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martes, 29 de septiembre de 2009

Amauri entra en barrena


Siete partidos sin marcar un gol son suficientes para hacer timbrar las primeras alarmas. Especialmente si el jugador se llama Amauri Carvalho de Oliveira. Y más aún si la abstinencia goleadora perdura desde el pasado 15 de febrero, aumentado los siete partidos hasta los siete meses, cuando el aún brasileño le marcó el que todavía es su último gol oficial a la Sampdoria. Las estadísticas son demoledoras en contra de Amauri (aunque no hay que olvidar que en pretemporada consiguió siete goles en siete partidos), pero lo que más preocupa dentro de la Juventus es el estado psicológico del delantero: Amauri está empezando a notar el peso de la racha negativa (casi 600 minutos consecutivos sin marcar) y la búsqueda del gol se está convirtiendo en una obsesión para él. Corre, lucha y brega, señales de que físicamente se encuentra bien; por lo que da la impresión de que se trata de un problema mental: la excesiva presión y los problemas con su pasaporte italiano le han robado la tranquilidad y han agarrotado sus piernas, dando como resultado la perdida de eficacia en los últimos metros.

Lo pudimos ver el pasado domingo contra el Bologna, donde Ferrara optó por Amauri y Trezeguet para abrir la defensa de Papadopoulo. El brasileño bregó y fue a la lucha contra Britos y Portanova. Sin embargo, cerca del área, no consiguió que sus intentos fructiferasen. En ocasiones parecía un delantero más espeso, pesado, sin su típica electricidad y potencia, las armas que tan bien empleaba y que le valieron muchas comparaciones con su predecesor Ibrahimovic. Es cierto, y no hay que obviarlo, que con el nuevo sistema de juego, Amauri parte desde más atrás y más escorado para facilitar la entrada del mediapunta y de los centrocampistas. Pero es igualmente verdad que en la temporada pasada era prácticamente impensable ver a Amauri perder en un uno contra uno por fuerza contra los defensas. Y los defensores del Bologna, por ejemplo, se fueron el domingo muy satisfechos a casa, con la sensación de haber anulado a un Amauri que parece haber perdido la confianza con la que el año pasado, gol tras gol, le hizo conquistar el corazón de millones de juventinos.

Su comienzo en la temporada pasada fue absolutamente distinto: en los seís primeros partidos, Amauri había marcado ya tres goles. Y goles importantes además, que dieron seís puntos vitales contra Sampdoria y Udinese. Parece que ha pasado mucho tiempo, pero la realidad es que la sensación de lejanía es la falta que hace y lo que se le echa de menos. A la Juve le falta el Amauri debastador para ser casi perfecta. Y podemos estar seguros de que lo único que le hace falta es un gol, uno sólo, para dejar atrás cualquier inseguirdad y volver a ser el jugador determinante que ha demostrado poder ser. Es por eso que Ferrara quiere recuperarlo lo más rápido posible y está insistiendo con Amauri en todos los partidos. Aunque en el partido de hoy contra el Bayern, según la prensa italiana, algo podría cambiar: el entrenador podría estar pensando en dar entrada a Trezeguet en lugar del brasileño. A pesar de lo que puede parecer a simple vista, no se debería considerar una eventual suplencia de Amauri esta noche como un signo de pérdida de confianza, sino todo lo contrario: Ferrara podría tratar de darle descanso (ha jugado hasta ahora todos los partidos como titular) y quitarle de encima un poco de presión, logrando así que pueda dar lo mejor de sí mismo el próximo sábado contra el Palermo. Sin contar que con un David Trezeguet de nuevo en estado de gracia, la finalización parece el último de los problemas de esta nueva Juve, que hasta ahora ha marcado al menos un gol en todos los partidos que ha disputado.

Como habíamos dicho, no podemos negar que Amauri no pasa por su mejor momento, que no marca desde hace siete meses, pero no hay que menospreciar el trabajo que realiza para todo el equipo. Algo que quiso destacar el ds Secco el domingo: “su trabajo es de vital importancia para el equipo. Es cierto que un delantero tiene que marcar goles y que en este momento Amauri no los está haciendo, pero no es un problema para el equipo. Existen ciertos períodos en los que todo sale y otros en los que, aunque pongas mucho empeño, no llegan los goles”. Y esa parte es innegable: Amauri lleva dos semanas desarrollando unos entrenamientos especiales y extraordinarios para afinar la punteria. Para que allá donde juegue la Juve vuelva a oirse eso de “Siamo venuti fin qui per vedere segnare Amauri”.

lunes, 28 de septiembre de 2009

El Bayern empató en el descuento


Juventus - Bologna, 1-1
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Zebina (23' st Cáceres), Legrottaglie, Chiellini, Molinaro; Camoranesi, Felipe Melo, Marchisio; Diego (15' st Giovinco); Amauri (40' st Del Piero), Trezeguet. A disposición: Manninger, De Ceglie, Poulsen, Iaquinta. Entrenador: Ferrara.
Bologna (4-4-2): Viviano; Raggi, Portanova, Britos, Lanna; Vigiani (17' st Osvaldo), Mingazzini, Guana, Valiani (11' st G. Tedesco); Di Vaio (23' st Adailton), Zalayeta. A disposición: Colombo, Santos, Zenoni, Mudingayi. Entrenador: Papadopoulo.
Árbitro: Russo. Amonestó a Viviano y Raggi.
Goles: 25' pt Trezeguet, 49' st Adailton.

Cómo cambia una misma circunstancia en sólo tres días. El jueves, la Juve conseguía un empate en Génova y se llevaba una enorme desilusión cargada de rabia por no haber conseguido una victoria merecida y por el gol mal anulado a Iaquinta. Ayer, tras el empate contra el Bologna, la desilusión es la misma, pero con otras bases muy distintas: por el empate de Adailton en el último suspiro de partido y porque perfectamente el 1 a 1 podría haber llegado mucho antes, porque desde el gol de Trezeguet a la media hora de juego, la Juve reservó y renunció al partido. Con exceso de seguridad por una parte y quizá temor por la otra: el nivel bajo de la Juve, además de por la entrada de diversos jugadores que estaban lesionados y de otros no acostumbrados a jugar, se puede explicar con el partido contra el Bayern del miércoles. Ferrara está excesivamente preocupado antes de su primer choque trascendental en el banquillo y puso en riesgo, evidente, tres puntos de Serie A que podrían resultar decisivos al final de un campeonato que parece muy igualado. El Bayern, que en otro partido lamentable, perdió el sábado contra el Hamburgo, permitió al Bologna empatar un encuentro que hubiese perdido si la Juve hubiese jugado como la Juve y no planeando el partido del miércoles.

