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domingo, 27 de diciembre de 2009

Saber (y) ganar


La grandeza de un club también se puede comprobar en los momentos difíciles. Estos días estamos viendo como el futuro del banquillo de la Juventus, que, salvo milagro en forma de seís puntos contra Parma y Milan, dejará de ocupar Ferrara en enero, se ha convertido en noticia a nivel mundial. Prácticamente durante las 24 horas del día se suceden informaciones y, posiblemente, lo que hoy se escriba, mañana no valga. Porque los dos entrenadores que han sido contactados por la Juve tienen franjas horarias distaniadas diez horas entre sí, por lo que ahora mismo no existe tregua. El pasado día 24, muchos daban casi por hecha la llegada de Scolari después de que Bettega hubiese mantenido ya sus primeros contactos. Sólo un día después de que, por su alto salario, Blanc hubiese descartado la opción de Hiddink, que habría sido visto en Milan la semana pasada. Pero hoy nos encontramos con la situación dada la vuelta. Ayer, el gabinete de prensa de Scolari, que se encuentra de vacaciones en Brasil, emitió una nota oficial en la que confirmaba la voluntad del campeón del mundo 2002 de continuar en el Bunyodkor uzbeko. Si a esto le unimos la dimisión del presidente de la Federación rusa de fútbol, amigo personal de Hiddink y la voluntad de su sucesor de sustituir al holandés como seleccionador, tenemos como resultado un nuevo adelantamiento de Hiddink a Scolari en la carrera por entrenar a la Juve. Una carrera que, quizá ajenos, están disputando en los despachos de Turín. Ninguno de los dos ha mostrado un interés real en fichar por la Juventus. Al contrario, ambos lo han negado mediante sus representantes. Pero los dos saben que la oportunidad es de las que no se presentan con frecuencia y, por unas razones u otras, aceptarían el cargo en la Juve.

Es tranquilizador, al menos todo lo que puede ser con el clima actual, que los dos entrenadores que están en la agenda de la Juve tengan un perfil similar: ambos veteranos, con un amplio palmarés lleno de trofeos y con una concepción futbolística muy parecida. Tanto Hiddink como Scolari son dos entrenadores amantes de la presión y del contragolpe; del fútbol directo, rápido y vertical. Ambos han formado siempre equipos muy competitivos y completos, repletos de variantes tácticas y soluciones sobre la marcha que les han dado resultados a lo largo de sus carreras. Son dos expertos y ganadores, dos que saben ganar. Repasemos sus biografías para disipar cualquier duda al respecto de la valía de estos dos técnicos: Scolari ha ganado tres copas brasileñas, una liga brasileña, dos Libertadores, la Copa de Asia con la selección de Kuwait y el Mundial con Brasil entre otros títulos. Hiddink, por su parte, ha ganado seís ligas holandesas en dos períodos con el PSV, con el que también consiguió la Champions en 1988 sin ganar ni un partido desde los octavos de final. Ganó también cuatro copas de los Países bajos, una intercontinental con el Real Madrid y la última FA Cup con el Chelsea.

Precisamente su última experiencia en el Chelsea deja algunas dudas. Scolari se fue de Londres en febrero sin haber ganado a ninguno de los grandes de la Premier y habiendo desaprovechado el talento de Drogba, que después demostró sus cualidades con Hiddink en Stamford Bridge. Por otra parte, como resaltaba entre semana Tuttosport, Scolari podría realizar además una labor de integración táctica de los dos últimos fichajes brasileños: Melo y Diego, que no han podido ubicarse correctamente con Ferrara y que son jugadores que la Juve tiene que recuperar para conseguir éxitos en el futuro (empezando por el más inmediato). Restan sobre él las dudas que ya existían cuando llegó a The Bridge, ¿podrá guiar a un grande europeo sin haber entrenado antes en Europa? Es una duda que hay que resolver y que él mismo quiere hacer. Su fichaje por la Juventus podría ser una revancha después de fracasar (no hay que esconderlo) en el Chelsea y por eso hay que estar seguro de que Scolari renunciaría a los 16 millones que le pagan en Uzbekistan si la Juve le fiase a él su nuevo proyecto.

En el otro lado está Hiddink, favorito de la Juventus y, al parecer, también de la afición. El mayor inconveniente para su llegada es de naturaleza económica. Guus está muy bien acostumbrado con sus últimos trabajos (Abramovich le pagó dos millones por medio año de trabajo y con Rusia está cobrando cuatro por año) y, aunque el proyecto de la Juve sin duda es atractivo, no parece dispuesto, a estas alturas, a hacer descuentos. Esto, obviamente, representa un peligro para la Juventus, que confiaría gran parte del éxito del proyecto al acierto en la elección del entrenador. Pero en este punto tenemos que volver a la parte de arriba, donde hablábamos del relevo al frente de la Federación rusa: según apuntan algunos medios rusos, el nuevo presidente accedería a pagar un año del contrato de Hiddink a cambio de que éste renunciase a su contrato y se fuese a otro club. Si fuese cierto, la oportunidad es simplemente única. Aunque a la hora de decidir la Juventus también tendría que valorar el posible nuevo cambio táctico que traería el holandés con su inseperable 4-3-3, sin mediapuntas y con bandas, que necesita lo que a la Juventus le falta y al que le sobra lo que tiene el equipo que Ferrara armó para su 4-3-1-2.

