Seguramente lo de ayer sea una ocasión desaprovechada, porque no será muy habitual ver al Inter perder los puntos de tres en tres. Seguramente le podemos pedir más a la Juventus, que tiró medio partido y sólo en el otro medio intentó lograr la victoria. Quizá lo tengamos que dar por bueno, ya que la Juve ha recortado un punto con respecto al líder con un empate en un campo muy complicado y con el equipo, como viene siendo habitual, en cuadro. Seguramente, hoy vale cualquier opinión respecto al partido de ayer. Con la calma que nos otorga el paso del tiempo, ahora podemos sacar otras conclusiones del partido de ayer: la Juve está más cerca del Inter que el sábado. La Juve tendrá una semana favorable a simple vista, pero inevitablemente con la idea de qué podría pasar si...
Pocos, muy pocos, después de aquella desastrosa racha entre septiembre y octubre llena de empates y derrotas, podrían haber imaginado un final de la primera vuelta del campeonato tan positiva para el equipo. Y cuando vuelvan los lesionados (ocho en total), igualar y superar al Inter será algo perfectamente plausible, no será sólo algo de lo que se hable en los bares o en los foros, sino un hecho táctico, porque el grupo ha demostrado su fortaleza en cada partido. Ayer, en Roma, resaltaron los defensas (Mellberg, Legrottaglie, Ariaudo y Molinaro), que aguantaron la presión en todo momento y fueron el sustento del equipo en todos los sentidos, también en el goleador.
Porque no fue un partido fácil para la Juve, ni siquiera fue fácil la vispera, en la que a la ya de por sí larga lista de jugadores lesionados se alargó superando casi los límites de la realidad. Y justamente la ausencia inesperada de Buffon, uno de esos caprichos del destino, fue determinante en el desarrollo del partido, porque de una salida en falso de Manninger en un libre directo de Ledesma desde la izquierda llegó el primer gol de la Lazio a los 24 minutos de juego, objetivamente, jugados en un sólo campo: el de la Juventus. El error de medición del austriaco, que perdió la trayectoria del balón demasiado pronto, nos hizo llevarnos a todos las manos a la cabeza. El lamento era tremendo; la ocasión que podíamos perder, imperdonable. Sin embargo, a los pocos segundos, otra mala acción de Manninger al no blocar un disparo de Rocchi le dio a Pandev un gol cantado que no pudo meter entre los tres palos. Si la Lazio, merecidamente, hubiese marcado el segundo gol, el 1-2 final hubiese sido un auténtico desastre para la Juventus, que marcó el empate la primera vez que salió de la cueva (30'). El cabezazo de Mellberg, abandonado por Radu, en el corner que botó Marchionni, devolvió la igualdad inmediatamente y diseñó un partido más entretenido e igualado.
El árbitro, en una muestra de sus facultades, estuvo bastante benévolo al no señalar primero un codazo de Nedved a Litchsteiner, que hubiese obligado a la Juve a jugar toda la segunda mitad y parte de la primera en inferioridad numérica, y después al no señalar penalti en un contacto entre Rozenhal y el propio Nedved dentro del área. No pasó nada, el partido continuó igual que empezó, con la Lazio volcada al ataque con su tridente magnífico formado por Rocchi, Zárate y Pandev, manejada por Ledesma y Meghni, con Diakité muy seguro atrás a pesar de su inexperiencia, y con la Juventus inexplicablemente esperando atrás. Ninguno sobresalió de la mediocridad del resto: Amauri y Del Piero estuvieron mal y mal asistidos, Marchionni y Nedved desaparecidos, Zanetti no se encontró. Sí lo hizo Sissoko, pero en lo suyo, donde cada día es mejor y Legrottaglie, casi perfecto atrás, haciendo el trabajo suyo y, en ocasiones, el del joven Ariaudo.
Precisamente el malí, se libró un poco de sus torpes funciones y a punto estuvo de marcar un golazo a la Lazio con un derechazo que repelió Carrizo. Fue la señal de un cambio en la actitud de toda la Juventus, muy distinta a la del primer tiempo, y que abrió el partido y lo hizo más interesante. La Juve se alargó, la Lazio tembló por momentos y Dellio Rossi buscó rápidamente la corrección de un 'once' que podía sufrir. Brocchi y De Silvestri entraron para sustituir a Dabo y Meghni, cansados y amonestados, adelantado el peligro constante de Lichsteiner unos metros. La respuesta de Ranieri fue el cambio entre Zanetti, que apenas superó su examen particular, y Marchisio, para no perder presencia en la parcela central. El ulterior cambio entre Zárate y Foggia desató la tormenta de silbidos y abucheos para el entrenador local, ya que para la afición lazial, Mauro es un auténtico ídolo: si aprendiese cuando debe llegar el fin de un regate, sería un jugador realmente estratosférico (y llegará a serlo, porque alguien le enseñará a hacerlo). Así, de momento, parece un egoista con mucha clase desaprovechada. Nada más. Ni que decir tiene que a él tampoco le gustó el cambio y lo hizo saber. Quizá exageradamente. También Del Piero fue sustituido a diez minutos del final por Giovinco, pero en esta ocasión hubo abrazo, no protesta, también porque él mismo sabía que no hizo un partido al nivel que nos había acostumbrado. Aunque que nadie saque las cosas de quicio, que un mala actuación la puede tener sin necesidad de que nadie monte ningún drama. Al final del partido tuvimos el disparo al palo de Legrottaglie y el gol de Foggia que evitó Molinaro in extremis. Dos anécdotas más. Como este último párrafo.