Como decíamos, la titularidad de algunos poco acostumbrados a jugar, como el caso de Molinaro y la reentré de varios lesionados (Zebina, Felipe Melo y Diego) desnaturalizaron en cierta manera a la Juve, que no encontró el dinamismo ni la seguridad que le habían llevado hasta el primer puesto de la clasificación. En las primeras cuatro jornadas, el equipo de Ferrara encajó sólo un gol, convirtiéndose en el menos goleado; en las dos últimas ha encajado tres. Problema de físico, seguramente, pero también de concentración, porque parece impensable que con ventaja en el marcador el Bologna encontrase desprotegida la puerta de Buffon, con Chiellini y Legrottaglie pensando en a saber qué. En el centro, Marchisio, al que se le notó muy cansado, no fue el propulsor que había encontrado Ferrara y la línea de tres se quedó en un mero filtro con algunos agujeros que dejaron pasar más juego del conveniente. Sólo Camoranesi, que a punto de cumplir los 33 quiere recuperar el papel de protagonista en la Juve, ofreció alguna colaboración a Diego. O a los restos de Diego. Porque con un equipo que no encontró la emulsión del juego en ningún momento, el brasileño estuvo perdido y sus pocas gotas de fantasía se perdieron en medio de la difusión del equipo.

Esperando a que Amauri se reencuentre con el gol (y también con la manera de marcarlo, porque lleva dos partidos preso por la ansiedad) después de ocho meses, los balones del equipo buscaron a Trezeguet y los que Diego intentó jugar con su compatriota no encontraron respuesta. Trezeguet sí parece estar en forma y querer revertir su situación y con los tres goles en este inicio de temporada no es descartable un cambio de papeles entre él y el propio Amauri. Aunque ayer también el equipo pagó la tibieza defensiva del francés, que no ayudó lo suficiente en el momento no del equipo. Aunque, por otra parte, puede que Ferrara también haya rescatado al killer de área que necesita media ocasión para hacer un gol. Ayer falló dos medios y marcó uno: una buena marca para alguien que está en tratamiento. Fue a pase de Zebina, el mejor del partido: una incursión en el área del lateral, después de una bonita acción personal, terminó con el balón en los pies de Trezeguet, que, a su manera, consiguió el gol.

Prácticamente ahí terminó el empeño de la Juve. Ferrara reservó la calidad de Diego para el Bayern y con Giovinco, que intentó dar algo más de velocidad, desapareció cualquier enlace entre el ataque y la defensa. La única ocasión de gol para la Juve fue un cabezazo al palo de Camoranesi a centro de Giovinco. Y fue a cuatro minutos del final. Mientras, Papadopoulo había introducido un tercer delantero para forzar más aún a un debilísimo Molinaro y Di Vaio se plantó dos veces sólo frente a Buffon en sólo dos minutos. En el minuto 65, Di Vaio encontraba incluso la displicencia de Buffon, que se dejó el traje de Superman en casa; pero fue Chiellini el que de cabeza despejó en la línea. Era el tercer aviso serio del Bologna porque antes, en el 46', a balón parado, Chiellini introdujo el balón en su portería, aunque la acción estaba anulada por fuera de juego. Finalmente, la Juve volvió a quemarse después de intentar controlar el fuego como hiciese tan a menudo con Ranieri, y llegó el gol de Adailton en el cuarto minuto del añadido: muy parecido al del Bordeux, dejando al brasileño, que había sustituido a Di Vaio, absolutamente solo en el área. Fue, ese error, la demostración de que la Juve no es sólo Diego ni debe serlo. La defensa, que seguramente echa en falta a Cannavaro, debe recuperar la solidez y Ferrara debe dotar al equipo del equilibrio táctico y mental necesarios. Cada partido cuenta y es importante. Y la Juve no puede conformarse con la habilidad de Diego, la potencia de Iaquinta, ni ahora con los goles de Trezeguet.

viernes, 25 de septiembre de 2009

"Nos han quitado un gol"


Genoa - Juventus, 2-2
Genoa (3-4-3): Amelia; Biava, Moretti, Bocchetti; Rossi, Zapater, Milanetto (22’ st Kharja), Modesto (17’ st Papastathopoulos); Sculli, Floccari (1’ st Crespo), Mesto. A disposición: Scarpi, Esposito, Palacio, Palladino. Entrenador: Gasperini.
Juventus(4-4-2): Buffon; Grygera, Legrottaglie, Chiellini, Grosso; Camoranesi, Poulsen, Felipe Melo, Marchisio (31’ st Giovinco); Amauri (37’ st Trezeguet), Iaquinta. A disposición: Chimenti, Cáceres, Salihamidizic, De Ceglie, Zebina. Entrenador: Ferrara.
Árbitro: Saccani. Amonestó a Bocchetti, Rossi, Felipe Melo y Iaquinta.
Goles: 6’ pt Iaquinta, 31’ pt Mesto, 30’ st Crespo, 41’ st Trezeguet.

Sincero, directo y duro. Así, como el juego de su equipo, se mostró Ferrara en la rueda de prensa posterior al partido al hablar de la pésima actuación del árbitro Massimo Saccani y sus asistentes, que arruinaron un partido casi perfecto de la Juventus al anular un gol legal a Iaquinta, que hubiese supuesto en ese momento el 1-2 en el marcador y, seguramente, vista la actitud del Genoa, la quinta victoria consecutiva de la Juventus. El colegiado decidió que en una falta botada por Grosso, Iaquinta se encontraba en fuera de juego para invalidar la jugada. Un error grave e importante y seguramente decisivo, como el de Gervasoni hace un par de jornadas, cuando vio falta de Rocchi a Legrottaglie para anular un gol a la Lazio. Algo que irritó muchísimo a Mourinho, que tras ese error favorable a la Juventus, se fue a cenar calamares. Quién sabe si ayer estaba frente a otro plato de moluscos o si ya celebraba su primer puesto con ostras y champagne, puesto que la suerte arbitral vuelve a favorecer a su equipo. Duda que no podremos despejar, ya que el portugués ha optado, después de su expulsión contra el Cagliari, que no volverá a dar una rueda de prensa en Italia, salvo las obligatorias de la Champions League. Una decisión seguramente equivocada: sin los shows de prensa, el trabajo de Mourinho en el Inter se queda deslucido y reducido.

