Mañana comienza la singladura de la nueva Juve en la Serie A. Y lo hace con un ambiente completamente distinto. Lo hemos hablado muchas veces, pero es asombroso el cambio. Porque ahora hay muchísimo entusiasmo, expectación y ganas de jugar cada partido. En el fondo, este equipo induce a soñar con conquistar las cotas más altas. La Juventus de Diego y Melo, de la columna brasileña con Amauri delantero, de los cracks que están y los que vuelven con todo el hambre del mundo bajo la batuta del entrenador-motivador Ciro Ferrara gusta mucho a juventinos y no, y las previsiones ya no tienen una dirección del todo clara hacia la que apostar. El Inter ya no está lejos; sigue siendo la escuadra a batir, pero se ve más accesible. El Milan está por detrás de la Juve, hay que tenerle en cuenta, pero está un nivel por debajo. El resto de equipos; Roma, Fiorentina o Genoa, son buenos equipos, pero están a una distencia considerable que le permite a la Juventus observarlos sin excesiva preocupación.
Un día antes del debut contra el Chievo hay muchas cosas hechas de manera satisfactoria, pero otras tantas quedan por hacer. La primera obviedad que salta a la vista es que el grupo ha recueprado la mentalidad ganadora que ha caracterizado siempre la historia de la Juventus. La vuelta de Fabio Cannavaro, la renovación de Del Piero, las ganas de volver a ser él de Camoranesi y el afán de superación de Buffon unidos al entusiasmo con el que han llegado los nuevos han hecho olvidar la mentalidad de equipo pequeño que existía con Ranieri. Ese fue el primer paso dek trabajo de Ferrara y está superado con algo más que éxito: todos los jugadores quieren ganarse un sitio y darlo todo para ganar cada partido. Desde el punto de vista técnico hay que destacar primero la clase de Diegas, que cada vez que ha entrado en el equipo ha demostrado que él es el crack y el cerebro que necesitaba indispensablemente la Juve para crear el juego; segundo, el crecimiento de Marchisio, que se ha ganado la convocatoria con Italia después de muchos partidos jugados con calidad y autoridad; y tercero, la capacidad goleadora de Amauri, que ha culminado una pretemporada espectacular, marcando siete goles.
Por otra parte, también hay que ser conscientes de los propios defectos: la Juve ha mostrado una cierta irregularidad a lo largo del verano. Jugó su mejor partido contra el Madrid, el peor contra el Villarreal, combinando con grandes tiempos (como la primera parte ante el Sevilla y contra el Milan en el Tim) y otras actuaciones peores (Nancy o la segunda mitad del Trofeo Berlusconi). Digerir un cambio de sistema tan radical como el que pretende Ferrara no es fácil y a menudo el equipo concede demasiados espacios al rival: el equipo debe estar junto o trabajar con solidaridad y más intensidad, si no se corren muchos riesgos (pasó en la derrota contra el Villarreal y contra el Milan y también en el Tim contra el Inter, donde la Juve sólo ganó por penaltis). Felipe Melo, que entró más tarde en el equipo, no parece del todo integrado en el engranaje: en ocasiones juega demasiado acelerado, cometiendo más faltas de las necesarias; en la fase de creación tiene demasiado el balón en los pies, intentando demostrar algo que no tiene que hacer, porque sencillamente no es su papel. Su labor en el equipo es evitar que no pase nadie y cuando tiene el balón pasarla rápida y con claridad, como quiere Ferrara, sin carreras con el balón. Aunque también hay que recordar que el brasileño está realizando ahora un trabajo doble y falta por ver qué pasará cuando esté Sissoko.
Precisamente la ausencia de Sissoko es fruto de otro de los males de la Juventus, que sigue obligada a convivir con las lesiones. Al malí se le han unido Tiago, Giovinco, Diego, Camoranesi y Zebina. No parece nada grave y algunos de estos estarán mañana en el Olimpico, pero Ferrara aún no ha podido jugar con el equipo que tiene en mente. A esto también hay que añadirle un déficit evidente en ambos laterales; corregible sólamente a través de algún fichaje, porque la carestía en esa zona es obvia. El 4-3-1-2 requiere un sobresfuerzo de los laterales, que deben desdoblarse para atacar, pero nunca dejar desprotegida su zona para no sufrir la superioridad numérica del rival. Grygera sabe que no es el preferido para Ferrara y se ha resentido tanto ofensiva como defensivamente: sus centros son muy deficientes y en defensa acostumbra a ser el perdedor después de un uno contra uno; Zebina lo puede hacer mejor quizá, pero es demasiado inconstante (a causa de las lesiones principalmente) y ahora mismo no se puede dejar un peso tan importante sobre sus espaldas; Molinaro no consigue dar lo mejor de sí tras superar su grave lesión y De Ceglie sigue algo inmaduro, seguramente su posición ideal sea en el centro. Y aquí sí, el Inter es muy superior. Mourinho puede elegir entre Maicon, Zanetti, Chivu y Santon. Cualquiera de ellos sería indiscutible en la Juve. El trabajo del verano ha sido muy bueno, pero siempre se puede mejorar. Hasta el 31 de agosto.
