopoulo.
Árbitro: Russo. Amonestó a Viviano y Raggi.
Goles: 25' pt Trezeguet, 49' st Adailton.
Cómo cambia una misma circunstancia en sólo tres días. El jueves, la Juve conseguía un empate en Génova y se llevaba una enorme desilusión cargada de rabia por no haber conseguido una victoria merecida y por el gol mal anulado a Iaquinta. Ayer, tras el empate contra el Bologna, la desilusión es la misma, pero con otras bases muy distintas: por el empate de Adailton en el último suspiro de partido y porque perfectamente el 1 a 1 podría haber llegado mucho antes, porque desde el gol de Trezeguet a la media hora de juego, la Juve reservó y renunció al partido. Con exceso de seguridad por una parte y quizá temor por la otra: el nivel bajo de la Juve, además de por la entrada de diversos jugadores que estaban lesionados y de otros no acostumbrados a jugar, se puede explicar con el partido contra el Bayern del miércoles. Ferrara está excesivamente preocupado antes de su primer choque trascendental en el banquillo y puso en riesgo, evidente, tres puntos de Serie A que podrían resultar decisivos al final de un campeonato que parece muy igualado. El Bayern, que en otro partido lamentable, perdió el sábado contra el Hamburgo, permitió al Bologna empatar un encuentro que hubiese perdido si la Juve hubiese jugado como la Juve y no planeando el partido del miércoles.
Como decíamos, la titularidad de algunos poco acostumbrados a jugar, como el caso de Molinaro y la reentré de varios lesionados (Zebina, Felipe Melo y Diego) desnaturalizaron en cierta manera a la Juve, que no encontró el dinamismo ni la seguridad que le habían llevado hasta el primer puesto de la clasificación. En las primeras cuatro jornadas, el equipo de Ferrara encajó sólo un gol, convirtiéndose en el menos goleado; en las dos últimas ha encajado tres. Problema de físico, seguramente, pero también de concentración, porque parece impensable que con ventaja en el marcador el Bologna encontrase desprotegida la puerta de Buffon, con Chiellini y Legrottaglie pensando en a saber qué. En el centro, Marchisio, al que se le notó muy cansado, no fue el propulsor que había encontrado Ferrara y la línea de tres se quedó en un mero filtro con algunos agujeros que dejaron pasar más juego del conveniente. Sólo Camoranesi, que a punto de cumplir los 33 quiere recuperar el papel de protagonista en la Juve, ofreció alguna colaboración a Diego. O a los restos de Diego. Porque con un equipo que no encontró la emulsión del juego en ningún momento, el brasileño estuvo perdido y sus pocas gotas de fantasía se perdieron en medio de la difusión del equipo.
Esperando a que Amauri se reencuentre con el gol (y también con la manera de marcarlo, porque lleva dos partidos preso por la ansiedad) después de ocho meses, los balones del equipo buscaron a Trezeguet y los que Diego intentó jugar con su compatriota no encontraron respuesta. Trezeguet sí parece estar en forma y querer revertir su situación y con los tres goles en este inicio de temporada no es descartable un cambio de papeles entre él y el propio Amauri. Aunque ayer también el equipo pagó la tibieza defensiva del francés, que no ayudó lo suficiente en el momento no del equipo. Aunque, por otra parte, puede que Ferrara también haya rescatado al killer de área que necesita media ocasión para hacer un gol. Ayer falló dos medios y marcó uno: una buena marca para alguien que está en tratamiento. Fue a pase de Zebina, el mejor del partido: una incursión en el área del lateral, después de una bonita acción personal, terminó con el balón en los pies de Trezeguet, que, a su manera, consiguió el gol.
Prácticamente ahí terminó el empeño de la Juve. Ferrara reservó la calidad de Diego para el Bayern y con Giovinco, que intentó dar algo más de velocidad, desapareció cualquier enlace entre el ataque y la defensa. La única ocasión de gol para la Juve fue un cabezazo al palo de Camoranesi a centro de Giovinco. Y fue a cuatro minutos del final. Mientras, Papadopoulo había introducido un tercer delantero para forzar más aún a un debilísimo Molinaro y Di Vaio se plantó dos veces sólo frente a Buffon en sólo dos minutos. En el minuto 65, Di Vaio encontraba incluso la displicencia de Buffon, que se dejó el traje de Superman en casa; pero fue Chiellini el que de cabeza despejó en la línea. Era el tercer aviso serio del Bologna porque antes, en el 46', a balón parado, Chiellini introdujo el balón en su portería, aunque la acción estaba anulada por fuera de juego. Finalmente, la Juve volvió a quemarse después de intentar controlar el fuego como hiciese tan a menudo con Ranieri, y llegó el gol de Adailton en el cuarto minuto del añadido: muy parecido al del Bordeux, dejando al brasileño, que había sustituido a Di Vaio, absolutamente solo en el área. Fue, ese error, la demostración de que la Juve no es sólo Diego ni debe serlo. La defensa, que seguramente echa en falta a Cannavaro, debe recuperar la solidez y Ferrara debe dotar al equipo del equilibrio táctico y mental necesarios. Cada partido cuenta y es importante. Y la Juve no puede conformarse con la habilidad de Diego, la potencia de Iaquinta, ni ahora con los goles de Trezeguet.




3 comentarios:
Recuerdo que la Curva Bianconera está totalmente en contra del Spam masivo o personalizado y aboga por el respeto hacia el trabajo de cada blog. Siguiendo esta norma, cualquier comentario que ofensivo o que contenga spam será eliminado.
Disculpad las molestias.
La falta de un lateral izquierdo con proyecciones defensivas que sustituya a grosso es evidente, molinaro tiene un nivel pésimo y esta temporada ha empeorado..a parte de eso esta derrota puede servir como leccion por que esa segunda parte amargo en verdad a todos...
Y con un carajo, no se puede cuidar tanto a los jugadores!!
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