La parte positiva de toda esta historia la encontramos en la respuesta que pudo dar el equipo. Seguramente, la Juve del año pasado se hubiese enterrado bajo sus propias desgracias y se hubiese rendido. Sin embargo, el equipo de Ferrara no lo hizo y siguió con la misma garra (o más) que con la que empezó el partido. Como se preveía, fue un partido intenso, aderezado con el fútbol vistoso del Genoa y las contral hábiles de la Juventus, rediseñada por las ausencias y para la ocasión. Para intentar frenar los avances por los costados de Gasperini, Ferrara revolucionó tácticamente al equipo con gran maestría y sacrificio: el 4-4-2 inicial, con Melo y Poulsen en el centro y Camoranesi y Marchisio en las alas, se reciclaba constantemente, convirtiéndose en el típico 4-3-1-2 (Camoranesi mediapunta) o en 4-3-3 (con Iaquinta entrando por la izquierda) según la necesidad del momento. Con dos equipos hechos para tener el balón, el partido no se destapó hasta el primer gol: penetración de Marchisio, centro desde la izquierda, finta de Camoranesi, que deja para que Iaquinta la cuele por bajo en el segundo palo. A partir de ahí, en lugar de intentar aprovechar los espacios que concedía una defensa para olvidar durante toda la noche, la Juve optó por gestionar un poco los tiempos del partido y reservar fuerzas, permitiendo así al Genoa crear peligro, entrando bien por los lados y con una parcela central dotada del criterio de Zapater. Así, con un espectacular centro desde la izquierda de Sculli y un genial remate de Mesto, que anticipó bien a Grosso, demasiado difuso, excepto en los balones parados, llegó el empate del Genoa. Curiosidad o no, Marcello Lippi lo observaba todo en directo y podría /debería pensar en los dos protagonistas del Genoa para reforzar las bandas de la débil Italia en los próximos encuentros.

El dominio territorial de la Juve se materializaba en los pies de Camoranesi, que esta temporada parece dispuesto a retomar su condición de estrella indispensable; en el trabajo de Poulsen, por fin a la altura de lo que costó (excelente en el corte y robo y en la distribución corta) y el dinamismo de Marchisio, que, junto a Camoranesi, servía constantemente de balones a Iaquinta y Amauri, que sigue trabajando y aportando muchísimo, pero sin lograr marcar; un problema que no es, pero que podría serlo. En el Genoa, los cambios surtieron efecto: Crespo entró para surtituir a un Floccari de cero y consiguió el gol aprovechando (otra vez) una acción por las bandas del Genoa, que supo librarse de la superprotección de Ferrara en esas zonas. Adelantándose a Legrottaglie hacía el 2-1 justo un minuto después de que el árbitro anulase el 1-2 de Iaquinta. Ni Ferrara ni su equipo iban a darse por rendidos. Para remediar la primera derrota de su carrera como entrenador, el técnico introdujo a Giovinco para darle una dosis de imprevisibilidad al juego de la Juve y a Trezeguet. Fue el francés el que consiguió a 4' del final el empate, aprovechando el enésimo error de la zaga de Gasperini, que esta semana ha presumido de experiencia, que dejó habilitados y sin marca a hasta cinco jugadores de la Juventus. Ahí Trezeguet no falla y consigue su segundo gol de la temporada (los mismos que en toda la campaña pasada). La demostración de que nadie podrá ganar a la Juve si no da el 100%. De que esta Juve tiene mucha hambre y quiere recuperar lo que es suyo.

martes, 22 de septiembre de 2009

El nuevo Tardelli


Mientras Claudio Marchisio arrastraba con rabia sus rodillas sobre el cesped del Olimpico el pasado sábado celebrando su golazo ante el Livorno, en la narración de Sky Italia Fabio Caressa gritaba "¡Es el nuevo Tardelli! ¡Es el nuevo Tardelli!". Y no podemos saber si se pusieron de acuerdo o no, pero el domingo, durante la celebración del Torneo Ale e Ricky nel cuore en memoria de los dos jovenes futbolistas que murieron en el lago de Vinovo en 2006, Gianluca Pessotto, el nuevo encargado de las categorías inferiores dijo que Marchisio "se parece mucho a Tardelli".

A diferencia de Tardelli, Marchisio nació en la Juve, creció en la Juve y seguramente se retirará en la Juve. Turinés y juventino desde la cuna, lleva 23 años con la bianconera encima de manera simbólica y quince en la práctica (doce en la cantera y ya tres en el primer equipo). Cambió los vestuarios del Primavera a los del primer equipo el año de la Serie B y después de una gran temporada en el Empoli, Ranieri decidió contar con él como un jugador importante que se ha confirmado en el esquema de Ferrara. Es, junto a Giovinco, el máximo exponente del stile Juve: jugador dinámico, potente, con la misma medida de clase y garra y creado en casa. Dotes que le han permitido saltarse todas las jerarquías y convertirse en uno de los referentes de la selección de Marcello Lippi, haciendo gala del nuevo tatuaje que luce en su antebrazo: "Impossible is nothing".

Con sólo 23 años se ha convertido en un modelo para todos los jovenes que pretenden triunfar en el fútbol, que ven con sacrificio sí se puede cumplir el sueño, y ya califican a Luca Marrone como el nuevo Marchisio, alguien que apenas acaba de recibir el honor de ser sucesor de otro grande. Él dice que eso le hace más viejo, pero en realidad le hace mejor. Recordaba el domingo que la temporada pasada, cuando vio a los chavales agitar el logotipo de la Champions League en el partido contra el Real Madrid sintió algo especial: "me recordaba a cuando yo veía al primer equipo". De agitar la pancarta de la Champions años atrás, pasó a la titularidad contra el Madrid y pensó: "Ahora o nunca, este este tren sólo pasa una vez". Lo cogió y no ha bajado.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Pleno sobresaliente


Juventus - Livorno, 2-0
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Grygera, Legrottaglie, Chiellini, Grosso; Camoranesi (27' st Marrone), Poulsen, Marchisio; Giovinco (15' st De Ceglie); Iaquinta, Trezeguet (35' st Amauri). A disposición: Manninger, Zebina, Ariaudo, Molinaro. Entrenador: Ciro Ferrara.
Livorno (4-3-1-2): De Lucia; Diniz, Raimondi, Miglionico, Pieri; Pulzetti, Moro, Mozart (1' st Filipinni); Candreva; Tavano (24' st Callerino), Lucarelli (16' st Danilevicius). A disposición: Benussi, Marchini, Knezevic, vitali. Entrenador: Vittorio Russo.
Árbitro: Andrea Pierpaoli. Amonestó a Lucarelli y Moro.
Goles: 8' pt Iaquinta, 30' pt Marchisio.