Hasta ahora podríamos decir que Blanc ha tenido los lógicos reparos a la hora de relevar a Ferrara y no consumar su tercera destitución en su corto período de gestión, pero el único problema que se encuentra Bettega (sin ninguna responsabilidad en lo hecho hasta el momento) es el del acierto de su elección. Apostar por Ferrara podría entenderse como una solución valiente, pero que también pondría en riesgo lo que le queda a la Juventus: la Europa League, la Coppa e incluso la clasificación para la próxima Champions. La llegada de Bettega tiene que comportar una mayor decisión del club a la hora de, valga la redundancia, decidir lo verdaderamente importante. El futuro de Ferrara pende de un hilo. La confianza en él parece de oficio y no real. Si valoramos lo que hemos visto hasta ahora, el balance del técnico napolitano es negativo y la Juve tiene la obligación de invertir la situación con urgencia. Llegados a este punto, toca reflexionar: ¿Ferrará sabrá recomponer un vestuario que él mismo ha fracturado piscologicamente y un equipo tácticamente perdido? ¿Hiddink sabría hacerlo? Esta pregunta (que es la que tienen que hacerse en la Juventus) no admite dudas a la hora de responder.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Bettega, primera piedra de la victoria


El primer paso de la revolución que la Juve necesita para salir de la crisis ya se ha dado, aunque el camino todavía es largo. Porque aunque todos los aficionados esperábamos a Bettega en la dirección de la Juve como un niño esperaba ayer a Papa Noel, no podemos decir que será la solución a todos los problemas del equipo. Aunque sí intentará ser quien, uno a uno, los vaya solucionando. Llega en el cargo oficial de subdirector general, algo que en la carta de presentación no parece demasiado, pero que esconde tras de sí la plenitud de poderes sobre toda el área deportiva de la Juventus. Una potencialidad e importancia que nunca tuvo en la Juventus como directivo, ni siquiera en su época como vicepresidente, por lo que podemos decir que el miércoles veintitrés de diciembre de 2009, nació en Turín la Juventus de Roberto Bettega.

Obviamente, por encima de él está la figura del Presidente Blanc, quien le ha nombrado y ha delegado en él con, suponemos, total confianza. Porque la firma del contrato que ligará a Bettega con la Juve hasta 2012 se esperaba hace casi un mes y el motivo del retraso parece claro: Roberto tiene un plan con las ideas muy claras y quiere sacarlo adelante. El que quiera contar con él, tendrá que aceptar sus propuestas. En este punto, suponemos que Blanc ha pensado mucho en si era lo más conveniente delegar en él y perder parte de sus poderes o no hasta adoptar la decisión más oportuna. Aunque este signifique un cambio de rumbo en el proyecto que tanto ama el presidente. Como reza el comunicado oficial, Bettega tendrá "la total responsabilidad sobre el área deportiva"; lo que quiere decir que el tercer máximo goleador de la historia de la Juve controlará de primera mano todo lo relacionado con el equipo y con los fichajes, será el apoyo y la referencia para Ferrara (aunque quizá no por mucho tiempo) y decidirá cómo debe organizarse el mercado de la Juve.

¿Y por qué puede que sea la referencia de Ferrara sólo por poco tiempo? Pues porque Bettega, como hemos dicho, tiene un plan concreto para ganar, para que situaciones como la actual no se repitan y para salir cuanto antes de esta crisis en la que estamos. Y el primer movimiento de su nuevo mandato será relacionado con Ciro Ferrara. Bettega sabe que Blanc se opone a su destitución, pero él quiere valorar todas las opciones personalmente. Se reunirá con el entrenador, dice la prensa, el próximo día 28, cuando la Juve retome los entrenamientos y luego decidirá si es conveniente darle la oportunidad de invertir la tendencia contra Parma y Milan o son mayores los riesgos de confiar en él después de lo exhibido hasta ahora. Ni mucho menos se puede excluir el cese de Ferrara antes del seís de enero. Aunque no es fácil encontrar un sustituto a la altura.

La primera elección, que era Hiddink, se ha complicado mucho después de que Blanc haya tenido dos contactos con su representante. El holandés, actual seleccionador de Rusia, querría un sueldo de unos cuatro millones netos por temporada, algo que, aunque seguramente los valga, obligaría a la Juventus a emprender un camino sin retorno, un nuevo proyecto, muy costoso, en el que confiar hasta el final y para el que invertir un dinero, sólo en el salario del entrenador, que, en este momento, la Juve no tiene. Por este motivo, Bettega ha propuesto ya el nombre de Scolari (del que hablaremos mañana), que, dicen, podría renunciar a su multimillonario contrato uzbeko para entrenar a un gran equipo. Quiere un entrenador con experiencia porque, como dijo en su presentación, "la Juve tiene que saber ser competitiva al máximo nivel". Y esos nivel él los conoce perfectamente.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Ya está, se acabó