Un día antes del debut contra el Chievo hay muchas cosas hechas de manera satisfactoria, pero otras tantas quedan por hacer. La primera obviedad que salta a la vista es que el grupo ha recueprado la mentalidad ganadora que ha caracterizado siempre la historia de la Juventus. La vuelta de Fabio Cannavaro, la renovación de Del Piero, las ganas de volver a ser él de Camoranesi y el afán de superación de Buffon unidos al entusiasmo con el que han llegado los nuevos han hecho olvidar la mentalidad de equipo pequeño que existía con Ranieri. Ese fue el primer paso dek trabajo de Ferrara y está superado con algo más que éxito: todos los jugadores quieren ganarse un sitio y darlo todo para ganar cada partido. Desde el punto de vista técnico hay que destacar primero la clase de Diegas, que cada vez que ha entrado en el equipo ha demostrado que él es el crack y el cerebro que necesitaba indispensablemente la Juve para crear el juego; segundo, el crecimiento de Marchisio, que se ha ganado la convocatoria con Italia después de muchos partidos jugados con calidad y autoridad; y tercero, la capacidad goleadora de Amauri, que ha culminado una pretemporada espectacular, marcando siete goles.
Por otra parte, también hay que ser conscientes de los propios defectos: la Juve ha mostrado una cierta irregularidad a lo largo del verano. Jugó su mejor partido contra el Madrid, el peor contra el Villarreal, combinando con grandes tiempos (como la primera parte ante el Sevilla y contra el Milan en el Tim) y otras actuaciones peores (Nancy o la segunda mitad del Trofeo Berlusconi). Digerir un cambio de sistema tan radical como el que pretende Ferrara no es fácil y a menudo el equipo concede demasiados espacios al rival: el equipo debe estar junto o trabajar con solidaridad y más intensidad, si no se corren muchos riesgos (pasó en la derrota contra el Villarreal y contra el Milan y también en el Tim contra el Inter, donde la Juve sólo ganó por penaltis). Felipe Melo, que entró más tarde en el equipo, no parece del todo integrado en el engranaje: en ocasiones juega demasiado acelerado, cometiendo más faltas de las necesarias; en la fase de creación tiene demasiado el balón en los pies, intentando demostrar algo que no tiene que hacer, porque sencillamente no es su papel. Su labor en el equipo es evitar que no pase nadie y cuando tiene el balón pasarla rápida y con claridad, como quiere Ferrara, sin carreras con el balón. Aunque también hay que recordar que el brasileño está realizando ahora un trabajo doble y falta por ver qué pasará cuando esté Sissoko.
Precisamente la ausencia de Sissoko es fruto de otro de los males de la Juventus, que sigue obligada a convivir con las lesiones. Al malí se le han unido Tiago, Giovinco, Diego, Camoranesi y Zebina. No parece nada grave y algunos de estos estarán mañana en el Olimpico, pero Ferrara aún no ha podido jugar con el equipo que tiene en mente. A esto también hay que añadirle un déficit evidente en ambos laterales; corregible sólamente a través de algún fichaje, porque la carestía en esa zona es obvia. El 4-3-1-2 requiere un sobresfuerzo de los laterales, que deben desdoblarse para atacar, pero nunca dejar desprotegida su zona para no sufrir la superioridad numérica del rival. Grygera sabe que no es el preferido para Ferrara y se ha resentido tanto ofensiva como defensivamente: sus centros son muy deficientes y en defensa acostumbra a ser el perdedor después de un uno contra uno; Zebina lo puede hacer mejor quizá, pero es demasiado inconstante (a causa de las lesiones principalmente) y ahora mismo no se puede dejar un peso tan importante sobre sus espaldas; Molinaro no consigue dar lo mejor de sí tras superar su grave lesión y De Ceglie sigue algo inmaduro, seguramente su posición ideal sea en el centro. Y aquí sí, el Inter es muy superior. Mourinho puede elegir entre Maicon, Zanetti, Chivu y Santon. Cualquiera de ellos sería indiscutible en la Juve. El trabajo del verano ha sido muy bueno, pero siempre se puede mejorar. Hasta el 31 de agosto.




0 comentarios:
Publicar un comentario