Cuatro de cuatro. Ocho goles a favor y uno en contra son la representación de las cuatro victorias de la Juve en Serie A. La nueva Juve de Ferrara funciona bien, muy bien. Ayer lo vimos. Aunque, siendo realistas, más en la primera parte que en la segunda. Sin Cannavaro, Melo, Diego ni Amauri, la Juve dio un recital futbolistico ofensivo en 45 minutos que mandan un mensaje alto y claro a todos sus rivales: poco o nada tiene que ver este equipo con la máquina betusta de Ranieri. Y si es nada y no es poco no es por la frescura con la que juega el equipo de Ferrara, ni por la velocidad de transición, ni por la verticalidad, ni por intentar marcar en cualquier momento de cualquier manera: de cabeza (Iaqunta en el 8’), culminando una jugada de toque (Marchisio en el 30’), a balón parado o con un disparo lejano. No, porque la Juve de Ferrara muestra (y lo ha hecho desde el primer día de pretemporada) un defecto con respecto al equipo de Ranieri: el rombo del juego alegre concede más espacios a los rivales y más oportunidades (a favor, pero también en contra). A las muchas de ayer del Livorno se le pueden buscar dos consideraciones; 1) las siete bajas que sufría la Juve y 2) el proceso de asimilación del nuevo sistema, aunque mejora, aún no se ha completado.

Como argumento favorable (aunque quizá populista) podríamos decir que cuando un equipo tiene el mejor portero del mundo, lo justo es aprovecharlo, como hace la Juve, que se permite otro tipo de licencias con la seguridad que da Buffon como último defensor. Desde luego, es esa la lectura que se puede hacer del partido de ayer: Buffon sabe defenderse solo. Porque ayer el Livorno no se cerró para jugar atrás como hizo Mourinho con su equipo el pasado miércoles, aunque la diferencia de calidad entre toscanos y juventinos fuese mucho menor al de su Inter con respecto al Barcelona, demostrando que por suerte aún hay gente que ve y siente el fútbol como algo más que un slogan o una fachada y que para ello no necesita ganar 11 millones de euros al año. Es lo que hacen Vittorio Russo y Ruotolo, la pareja de entrenadores amaranta, y, como decíamos, lo que sufrió ayer Buffon, que casi con el minuto inicial tuvo que hacer el primer milagro de la noche parando de manera casi imposible un disparo de Tavano. A la media hora, Buffon ya había tenido que intervenir otras dos veces con providencia, primero a un remate de Pulzetti que desvió Legrottaglie y después metiendo el pie a Lucarelli, que vio como el portero desbarataba la pelota que tan bien le había servido Candreva, una de las joyas jóvenes del fútbol italiano que, inexplicablemente, ha dejado marchar el Udinese.

Pero, para desgracia del Livorno, en la misma media hora que Buffon respondía a los que últimamente les gusta decir que no está entre los mejores por el simple hecho de haber jugado un año en Serie B, la Juventus marcaba dos goles: primero Iaquinta aprovechaba un excepcional centro de Camoranesi, saltando sobre Diniz y Miglionico, para batir a De Lucia. El intento de respuesta amaranto se quedó en nada y la Juventus siguió dominando con Giovinco, más inspirado que en el partido del martes y, sobre todo, con Camoranesi, que ayer recordó que él es un crack que puede llevar el peso de todo un equipo y cambiar el rumbo de un partido. Y es lo que hizo, ya que también fue suya la asistencia para el segundo gol de Marchisio, que entró por la izquierda finalizando con maestría una excelente jugada. Era el minuto 30 y el partido ya estaba cerrado.

La Juventus se relajó y el Livorno, ya sin nada que perder, alargó su equipo, concediendo también muchos espacios. Candreva insistía, Buffon también y Mozart y Danilevicius, que había sustituido a Lucarelli, creaban algo más de peligro. Así las cosas, Ferrara dio entrada a De Ceglie por Giovinco en un intento de plan B de reavivar la llama de la intensidad. El cambio tuvo su efecto y, dentro del ritmo bajo en el que estaba atrapado el partido, la Juve tuvo dos oportunidades en los pies de Trezeguet (61’ y 78’), que estuvo mucho más lúcido e integrado en el juego del equipo, con más sacrificio y trabajo. Al final, Marrone y Amauri sustituyeron a Camoranesi, que jugó el tramo final de mediapunta, y Trezeguet, dosificando los esfuerzos en vista del carrusel de partidos que se viene encima (Genoa, Bologna y Bayern en menos de diez días). Era la mejor manera de terminar un partido que suponía una victoria más y la confirmación de que la Juve c’è.

viernes, 18 de septiembre de 2009

La duda de Giovinco


Antes de realizar cualquier consideración, conviene recalcar que Diego Ribas es único y, por tanto, insustituible. Por lo que no es lógico pensar en una Juventus igual en su ausencia. La duda está en saber si Giovinco puede sustituirle con ciertas garantías o no. La respuesta que cualquier aficionado podría lanzar variaría sustancialmente dependiendo después de qué partido se realice. Porque, a día de hoy, además del físico diminuto, la continuidad parece el principal handicap de Sebas Giovinco. En su segundo año en la Juventus ha pasado de ser el joven canterano que suponía un soplo de aire fresco y de renovación, al que todo se le podía perdonar, a un futbolista lo suficientemente maduro como para tener que cumplir (y bien) con sus responsabilidades.

El problema viene cuando esas recaen en sustituir al hombre sobre el que gira todo el planteamiento técnico-táctico del equipo. El público juventino se ha mal acostumbrado (con toda la ironía del mundo) con Diego, un futbolista especial, capaz de coger el balón en su propio campo, regatear, chocar y resistir las embestidas de los rivales, como vimos contra la Roma. Su radio de acción y de impacto sobre el terreno de juego es enorme, mientras que Giovinco, hoy por hoy, es un jugador para los últimos 20-25 metros. Es una mezcla entre mediapunta y segundo delantero; posiblemente lo segundo en el cuerpo de lo primero. Obviamente, puede inventar o cambiar el ritmo de la jugada en los metros finales, pero, por sus características, carece de la visión periférica en HD de Diego y de la potencia del brasileño por motivos evidentes.

Aún así, Ferrara, que ha declarado que Giovinco "no es el suplente de ninguno; no lo es de Diego y menos de Del Piero. Es Giovinco y basta", sigue contando con él en el papel de mediapunta, por mucho que sus aportaciones al juego sean muy distintas a las de Diego en esa misma posición. El pasado martes contra el Bordeaux, por ejemplo, vimos como en el medio se estrellaba una y otra vez contra el muro móvil de Alou Diarra, que volvía a reaparecer frente a él una vez superado. Mañana, esta vez contra el Livorno, tendrá la oportunidad de seguir creciendo y mejorando. Ferrara le conoce bien y confía plenamente en sus cualidades para continuar con el proceso de asimilación del nuevo 4-3-1-2 durante la falta de Diego. Porque para que ciertos movimientos lleguen a ser automáticos y espontáneos se necesitan partidos, entrenamientos y más partidos. También por esto Giovinco es indispensable ahora. Su labor será fundamental en el cambio decisivo y definitivo que pretende dar un carácter propio y reconocible a la Juventus.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pena y rabia


Juuventus - Bordeaux, 1-1
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Cáceres, Legrottaglie, Cannavaro (23’ st Zebina), Grosso; Marchisio, Felipe Melo, Tiago (35’ st Poulsen); Giovinco (28’ st Camoranesi); Amauri, Iaquinta. A disposición: Manninger, De Ceglie, Molinaro,Trezeguet. Entrenador: Ciro Ferrara.
Bordeaux (4-2-3-1): Carrasso (10’ st Ramè); Chalme, Planus, Ciani, Tremoulinas; Menegazzo, Diarra; Plasil (31’ st Gouffran), Gourcuff, Wendell; Chamakh. A disposición: Henrique, Juretti, Jussie, Cavenaghi, Bellion. Entrenador: Laurent Blanc.
Árbitro: Tom Henning Ovrebo. Amonestó a Ciani, Giovinco y Gouffran.
Goles: 18' st Iaquinta, 29' st Plasil.