Cinco menos tres minutos del veinte de diciembre de 2009. El árbitro Pierpaoli señala el final de los objetivos de la Juve con el triple pitido que concluye el Juventus 1 - Catania 2. Termina así, con cinco meses de antelación la temporada decisiva para un proyecto que en verano ilusionó a una afición que ya recoge los sueños rotos que quedan en los suelos de cada casa. Se acabó. Se acabó la etapa de Ferrara al frente del primer equipo. La decisión, apoyada en su momento por todos y juzgada como la más acertada y aceptada, fue un error. No pasa nada, puede suceder, especialmente cuando el respaldo es tan abrumador. Pero eso sí, como dijo el propio Blanc en su día, la Juve ya ha gastado todos sus comodines. Ya no caben más errores. El proyecto de Ferrara se ha revelado como un fracaso absoluto. Se acabó. Aquí mismo hemos sostenido que los símbolos del club tienen que ser cuidados. Y la postura no varía. Pero la atención que merece el presente y el futuro del equipo es mayor. Por eso, la despedida de Ferrara tiene que ser inminente y comprendida por todos, antes de que los errores del entrenador se transformen en el error de una directiva que mantiene en el puesto a un trabajador que no ha sabido desempeñarlo. Tuvo la oportunidad que reclamó y merecía, pero no ha estado a la altura. Y él debe ser el primero en saberlo y aceptar su fracaso antes de comprometer más todavía la temporada de la Juve (lo poco que queda de ella; de la Juventus y de la temporada, las dos cosas).

El final de Ferrara es evidente. Se ha quedado sin apoyos y la directiva ya no tiene razones para sostener este proyecto. La afición ha lanzado huevos a los jugadores y, literalmente, ha dado la espalda a todo el equipo. Ferrara ya no se libra de los ataques de los críticos y Guus Hiddink aparece en las mentes de los aficionados como el maná que puede sacar de esta situación al equipo. Porque Ferrara, además, ha querido regalar a las televisiones y a los reporteros gráficos su acta de defunción en el minuto 32 de la primera parte. Ya por detrás en el marcador, después de que Tiago (¿alguien recuerda algún fracaso más grande en la historia reciente de la Juventus?) cometiese un penalti ridículo sobre Spolli que marcaría Martínez, el técnico napolitano no soporta más la pobreza del equipo que acababa de mandar al campo y sustituye a Salihamidzic por Felipe Melo, el jugador que él tanto quiso. La fractura entre el técnico y una parte del vestuario es evidente y los síntomas que reproduce este equipo coinciden con exactitud a los que ya vivió Ranieri tras caer eliminados contra el Chelsea en la Champions. La humillación a la que ha sido sometido Melo, que ha quedado señalado por Ferrara como el culpable de la situación ha provocado la fractura definitiva. La pérdida de confianza total en el técnico. Se acabó todo para Ferrara. La llegada de Hiddink a Turín debe ser cuestión de horas.

Porque ha quedado demostrado que Ferrara no puede levantar al equipo del interior del pozo. Porque Mihajlovic, otro entrenador novel, le ha vuelto a ganar la partida con un equipo inferior, el colista. Porque Ferrara no puede sacar el máximo provecho de las estrellas que tiene y porque, sobre todo, corremos el riesgo de entrar en un punto de no retorno si la situación se alarga. La Juve no tiene juego, no tiene ningún fundamento táctico, está psicologicamente destrozada y además ha perdido sus señas de identidad históricas. Decir que el penalti que cometió Tiago en la primera parte fue de patio de colegio sería menospreciar a tantos y tantos escolares que se divierten con el fútbol en el recreo. Fue lamentable ver a qué tenía que recurrir la Juve para intentar detener el acoso continuo del Catania. Y, más patetico aún fue que no consiguiese parar al colista. Ni con 1-0 se vio una respuesta de la Juve, además de la incorrecta de Ferrara de sustituir a Melo y mantener a Tiago en el campo (Marchisio en la posición de regista no cambió nada) . El equipo se limitó a mandar balones arriba para que Amauri intentase reciclar alguno y colgarlo al área. Pero en esta misión, como no podía ser de otra forma, la Juve tampoco tuvo éxito.

En la segunda parte, el Catania rebajó la línea de presión y la Juve tuvo más fácil sacar algo de orgullo para crear algún problema a Andújar, que a pesar de no tener su mejor tarde y hacer demasiadas paradas de casualidad y sin mirar, detuvo cada uno de los pases a la mano que le daban los jugadores de la Juve. Pero este pequeño despertar colectivo no le impidió a Martín Cáceres terminar siendo de nuevo el mejor jugador del partido. El uruguayo se ha adaptado a la perfección al lateral derecho, subiendo con potencia y centrando siempre con tino, convirtiéndose en la única nota positiva de esta media temporada. La Juve coniguió el empate con Salihamidzic, para alegría de Ferrara y para confirmar la teoría de que el fútbol no tiene teoría válida, que aprovechó un centro milimétrico de Diego trazado con compás en la única acción rescatable del brasileño. Un minuto después, Ferrara quitó (por fin) a Tiago y dio entrada a Giovinco y siguió acrecentando la misma duda: Si cuando sale es el mejor, inventa fútbol, da pases y abre el campo, no podemos entender por qué no es titular. Seguramente, no sea casualidad que desde que salió de las alineaciones iniciales y Ferrara recuperó el 4-3-1-2, la Juve haya perdido cinco de los seís últimos partidos... Es incomprensible como Sebas, después de grandes actuaciones acaba siempre (también le ocurría con Ranieri) en el olvido del banquillo, perdiendo así la Juve uno de los pocos jugadores capaces de hacer algo diferente.