Pocos, muy pocos, después de aquella desastrosa racha entre septiembre y octubre llena de empates y derrotas, podrían haber imaginado un final de la primera vuelta del campeonato tan positiva para el equipo. Y cuando vuelvan los lesionados (ocho en total), igualar y superar al Inter será algo perfectamente plausible, no será sólo algo de lo que se hable en los bares o en los foros, sino un hecho táctico, porque el grupo ha demostrado su fortaleza en cada partido. Ayer, en Roma, resaltaron los defensas (Mellberg, Legrottaglie, Ariaudo y Molinaro), que aguantaron la presión en todo momento y fueron el sustento del equipo en todos los sentidos, también en el goleador.
Porque no fue un partido fácil para la Juve, ni siquiera fue fácil la vispera, en la que a la ya de por sí larga lista de jugadores lesionados se alargó superando casi los límites de la realidad. Y justamente la ausencia inesperada de Buffon, uno de esos caprichos del destino, fue determinante en el desarrollo del partido, porque de una salida en falso de Manninger en un libre directo de Ledesma desde la izquierda llegó el primer gol de la Lazio a los 24 minutos de juego, objetivamente, jugados en un sólo campo: el de la Juventus. El error de medición del austriaco, que perdió la trayectoria del balón demasiado pronto, nos hizo llevarnos a todos las manos a la cabeza. El lamento era tremendo; la ocasión que podíamos perder, imperdonable. Sin embargo, a los pocos segundos, otra mala acción de Manninger al no blocar un disparo de Rocchi le dio a Pandev un gol cantado que no pudo meter entre los tres palos. Si la Lazio, merecidamente, hubiese marcado el segundo gol, el 1-2 final hubiese sido un auténtico desastre para la Juventus, que marcó el empate la primera vez que salió de la cueva (30'). El cabezazo de Mellberg, abandonado por Radu, en el corner que botó Marchionni, devolvió la igualdad inmediatamente y diseñó un partido más entretenido e igualado.
El árbitro, en una muestra de sus facultades, estuvo bastante benévolo al no señalar primero un codazo de Nedved a Litchsteiner, que hubiese obligado a la Juve a jugar toda la segunda mitad y parte de la primera en inferioridad numérica, y después al no señalar penalti en un contacto entre Rozenhal y el propio Nedved dentro del área. No pasó nada, el partido continuó igual que empezó, con la Lazio volcada al ataque con su tridente magnífico formado por Rocchi, Zárate y Pandev, manejada por Ledesma y Meghni, con Diakité muy seguro atrás a pesar de su inexperiencia, y con la Juventus inexplicablemente esperando atrás. Ninguno sobresalió de la mediocridad del resto: Amauri y Del Piero estuvieron mal y mal asistidos, Marchionni y Nedved desaparecidos, Zanetti no se encontró. Sí lo hizo Sissoko, pero en lo suyo, donde cada día es mejor y Legrottaglie, casi perfecto atrás, haciendo el trabajo suyo y, en ocasiones, el del joven Ariaudo.
Precisamente el malí, se libró un poco de sus torpes funciones y a punto estuvo de marcar un golazo a la Lazio con un derechazo que repelió Carrizo. Fue la señal de un cambio en la actitud de toda la Juventus, muy distinta a la del primer tiempo, y que abrió el partido y lo hizo más interesante. La Juve se alargó, la Lazio tembló por momentos y Dellio Rossi buscó rápidamente la corrección de un 'once' que podía sufrir. Brocchi y De Silvestri entraron para sustituir a Dabo y Meghni, cansados y amonestados, adelantado el peligro constante de Lichsteiner unos metros. La respuesta de Ranieri fue el cambio entre Zanetti, que apenas superó su examen particular, y Marchisio, para no perder presencia en la parcela central. El ulterior cambio entre Zárate y Foggia desató la tormenta de silbidos y abucheos para el entrenador local, ya que para la afición lazial, Mauro es un auténtico ídolo: si aprendiese cuando debe llegar el fin de un regate, sería un jugador realmente estratosférico (y llegará a serlo, porque alguien le enseñará a hacerlo). Así, de momento, parece un egoista con mucha clase desaprovechada. Nada más. Ni que decir tiene que a él tampoco le gustó el cambio y lo hizo saber. Quizá exageradamente. También Del Piero fue sustituido a diez minutos del final por Giovinco, pero en esta ocasión hubo abrazo, no protesta, también porque él mismo sabía que no hizo un partido al nivel que nos había acostumbrado. Aunque que nadie saque las cosas de quicio, que un mala actuación la puede tener sin necesidad de que nadie monte ningún drama. Al final del partido tuvimos el disparo al palo de Legrottaglie y el gol de Foggia que evitó Molinaro in extremis. Dos anécdotas más. Como este último párrafo.




2 comentarios:
hola, la verdad es que pinchasteis pero ante un equipazo como la Lazio. Bueno, el Inter también pinchó y ahora estais a sólo 3 puntos.
visitame en mi blog
futbol-chicks.blogspot.com y dame tu opinión
La verdad es que la Lazio izo un gran encuentro(tiene jugadores muy interesantes)pero un empate puede que sea lo mas justo para los dos equipos.
Espero que el Inter pinche de nuevo y asi poder recortar esos 3 puntos de desventaja.
Forza JUve
Publicar un comentario