La sensación que queda hoy es de rabia y pena. Rabia porque se esperaba algo más y mejor de la Juventus en la noche de su debut en Champions, entre promesas, ambiciones e ilusiones. Sin embargo, del durísimo partido contra el Girondins, queda un empate que no deja contento a nadie. Pena porque a tres minutos del final, Marchisio estrelló en el travesaño un disparo, a puerta vacía, que culminaba una contra llevada a cabo con maestría y rapidez, y que desvanecía finalmente las opciones de conseguir una primera victoria. Una victoria de un valor incalculable, visto el nivel exhibido por el Girondins, que convertirá ya el próximo partido contra el Bayern en vital dentro de un grupo que se decidirá por unas diferencias mínimas.

En el fondo se esperaba un partido duro, más allá de lo poco atractivo que pudiese resultar el nombre del Bordeaux para el público general. Pero tácticamente, el Girondins es un equipo fuerte y ambicioso, practicando un fútbol directo, con el balón en los pies y a base de triangulaciones rápidas y simples. Algo parecido a lo que quiere Ferrara de la Juventus; con la única diferencia de que Blanc opta por dos hombres delante de la defensa, Alou Diarra y Menegazzo, en contra del 4-3-1-2 juventino, que le aportan una mayor dosis de físico y fiabilidad defensiva, algo muy importante en Europa. Y si enfrente de un equipo dinámico, bien plantado, que juega corto (no ocupaban más de treinta metros), aparece un equipo poco o nada inspirado, que no logra mover el balón con claridad y no puede filtrar los pases hacia sus puntas, su juego se redimensiona. Eso es lo que le pasó ayer a la Juventus en un partido que, bajo un diluvio incesante, se convirtió en un rompecabezas desde el principio y que obligó a Buffon a realizar su primera intervención milagrosa a los tres minutos de partido, después de que Grosso no pudiese controlar el balón y se lo dejase franco a Fernando.

La Juve, por su parte, tardó quince minutos en enterarse de qué estaba en una noche de Champions y cinco más en construir la primera acción calificable como jugada de peligro. Marchisio y Iaquinta fueron los protagonistas, dos jugadorea que a pulso, con trabajo y sacrificio, se han ganado el puesto en las cotas más altas del fútbol italiano, pasando de la humildad de Empoli y Udine a la opulente titularidad necesaria en la selección italiana de Lippi que luchará por revalidar el cetro mundial en Sudáfrica, cambiando incluso el sistema de juego para no desaprovechar el talento del joven turinés. Se encargó de mantener el equilibrio en el centro, luchando con Menegazzo y frenando las acometidas de Wendel (cosa que no pudo hacer Tiago, perdido en la lluvia, en la otra banda con Plasil) y, además, de crear las jugadas y dar los pases que no pudo hacer Giovinco. Su técnica exquisita le permite irse del primer adversario, pero su escasa estatura le impide después sortear a los que le están esperando. Dijo entre semana que tendría un puesto en el equipo si fuese brasileño. Puede ser, pero no en la mediapunta, porque después de cada partido, de dejar siempre la sensación de ser el joven de futuro, va quedando claro que su posición está cerca del área y no como el creador y canalizador de juego de un equipo que sólo cuenta con tres centrocampistas.

La consecuencia de todo esto es que la segunda parte también empezó con una parada de Buffon, esta vez a disparo de Gourcuff, que le da al Girondins todo lo que le falta al Milan, y con la presión del equipo francés, que le hizo ganarse a Grosso el aplauso del Olimpico tras un robo al límite a Plasil. Repitió ovación al crear el primer disparo con peligro real de la noche con un libre directo que le obligó a dar lo mejor de sí a Ramè, que acaba de entrar sustituyendo al lesionado Carrasso. Fue lo que necesitaba la Juventus para reaccionar, aunque fuese por poco tiempo; el suficiente para que Iaquinta aprovechase un gran pase de Cannavaro (en la posición y en la acción de Felipe Melo) para colar su disparo raso y colocado en la portería girondina. Sin embargo, la reacción de la Juventus no fue tal y el efecto duró poco y volvió a ceder el protagonismo a Buffon para frenar de nuevo a Menegazzo (22' st). Era la primera consecuencia de la baja de Cannavaro, que, lesionado, fue sustituido por Zebina, con lo que Cáceres pasó al centro de la zaga. El nerviosismo de la primera línea confirmó la importancia de Fabio, a pesar de lo que muchos digan, tiene en este equipo. Sin él en el campo, llegó al final el gol de Plasil (74'), abandonado por Tiago y en fuera de juego. No podemos esperar ninguna reacción de Mourinho en este caso. Estaría cenando. Aunque los muchos errores de ayer son, simplemente, la consecuencia de que Tom Henning Ovrebo todavía siga arbitrando.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Victoria de equipo (grande)


Lazio - Juventus, 0-2
Lazio (4-4-1-1): Muslera; Licht­steiner, Siviglia, Diakitè, Kolarov; Dabo (32’ st S. Inza­ghi), Baronio, Mauri, Ma­tuzalem; Foggia(38’ st Eli­seu); Cruz. A disposición: Bizzarri, Radu, Faraoni, Del Nero, Meghni. Entrenador: Davide Ballardini.
Juventus (4-3-1-2):
Buffon; Cáceres, Legrottaglie, Chiellini, Grosso (42’ st Mo­linaro); Camoranesi (24’ st Tiago), Felipe Melo, Mar­chisio; Diego (45’ pt Giovin­co); Amauri, Trezeguet. A disposición: Manninger, Cannavaro, Poulsen, Iaquinta. Entrenador: Ciro Ferrara.
Árbitro: Andrea Gervasoni. Amonestó a Legrottaglie, Felipe Melo, Cáceres y Amauri.
Goles: 27' st Cáceres, 49' st Trezeguet.