Pero estaba escrito. El ambiente en el estadio y el que Ferrara había creado en el vestuario y en el terreno de juego con el cambio de Melo, nos decían desde mucho tiempo antes que la Juventus iba a terminar perdiendo el partido. Porque este equipo ha perdido potencia, la garra, la rabia y también, cómo no, la condición física necesaria para que muchos de los jugadores que tiene la plantilla funcionen. Y así, en el rechace de un remate de Legrottaglie (asistido por Cáceres), llegó a la contra el gol del Catania. Fue de Izco a pase de Plasmati, que condujo el contragolpe con maestría. Aunque eso es lo de menos. Más preocupante es el despiste (otro más) de Grosso y la impotencia de Cannavaro a la hora de cubrir los huecos. Pero si somos realistas, esto tampoco es suficientemente importante. Es un sintoma más de un equipo que languidece. De un técnico perdido que no ha conseguido encontrarse. Y de una directiva que tampoco ha sabido hacerlo. Ahora es el momento de, irremediablemente, cambiar y encontrar al más adecuado. Lo exige la historia de un equipo que tiene la obligación de luchar hasta el final. Y este final ya ha llegado. Sí, ya está. Tristemente esta historia se acabó.

Ficha del partido ▼

sábado, 19 de diciembre de 2009

Otro campeonato a espaldas de Inter, Milan y Juve


El fútbol italiano está cambiando. Ha aparecido un grupo de equipos capaz de discutir el regimen histórico establecido. Equipos valientes que avanzan en un frente común sin que nadie se rinda, aunando lo viejo y lo nuevo y aportando nuevas ideas y estilos de juego. Este campeonato dentro del campeonato se ha convertido, seguramente, en lo más apasionante y atractivo de 2009, después de las decepciones continuas que regalan los tres equipos de cabeza. De los 28 puntos del Parma a los 23 de Palermo y Cagliari hay diez equipos que sueñan y luchan para estar en Europa la próxima temporada.

Seguramente su labor esté facilitada por la ausencia de la imposición que obliga a ganar y, por ende, se permiten el 'lujo' de probar cosas distintas. Y de hecho, es en esta zona de la tabla donde vemos el mejor fútbol de Italia. Pocos cuidan el ataque tanto como lo hace Ventura en el Bari; el Genoa ataca con cinco jugadores y el 4-3-1-2 de Allegri hace del Cagliari uno de los equipos más eléctricos de toda la Serie A. El Nápoles encadena nueve partidos consecutivos sin perder en los cuales ha tenido que remontar el marcador en cinco de ellos; eso se llama carácter. El Chievo suma tres victorias consecutivas, lo que le ha permitido cambiar radicalmente de objetivos de un año para otro y el Parma... el Parma, recién ascendido, está en uno de los mejores momento de su historia; sin duda el mejor después de la quiebra de Parmalat. Otros dos equipos son los que han sabido reaccionar después del cese de su anterior entrenador: el Palermo con Dellio Rossi y la Roma con Ranieri, que cada vez juega mejor y gana mejor. Está Guidolin, el entrenador con más años en la Serie A actual (15), Prandelli, el que más tiempo lleva en el mismo equipo (5) y otros como Allegri o Gasperini que se han labrado en la modestia un futuro glorioso.

Radiografía de los diez equipos 'rebeldes'

Parma, 28 puntos
Aunque es un objetivo legítimo con la clasificación actual, la Champions League parece un objetivo demasiado difícil. Pero la Europa League sí está al alcance de un equipo que ha encontrado el equilibrio perfecto entre el talento, la garra, la experiencia, el descaro y el trabajo. Guidolin consigue dar con la tecla correcta en cada partido, a pesar de las muchas ausencias que jornada tras jornada lastran al equipo, haciendo saltar al campo a once jugadores muy conscientes de sus posibilidades. Además, la sólida gestión desde los despachos del club, con fichajes baratos y acertados suponen una ulterior ventaja. El lunar del equipo, además de las muchas lesiones, es la fiabilidad de una defensa excesivamente lenta y vulnerable en el contragolpe.

Roma, 25 puntos
La Roma es un equipo grande y como tal puede luchar por el cuarto puesto o incluso más. Porque tiene una plantilla de calidad y, seguramente, es la mejor de las diez que aquí estamos comentando. Ranieri ha conseguido obtener lo mejor de los mejores jugadores de la Roma, con un Totti espectacular que ha marcado más goles que partidos ha jugado. El equipo ha metabolizado rápidamente los cambios tácticos de Ranieri y ha absorvido como una esponja su carácter y determinación, lo que ha ayudado al equipo a remontar muchos partidos. Desde la llegada del ex de la Juve el equipo viaja al ritmo de los grandes y ha conseguido acabar con la plaga de lesiones, lo que no logró en la Juve. Por contra, el pésimo estado de forma de los brasileños (Doni y Baptista especialmente) y la falta de un punta son los lastres de esta escuadra.