Uno de los primeros típicos tópicos del fútbol es el que dice que el equipo que gana partidos como el de ayer acaba ganando la competición. La Juve volvió a ganar ayer en el Olimpico romano, consiguiendo los seís puntos disponibles en las dos visitas a la capital (un dato que va más allá de la mera estadística), aunque mostrando otra cara con respecto al partido anterior contra la Roma: un equipo menos atractivo, pero igualmente con maldad, garra, fuerza y carácter. Perdida la fantasía de Diego, la Juventus consiguió ganar el partido con la garra de Marchisio, el trabajo de Melo, la excepcional forma de Amauri y la unión que pertenece sólo y exclusivamente a los grandes equipos. No mereció quizá la victoria, pero el hecho de buscarla con abnegación hasta el final obtuvo la recompensa, además con el valor añadido de que los goles los consiguieron dos que no fuero precisamente los mejores del partido (especialmente Trezeguet). Así, la Juventus cierra con seís de seís dos de las salidas más complicadas de la temporada.

Como estaba previsto, Ferrara dejó descansar a Iaquinta después de jugar los dos partidos completos con Italia y alineó a Trezeguet en su debut, formando con Amauri una pareja que no dejó muy buenas sensaciones la temporada pasada. En realidad, ayer el problema no fue la ausencia de un delantero que lanzase al otro, sino la escasa actitud para realizar la cobertura defensiva y la presión que sí hace Iaquinta por ejemplo. Así, mientras Amauri siempre estaba en la banda izquierda, Trezeguet dejó vía libre a Kolarov por la derecha, donde el también debutante Cáceres, que demostró carencias de lateral, se vio superado por toda la Lazio, que quiso entrar por su carril zurdo. Pero vayamos por orden: la Juventus empezó bien con Diego, que, aún sufriendo un fuerte marcaje de Baronio y Dabo, iluminaba el juego de ataque de la Juve, combinando con la genialidad de Amauri, que le regaló a Trezeguet dos balones de gol que el francés erró (o Muslera paró).

Pero mientras la Juventus probaba sin demasiada suerte, la defensa de la Lazio se organizó, consiguiendo conformar un sistema defensivo muy sólido al mismo tiempo que la luz de la Juventus se apagaba: el lento desgaste al que los rivales someten a Diego surtió ayer efecto y el brasileño tuvo que retirarse con una contractura que le tendrá fuera dos semanas. La pérdida del brasileño (Giovinco, que también volvía y debutaba tras su lesión de pretemporada, le sustituyó en un acto de valentía y total coherencia de Ferrara con su 4-3-1-2) afecto negativamente a la Juventus, a la que Buffon tuvo que sacar de apuros a base de milagros; primero un paradón a Kolarov y poco después otros dos a Baronio. Pero al final del primer tiempo no pudo más y terminó todo con una jugada polémica con el balón dentro de la portería: falta botada por Kolarov, revuelta en el área y la pelota le cae a Mauri, que supera a Buffon. Gervasoni, sin embargo, pitó una supuesta falta de Cruz sobre Legrottaglie, por lo que el disparo de Mauri y el posterior gol estaba previamente anulado. Aún así, la gente de siempre buscará la polémica que después golpeará al fútbol italiano en la cara de la cruda realidad.

El segundo tiempo comenzó como había acabado el primero; con la Lazio atacando y la Juve aguantando. La Juve no perdió la concentración y apretó los dientes, como ha hecho a lo largo de la historia en su conquista continua de títulos. Siguió así dentro del partido hasta que el pedernal de Giovinco encendió la chispa que hacía falta, combinando con Marchisio y Amauri y reavivando la llama de la Juventus. Cinco minutos después, otra excelsa jugada entre el mediapunta y el delantero obligó a Muslera a hacer su paradón 'buffoniano' de la noche. Parecía haber cambiado por completo el signo del partido y al final llegó el gol de la Juventus con un centro de Marchisio que enganchó de volea Cáceres, convirtiendo un debut desafortunado en un partido histórico para él. Faltaban 18' para el final y la Juve había girado con paciencia y maestria la situación: la Lazio se vino abajo y finalmente llegó, tras un remate espectacular de Amauri, el segundo gol de Trezeguet, que volvió a marcar seís meses después. No tuvo ninguna incidencia en la historia del partido porque el árbitro pitó el final pocos segundos después, pero sí puede tenerla en la del delantero, que al final dejó caer un misterioso "hablaré con mi familia". Algunas cosas nunca cambian. La Juve tampoco.

> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.

sábado, 12 de septiembre de 2009

El mejor club del Siglo XX

El mejor equipo del Siglo XX. En Italia, eso sí. En Europa la Juve es segunda, por detrás del inalcanzable Real Madrid, que ganó ocho copas de Europa en la pasada centuria. En efecto, la Juve, que está a cinco días de debutar en Champions League contra el Girondins, y que ha construido un equipo para volver a ganar y reparar (en la medida de lo posible) los daños del escándalo de 2006, es el mejor club de la historia de Italia en Europa, muy por delante de otros que quizá sean mejores en un arco mucho menor, sólo de nueve años, y a los que la Juve tiene noventa y un años para volver a sobrepasar. Lo dice el Iffhs, el instituto mundial de historia y estadística del fútbol, haciendo un estudio que ha dado realmente el valor que se merece cada partido y cada victoria: 8 puntos por cada victoria en la Champions League y 4 por el empate; las victorias en la Copa de la Uefa y la Copa de Ferias reciben un valor de 6 puntos (tres el empate) y valorando también los partidos de la Recopa (5 puntos por ganar y 2'5 por empatar), la Supercopa de Europa (6'5 y 3'25) y la Mitropa Cup y la Copa Latina (victorias a 4 puntos y 2 por los empates).

Desde los tiempos gloriosos del quinquennio, con Combi, Rosetta y Caligaris, que fue cuatro veces semifinalista de la Copa de Europa Central (actual Champions League), al tridente irrepetible de Boniperti, Charles y Sivori, que marcó durante años el calcio en los primeros años de la década de los '60, pero que no pudo dejar su huella a nivel continental. De la magia del equipo de Platini, que por fin levantó la primera Copa de Europa a la Juventus ganadora con Trapattoni y Lippi, triunfadora gracias al talento de Ravanelli, Vialli, Baggio y Del Piero, que jugó tres finales europeas en cuatro años y que consiguió ganar la Uefa en 1993 y la Champions en 1996. En definitiva, un siglo de estrellas y triunfos que le han permitido conseguir 466 puntos en esta clasificación, más de cien que el Inter (362) y algo alejada del Milan, que queda cuarto, fuera del podio, que cierra el Barça, con 399'75 puntos.

> Consulta aquí la clasificación completa de la Iffhs.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

El otro lado del gol


David Trezeguet anunció el pasado jueves, de manera sorprendente (no por el contenido, sino por la fecha) que pondrá fin a su estancia en la Juventus a final de la presente temporada. Era el verano de 2000 cuando David Trezeguet, que acababa de ganar la Ligue 1 con el Monaco y la Eurocopa con Francia gracias a un gol de oro suyo en la final justamente ante Italia, llegaba a la Juventus a cambio de más de veinte millones de euros. Empezaba así, como enemigo público del país, su carrera en la Juventus. Los primeros partidos no fueron demasiado fáciles. Al joven David (tenía 21 años) le costó convencer a Carlo Ancelotti, aunque terminó la temporada con 14 goles en 25 partidos, siendo el máximo goleador del equipo, que quedó segundo. Con la llegada de Lippi al banquillo, en la 2001/02, reafirmó y mejoró su posición dentro del equipo, convirtiéndose en un jugador imprescindible para el técnico y vital en la consecución del Scudetto (24 goles en 34 partidos). La temporada siguiente, también fue buena para la Juventus, que ganó la Supercoppa y repitió con el Scudetto, pero no tanto para el francés, que sufrió varias lesiones y falló su penalti en la tanda de la final de la Champions League contra el Milan.

Tras una 2003/04 extraña, llegaron los primeros problemas entre Trezeguet y el club. Lippi renunció a su puesto tras ser solamente tercero en la Serie A. Trezeguet parece tener una oferta del Manchester United y muestra síntomas de querer romper el matrimonio con la Signora. Será Fabio Capello, el nuevo entrenador del equipo, quien convenza al delantero para quedarse. Esa temporada, sin embargo, quedaría marcada por su lesión en la clavícula, aunque David, que volvió al final de la temporada, terminó con una media de 0'5 goles por partido (9 en 18 encuentros). Todo lo contrario que la siguiente 2005/06: temporada impecable, perfecta para Trezeguet, que marcó 23 goles, siendo nuevamente fundamental en la consecución del segundo título consecutivo, que después fue asignado al Inter en los despachos.

Era el verano del escándalo por la supuesta trama corrupta de Moggi y del posterior descenso a Serie B. Trezeguet manifestó alto y claro su intención de marcharse de la Juventus, amenazando incluso con denunciar al club, que se mantuvo firme y consiguió, finalmente, que el delantero se quedase en la Juve, marcando 'sólo' 15 goles en una temporada desangelada para él. Lo demostró en el Olimpico, contra el Spezia, en el último partido del campeonato, con la Juve ya campeona: su gol y la posterior celebración (en la imagen) dejaban claro su deseo de abandonar Turín. Pero el ascenso, la llegada de Ranieri y, sobre todo, su renovación contractual hasta 2011, le hicieron cambiar de opinión otra vez. La temporada fue buena para él: contra la Roma marcó su gol 150 con la Juventus y terminó como vice-capocannoniere sólo por detrás de Del Piero (20 goles para David, 21 para Del Piero). La siguiente, es decir, la pasada, sí fue una de sus peores campañas en la Juventus. Apartado de la selección francesa sin explicación por Raymond Domenech, Trezeguet anunció su retirada del equipo bleu mientras Domenech continuase en el cargo y posteriormente tuvo que someterse a una operación en el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Volvió en febrero, justo para estar al 100% para la vital eliminatoria de octavos de Champions contra el Chelsea.

El partido de vuelta en Turín, en el que fue sustituido a 13' del final por Amauri, cuando la Juve necesitaba un gol para clasificarse, significó seguramente su rotura definitiva con Ranieri y, posteriormente, con la Juventus. El francés criticó en L'Equipe a su entrenador por la sustitución y como respuesta obtuvo el calificativo de "niño mimado". La difícil situación entre ambos hizo estallar el vestuario y precipitó la marcha de Ranieri a dos jornadas del final del campeonato. Llegaba su 'amigo' Ferrara, pero su situación seguía (y seguramente siga) siendo crítica. Se pasó el verano envuelto en constantes rumores y oficialmente en venta. La única oferta que llegó fue del Milan, rechazada tanto por él como por la Juventus y así, Trezeguet anunción durante la Peace Cup en Sevilla que continuaría en la Juve. Ahora, sólo un mes después de decir que tenía que celebrar sus diez años en la Juve y que quería conseguir 200 goles, anuncia que "es hora de volver a casa". ¿Qué debemos esperar ahora? La separación entre Trezeguet y la Juve, después de 292 partidos y 161 goles que le han convertido en el mayor goleador extranjero de la historia de la Juventus, parece evidente. Parece sí, pero imaginad por un segundo que Trezeguet entre en el equipo (puede ser titular contra la Lazio) y marque. Y que vuelva a entrar y vuelva a marcar. O que marque algún importante en Champions League. O que la Juventus gane algún trofeo este año. ¿Estais seguros de que entonces David, un experto en los cambios de humor, no decidiría quedarse nuevamente en la Juventus?

sábado, 5 de septiembre de 2009

El fútbol en otra dimensión


¿Cuantas veces has pensado en cómo sería un equipo formado por tus estrellas favoritas? Un equipo con Casillas, Alves, Lampard, Diego o Ibrahimovic. Seguramente ése sea el sueño prohibido de todos los amantes del fútbol; entrenar su propio equipo. Pero los sueños también tienen su parte negativa: los sistemas tácticos, la preparación física, lidiar con la prensa, las presiones... Ahora piensa ¿Y si alguién te ofreciese la posibilidad de disfrutar sólo la parte buena del manager? ¿Aceptarías el reto?

Esa es la propuesta de Fútbol Manager, un juego que nace entre usuarios anónimos y que pretende crear una comunidad entre managers que dirijan, por el momento los sesenta equipos que forman la Serie A, la Premier League y la Liga BBVA. Las tres grandes ligas, con sus respectivas copas, las competiciones internacionales... En Fútbol Manager podrás hacer tus alineaciones, elegir tus jugadores, realizar fichajes, negociar con otros managers, pagar cláusulas y todo lo que puedas imaginar.

Vive con nosotros cada jornada de manera diferente, con más intensidad. Canta los goles de los jugadores de tu equipo con más fuerza, lamenta y gestiona cada lesión y protesta más todavía con los errores arbitrales. En Fútbol Manager tú tomas cada decisión. ¿A qué esperas? Únete ya. Pide tu equipo en el foro y pasa a vivir el fútbol en otra dimensión. Bienvenido.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Diego, La herencia del Avvocato


Cuando el dinero está bien gastado, por mucho que sea, nadie se arrepiente. En el caso de Diego, viendo los magnificos resultados que ha mostrado en sólo dos semanas y después de ver los precios de otros fichajes, seguramente hubiese valido la pena incluso hacer un esfuerzo más que, en cualquier caso, no fue necesario porque el Bremen se conformó con los casi veinticinco millones que pagó la Juve, que no son pocos. Porque la clase parece no tener límites, posee un carácter de acero y ha tenido (y tendrá más) una gran incidencia sobre la Juventus. Imaginamos que ahora ni Blanc, ni Secco ni el propio John Elkann se arrepienten del sacrificio económico realizado para contratar al crack brasileño, que ha llegado a Turín con al menos un año de retraso.