Sampdoria, 25 puntos
La calidad individual de los jugadores de la Sampdoria es indiscutible. El grupo es sólido y compacto, y cuando está inspirado ha demostrado que no tiene límites. Es un equipo con fantasía, velocidad de movimientos y ejecución, con remate y pegada. La pareja que forman Cassano y Pazzini es de muchos kilates, aunque el rendimiento no es el del año anterior. Del Neri, con la defensa de cuatro le ha dado al equipo más variedad de la que tenía la temporada pasada con Mazzarri, donde era un equipo excesivamente plano. El momento negativo por el que pasó la Samp, encadenando derrotas y malas actuaciones parece haber pasado, aunque el equipo está un nivel por debajo del que mostró en su fulgurante inicio de temporada. Encontrar la continuidad será decisivo para conseguir éxitos en esta temporada.

Bari, 24 puntos
Aunque el objetivo principal debe ser solamente la salvación, Ventura tiene a sus órdenes un grupo de jovenes que pueden llegar muy lejos y que lucharán hasta el final para que el sueño de jugar en Europa la próxima temporada se haga realidad. El Bari ha elevado hasta la máxima potencia el 4-4-2 de su técnico, haciendo de las bandas dos puñales por los que construye gran parte de sus oportunidades de ataque y construyendo un sistema defensivo extremadamente sólido que le convierten en el equipo menos goleado de la Serie A. Han perdido a Kutuzov, que se operó este viernes y estará cuatro meses de baja y su ausencia no será fácil de llevar para el técnico, que ya entrenó al bielorruso en el Pisa. Aunque Meggiorini le está supliendo bien, el presidente ya piensa en fichar un relevo.

Chievo, 24 puntos
En verano, nadie pensó en otra cosa que no fuese la salvación y el equipo está construido dentro de este parámetro. Hasta ahora está jugando a un nivel que le permite tener lejos a los rivales para evitar el descenso. Seguramente, sobre el papel, es uno de los equipos más débiles del grupo y aumentar el paso y buscar otro objetivo podría resultar contraproducente para ellos. Las cosas así funcionan; Yepes vive una segunda gran juventud, Rigoni se ha convertido en el Di Carlo que necesita el Chievo y Pellissier, el gran capitán del equipo, completa, con su fiabilidad, la columna vertebral de los veroneses. Aún así, la falta de recursos que hay en la plantilla le puede pasar factura, como hemos visto en los partidos en los que no ha estado Rigoni. El equipo ha aprendido del agonismo con el que se salvó el año pasado y lo ha convertido en una ventaja.

Fiorentina, 24 puntos
Desde que Prandelli y Corvino llegaron a Florencia, la Fiorentina ha recuperado las dimensiones de antaño y lucha siempre por conseguir el cuarto puesto, objetivo que siempre ha cumplido, en detrimento de otros equipos, a priori, superiores técnicamente. La Fiorentina, este año, es un equipo que, sobre todas las cosas, juega bien. Puede ganar o perder, pero no termina un partido sin dejar buenas sensaciones en el movimiento de balón, su seño de identidad, personalidad y seguridad en sus propios medios. Por otra parte, la perdida en verano de dos jugadores como Melo y Kuzmanovic ha hecho que la plantilla acuse en demasía el desgaste de dos competiciones, obligando a Prandelli a alinear onces no deseados y que han podido ser la causa de algunas derrotas. Para enero se esperan grandes fichajes en una Fiorentina que ilusiona.

Genoa, 24 puntos
Es imposible correr siempre a 200 por hora. El Genoa sigue asombrando en cada partido, aunque hasta ahora ha sido muy irregular, combinando grandísimos partidos con otros a un ritmo más bajo. Pero en los momentos clave, siempre vemos un Genoa agresivo, superior tácticamente, muy práctico y con un calidad sublime. Zapater y Milanetto le han dado mucha calidad en el centro del campo y con Mesto, Sculli, Palladino y Floccari (o Crespo o Palacio) arriba ha conseguido potencia y velocidad adelante. Su sistema táctico es tan equilibrado como desordenado. El mal momento de Amelia y todos los problemas que ha desencadenado son la mancha de café en el 2009 perfecto del Genoa.

Napoli, 24 puntos
La clasificación tan apretada y, sobre todo, la media de puntos y el rendimiento que el equipo ha mostrado con Mazzarri en el banquillo, permiten al Napoli soñar con la clasificación europea. El rendimiento constante y los buenos resultados, además de todo el publo que le respalda, le obligan a intentarlo. En estos momentos, si no viven un momento mágico, poco les falta: están jugando bien, consiguiendo resultados y han aprendido con facilidad el carácter que Mazzarri ha inculcado al equipo. Aún así, los veinticuatro goles en contra y una defensa que no funciona, pueden condicionar la temporada. Campagnaro y Santacroce, que iban a ser dos jugadores importantes, han perdido su sitio en favor de Grava y Contini, cuyo rendimiento no ha sido tampoco el esperado. El carrilero izquierdo sigue siendo una incógnita y, en general, todo el sistema defensivo del equipo.

Cagliari, 23 puntos
Gracias a la solidez de todo el equipo (desde el portero hasta el delantero) y la gran calidad del ataque, el equipo de Allegri puede conseguir el prestigioso objetivo de clasificarse para Europa. La organización del juego, donde el entrenador no descuida ni el más mínimo detalle y el ataque de un equipo siempre ofensivo y con ganas de jugar y disfrutar son los puntos fuertes o fortísimos del equipo. Marchetti, López, Conti, Cossu y Matri, que ha marcado en los últimos siete partidos. Los buenos resultados y el gran potencial de un equipo que cree en sí mismo le han permitido quitarse de encima cualquier temor.

Palermo, 23 puntos
El grupo es prácticamente el mismo que el que consiguió ser octavo la temporada pasada, con el plus de calidad que le ha dado el argentino Pastore, por lo que no puede ser descartado para ninguna lucha este año. Además, su calidad la ha certificado ganando a Napoli, Juventus y Milan y si consiguiese ganar mañana al Siena de Malesani darían un gran salto en la clasificación. La llegada de Dellio Rossi le ha dado al equipo sencillez y practicidad y le ha devuelto algunos conceptos básicos que se habían perdido un poco además de conseguir dar más estabilidad con la entrada de Liverani y el gran momento de Miccoli. El nuevo entrenador tiene que conseguir darle estabilidad a un equipo que ve como su máxima estrella, el uruguayo Cavani, no marca desde hace ocho jornadas.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

De oportunidad a prioridad


Una de las normas básicas del fútbol y de muchas otras cosas en la vida dice que lo que funciona bien no hay que cambiarlo. Por lógica y por consecuencia, un equipo que pierde, que no funciona, al menos tiene que ser analizado y reforzado. Dejando a un lado las culpas más o menos igualmente divididas entre propietarios, directivos, entrenador, preparadores físicos, jugadores y un etcétera larguísimo que han llevado al equipo a la situación de ansiedad y desesperación, casi de fractura, en la que (no) seencuentra ahora.

Pero la fase de análisis es crucial para que las urgencias puedan ser atendidas. El pasado lunes, decía Blanc al ser preguntado por los posibles fichajes de enero que "algunos jugadores cuyo rendimiento se esperaba alto han decepcionado". Es cierto. El propio Blanc ha gastado casi sesenta millones de euros en Almirón, Tiago, Poulen y Melo; el primero ya está fuera del equipo, Tiago y Poulsen siguen porque nadie los quiere y Melo está viviendo un período de crisis personal. Aún así, el presidente no puede excusarse en sus propios errores intentando justificar, mal, que el club podría decidir no intervenir en el próximo mercado invernal. Algo que se antoja como fundamental vistas las lagunas surgidas hasta el momento o, peor aún, de las que se pueden poner en evidencia en el futuro más próximo. Hablamos del centro del campo, donde faltarán, por lo menos, durante dos meses Camoranesi, lesionado, y Sissoko, que además de estarlo, tendrá que participar del 10 al 31 de enero en la Copa de África. Durante éste tiempo, Ferrara podrá contar sólo con Felipe Melo, Poulsen y Marchisio, además del Tiago que no convence, el comodín de Salihamidzic y Diego y Giovinco teoricamente para los posiciones más avanzadas.

Jugadores contados en número y en calidad (Poulsen y Tiago no contaban en verano y sólo el danés se ha esforzado para mejorar su posición en el equipo), que además juegan en una posición en la que, por el mal funcionamiento colectivo, la Juve ve un número excesivo de tarjetas. Contra el Catania, por ejemplo, jugará Melo, que regresa después de su sanción por la expulsión ante el Inter, ocupando el puesto de Poulsen, que vio su quinta amarilla contra el Bari. El pasado verano aquí mismo hablamos de la oportunidad que se presentaba a la Juve con el fichaje de Maxi Rodíguez. Entonces lo definimos como la 'fiera' que completaría el gran circo de la Juventus, el broche de oro a un verano sensacional. La oportunidad perfecta para fichar un crack a precio de saldo y darle a la Juve el último aporte de calidad para completar una de las plantillas más potentes de Europa. Ahora, la oportunidad, que mantiene la idoneidad, se ha convertido en una prioridad y tiene un objetivo bien distinto: sostener la carpa hasta que los pilares del equipo se recompongan.

Y si es absolutamente necesario es porque en él se reúnen muchas de las cualidades que echamos en falta en este equipo: Maxi es un jugador fuerte, potente, cargado de garra y carácter, además de poseer una gran velocidad en la ejecución y un disparo tremendo que le daría a la Juve más peligro en la segunda línea. Su posición natural está en la banda derecha, pero su oficio y sacrificio le han permitido, en varios momentos de su carrera, ocupar un puesto como volante central, mediapunta e incluso jugando en la banda izquierda, aportando a Ferrara más variedad táctica antes o durante el partido.