Porque, como Buffon lo ha definido, Diego "es una máquina perfecta". A su gran control de balón, amplio repertorio de fintas y regates, su capacidad rematadora y su gran sentido táctico, que le permite posicionarse y hacer siempre lo mejor, hay que unirle una gran condición física y grandes dotes atléticas, como muchos han querido resaltar en los últimos días. En un análisis para Tuttosport, el profesor Giorgio Rondelli le describía así: "Con una complexión física muy compacta de 1'75 m x 75 kg, un tronco muy fuerte y cuadriceps de atleta especialista en pruebas indoor, Diego posee una gran velocidad explosiva que le permiten escaparse en las aceleradas y en las jugadas cortas gracias también a su gran reactividad neuro-muscular. Pero extraordinaria es también su coordinación motora, que le permite realizar jugadas determinantes a una altísima velocidad de ejecución".

Pero Diego es mucho más que magia y/o fuerza. Si recopilamos sus estadísticas, vemos que también tiene un ojo clínico para marcar. Le hizo dos a la roma, los dos primeros con la camiseta de la Juventus y que completan una lista de 90 tantos: 7 con Brasil en 33 partidos, con el Santos 24 en 73 encuentros, marcó menos, sólo 5 en los 55 partidos que jugó con el Porto, pero muchos más, 52 en 83 choques con el Werder Bremen. Con la Juve está siguiendo por el mismo camino; el de uno de los centrocampistas más goleadores de Europa. Y esto nos traslada a una época anterior, a la época en la que el Avvocato contrató uno de las primeras estrellas mundiales con Omar Sivori, cuando enloquecía con Platini o cuando se refugiaba en Baggio o Zidane para apagar su sed de divertimento. Aunque, casualmente, pocos han sido los brasileños a los que la Juventus se ha encomendado, antes o después, para realizar estas funciones. De Boniperti a Moggi, siempre se ha optado por jugadores nacionales y europeos, de un estilo mucho más sobrio. E incluso el propio patrón de la Fiat rompió el gran muro antes que nadie viajando a Polonia y Rusia, la parte prohibida para deleitar a Turín y a Italia con Zibi Boniek y Sasha Zavarov.

Ahora es el propio John Elkann, nieto de Giovanni Agnelli, el que busca una Juve no sólo ganadora, sino espectacular. Que divierta. Después de algunas sombras en los fichajes de veranos anteriores, este año ha decidido darle un sello propio al equipo con este añadido de calidad pura. ¿Caro? No se podría catalogar así. Porque cuando se invierte bien, cuando se apuesta a ganador, cuando no se especula con el ahorro, es cierto que se paga más, pero es igualmente cierto que los resultados son mucho mejores. Lo fue en la época de Agnelli y puede volver a serlo (todo apunta a ello) ahora que John ha decidido seguir sus pasos y apostar por el buen fútbol con buen gusto.

> Los predecesores de Diego

> Omar Sivori, genio y astucia
Omar Enrique Sivori, juventino de 1957 a 1965, encarnó todas las cualidades típicas del número 10: fantasía, clase, técnica, pero también irregularidad. Además de todas sus virtudes puramente futbolísticas, era un jugdor con muchísimo genio y carácter, tanto para manejar el equipo como para enfrentarse directamente a cualquier rival por mucho que su físico le superase. Dotado de un dribling enloquecedor y un disparo exquisito, acostumbraba a jugar con las medias bajadas y sin espinilleras, en lo que fue interpretado como un gesto de superioridad y provocación hacia los rivales, a los que gustaba superar con caños. 'El cabezón' fue la parte más brillante del gran tridente de los 60' que completaban Charles y Boniperti. Aunque su posición más retrasada y su mayor incidencia en la elaboración no le hicieron perder eficacia anotadora, ya que en la Juventus marcó un total de 170 goles, siendo el capocannoniere de la Serie A en 1960.

> Michel Platini, fantasía y creatividad
Michel Platini, bianconero desde 1982 a 1987, es el símbolo de la historia moderna de la Juventus. Único jugador capaz de ganar tres veces consecutivas el Balón de Oro (1983, 1984 y 1985), fue el auténtico de líder de una Juventus que con su presencia ganó todo lo posible (sólo falta una Copa de la Uefa con Platini). Llegó a la Juventus por expreso deseo de Giovanni Agnelli y fue su ojo derecho. Tanto que, a menudo, cuando la Juve jugaba en el anterior Comunale, Michel se quedaba después de los partidos con el Avvocato para deleitarle con algún lanzamiento de falta. Decidió retirarse con 32 años, cuando aún rendía a un altísimo nivel diciendo la frase mítica de "jugué en el Nancy porque era el equipo de mi ciudad; en el Saint-Ettienne porque era el mejor de Francia y en la Juventus porque es el mejor equipo del mundo".

> Roberto Baggio, clase y carácter
Roberto Baggio estuvo en la Juve desde 1990 hasta 1995 y fue capitán en la temporada 92/93. Llegado rodeado de una fortísima polémica que hoy ha creado una gran rivalidad con la Fiorentina, con la maglia bianconera marcó 78 goles, a cada cual mejor que el anterior, que le hicieron ganarse el sobrenombre de "divino codino" entre la afición y uno más especial, el de Rafaello, para el Avvocato, que acostumbraba a poner nombres de artistas a sus futbolistas preferidos. Fue protagonista de infinidad de polémicas (sobre todo relativas a su posición en el campo) y aunque siempre fue criticado por algunos, fue amadísimo por el resto, gracias a sus jugadas espectaculares y a su carácter humilde, luchador e inconformista. En la 94/95, una inoportuna lesión le hizo perder el sitio en la locomotora de Lippi en beneficio de un emergente Alessandro Del Piero, lo que terminó precipitando su salida a final de ese año entre lamentos e indiferencia

> Zinedine Zidane, potencia y elegancia
Zinedine Zidane llegó en a la Juventus en 1996 como un desconocido proveniente del Girondins y se fue al Real Madrid en 2001 como el fichaje más caro de la historia en esa época. Durante su estancia en la Juventus consiguió ganar el Mundial de 1998, la Eurocopa del 2000 y el Balón de Oro que le acreditaba como el mejor jugador del momento. Como jugador juventino, su rendimiento no fue tan excelente, especialmente en la Champions, el gran problema de 'su' Juve. Su venta creo división de opiniones entre los aficionados que lloraban la marcha del crack y los que lo consideraron un sacrificio asumible, como el propio Avvocato, para el que era "más espectacular que útil". En cualquir caso, en la Juve marcó 31 goles en 212 partidos que convirtió en clases magistrales de potencia con una elegancia sin par.

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