La situación que atraviesa el Atlético de Madrid, con el que termina contrato en junio y que no consigue alejarse esta temporada de los puestos de descenso, además de sus problemas personales pasados con el anterior cuerpo técnico, han enfriado la relación entre 'la Fiera' y la directiva atlética, que tendrá que verse obligada a ceder el jugador en enero si quiere obtener algún beneficio. Esa situación es la que quiere aprovechar la Juve, que podría ofrecer a Tiago como moneda de cambio para acelerar los trámites, no gastar un solo euro y fichar a uno de esos jugadores cuyo rendimiento se espera alto y no suelen decepcionar.

Imagen: As.com

domingo, 13 de diciembre de 2009

¿Fracaso o confianza?


Resulta casi imposible seguir creyendo en que Ferrara puede reconducir la situación de esta Juve que ha perdido cuatro de los últimos cinco partidos. Ayer, de una manera inexplicable. Con 27 disparos y muchísimas oportunidades falladas a lo largo de todo el partido. Con Diego fallando un penalti muy mal tirado (aunque quizá molestado por un láser verde que le apuntaba en la cara) y con Almirón, el jugador que se fue y menos se echó en falta en la historia de la Juve hasta que Tiago acepte irse, marcando el gol que sentenció a la Juve. Pero eso son argumentos sin peso que no pueden utilizarse para justificar el momento de la Juve ni la derrota de ayer. Sí, seguramente el 3-1 es un resultado abultado y la Juve bien hubiese merecido un resultado diverso, pero la superioridad táctica del Bari fue aplastante. Una nueva vergüenza para la afición, que ve como un equipo recién ascendido pasea sobre los huesos del mejor equipo de Italia. Al final del partido, Blanc confirmó a Ferrara en el puesto y afirmó que la Juve tiene derecho a luchar por el Scudetto porque ganó al Inter. Un apunte interesante es éste: si merece un puesto en la lucha por el Scudetto por ganar al Inter, ¿se puede decir que se quedará fuera de la próxima Champions por perder contra cuatro equipos que no estarán en ella (Palermo, Nápoles, Cagliari y Bari)?

Seguramente no, aunque sólo sea porque la Juve encontrará equipos peores que no podrán arrebatarle la plaza europea. Aunque sea triste, es así. Ahora, sin perder más tiempo, hay que sentarse a reflexionar y localizar el foco de los problemas. Se acabó la palabrería de los merecimientos, el trabajo y el grupo, porque hasta ahora la Juve no ha estado cuatro meses de vacaciones. Ha estado trabajando. Y trabajando mal por lo que se ve. No se puede explicar cómo el equipo con uno de los mejores ataques de toda Europa necesita tantas ocasiones para marcar un gol y por qué, teniendo el mejor portero del mundo, encaja goles con esa facilidad. La pregunta es simple: ¿confiar en Ferrara o confirmar el fracaso y cambiar? La respuesta, sin embargo, es muy compleja. En 2003, el Barcelona de Frank Rijkaard se encontraba, seguramente, en una situación peor que la actual que vive la Juventus. Fuera de los puestos europeos, después de haber perdido contra el Real Madrid y con su estrella de la época, Ronaldinho, lesionada. Rijkaard, entonces había estado en la selección holandesa y en el Rotterdam y, a partir de enero, su equipo inició una escalada sin fin para terminar segundo a cinco puntos del campeón. Dos años después, ese equipo desauciado en el primer año del proyecto, ganó la Champions League sentando las bases del que hoy es uno de los mejores equipos de la historia. Ahí jugaban Rustu, Reiziger, Overmars, Cocu, Gerard, Luís García, Kluivert, Luís Enrique, Quaresma y Ronaldinho entre otros; ¿A caso no es mejor la Juve de Buffon, Chiellini, Sissoko, Melo, Marchisio, Camoranesi, Giovinco, Del Piero, Amauri, Trezeguet y Iaquinta?

De cualquier manera, se decida despedir o continuar con Ferrara, cuya confirmación como técnico en verano fue la decisión más correcta y apreciada por prácticamente la totalidad de la afición, queda clara la necesidad de un experto de fútbol que pueda acompañar al técnico y a los jugadores. En principio, ese puesto estaba reservado para Lippi, pero la situación actual puede y debe precipitar un nombramiento que no puede esperar a la próxima temporada. Porque la presencia de Secco en el banquillo del San Nicola demostró la confusión de esta directiva y la traspasó a los seguidores, técnicos y jugadores. O al menos al técnico, porque, ¿realmente tenía sentido hacer jugar a Molinaro, un jugador que apenas ha contado hasta ahora en el lugar de Grosso? ¿Qué razón vio Ferrara para alinear a Tiago en lugar de Camoranesi? Aún así, hay que reconocer que la Juve jugó mejor en el primer tiempo, a pesar de encajar el primer gol en el minuto 7: un balón que pierde Marchisio al borde del área lo engancha Meggiorini para batir a Buffon gracias a un toque de Legrottaglie, que llega tarde al corte. La Juve intentaría el empate con Diego primero y Amauri después, pero iba a ser Trezeguet quien consiguiese la igualada culminando una combinación entre ambos brasileños y aprovechando también el mal desvío de Givet. Pero no iba a acabar todo ahí. Bonucci, antes del empate, había perdonado el 2-0 tras una mala salida de Buffon y en el 44' iba a ser Barreto quien provocase un penalti dudoso que el árbitro pitó y el brasileño marcó.

Nada de lo que se podía esperar salió en un segundo tiempo dramático: nueve claras ocasiones de gol y un penalti fallado por Diego, que en la que parecía ser la noche de su resurrección volvió a caminar entre los zombis. Repasamos: en el 6' Diego entra en el área y el balón que pierde lo recoge Trezeguet, que remata fuera; 8' después, un centro de Trezeguet lo baja mal Amauri y llega a Diego, que lo devuelve a David, pero el remate lo para Gillet. En el 17' Diamoutene falla en el área, Trezeguet lo aprovecha, encuentra a Tiago cerca de la línea, pero el portugués falla, igual que haría minutos después, cuando sólo ante Gillet, Diego le ponía el balón en la cabeza y remataba alto. En el 23', Grosso, que había entrado antes sustituyendo a Molinaro (qué sufrimiento con Álvarez) recibe en el área un claro penalti de Almirón igual al que le hizo el australiano Neill en Alemania. Dispara Diego, pero su cara en nada se parecía a la de Totti en el Mundial. Cuerpo muy bajo y balón muy alto, altísimo. Otra vez en el 31' lo intenta de cabeza Legrottaglie, pero no hubo manera. Pero el gol que faltaba iba a salir de un derechazo nunca visto en Turín: Almirón hacía el 3-1 que volvía a enterrar más hondo aún, a la Juve. Todavía lo intentó Poulsen y Amauri, pero ambos erraron. Camoranesi que entró y tuvo que salir lesionado completó el cuadro del San Nicola. Entre el frío, los fallos, la decepción, el sufrimiento y la rabia, la Juve vuelve a casa. Mientras, Blanc renueva su discurso sobre el Scudetto. Sin saber que hay ocasiones en las que es mejor callar.

Ficha del partido ▼

viernes, 11 de diciembre de 2009

Reflexiones y confusiones sobre una caída histórica


De un batacazo tremendo nos hemos despertado. El sueño se ha terminado y la cruda realidad nos rebaja hasta la Europa League. Derrotados y humillados. La Juventus sólo ha sido capaz de ganar al Maccabi Haifa, el peor equipo de la historia de la Champions y ha encajado dos derrotas y dos empates en los otros cuatro partidos. No ha podido cosechar más de un punto ante los rivales de nivel. Eliminados en la primera fase de la Champions League, algo que no pasaba desde el 2000. Se ha esfumado el objetivo más importante, a nivel deportivo y económico, a las primeras de cambio. En lo material, la Juve pierde, de entrada, 4'5 millones de euros, lo mínimo que podía ganar pasando a los octavos de final (además de ver como sus acciones han bajado un 6'15%). Aunque el valor total de la pérdida, sumando los ingresos por las entradas, los bonus y los patrocinadores que ya no encontrarán seductora a la Juve, se calcula que podría ser de unos quince millones. Terrible.

Pero deportiva y emotiva y mentalmente, la situación es aún peor. Mucho peor. Buscar razones o, peor aún, justificaciones, se convierte en una misión casi imposible. Aunque no para la prensa, que en Italia se ha afanado a culpar a todos por todo. Jugadores en general, brasileños en particular, entrenador, preparadores físicos, directivos... Según el día y la hora, el enemigo público varía y nadie parece capaz de hacer un análisis objetivo y sosegado de por qué estamos aquí y cómo podemos salir de esta situación. Debastante. Porque la Juve es un equipo mejor que el de la temporada pasada bajo todos los aspectos y aún así tiene menos puntos que el equipo de Ranieri en sus dos temporadas anteriores, no ha llegado a los octavos de la Champions y tiene más, muchos más lesionados.

Los periódicos hablan de que el mercado de verano de la Juve, alabado por todos hace tres meses, ha sido un fracaso millonario. Que Melo ha sido la mejor vendetta de la Fiorentina y que Diego jugaba en la Bundesliga, definida como una liga de nivel menor, por razones evidentes. Otros se inclinan por culpar a Ferrara que, ha resultado para muchos, ser un fiasco después de la pretemporada estelar y del entusiasmo en Pinzolo. Seguramente, Melo sigue siendo el crack que demostró ser en una Fiorentina humilde que él, sólo él, sostuvo defensivamente y Diego, aunque sea una antorcha bajo el agua en el juego de la Juve no ha pasado de ser el heredero de Platini a sólo un error más caro que Poulsen y Tiago juntos. Pero entonces, ¿dónde está el origen de los problemas que se han tragado a la Juventus? ¿Por qué este equipo, por primera vez en más de un siglo de historia parece sin alma? ¿Por qué la Juventus se ha convertido en varios partidos de esta temporada (Palermo, Nápoles, Girondins, Cagliari y Bayern ), incluso ganando, como contra el Udinese, en un equipo dormido, cansado, sin garra, sin ganas de luchar, en una conjunción de campeones arremolinados, de confusión?

Diego y Melo, que han terminado los dos últimos partidos en el banquillo, son la triste imagen de un mercado que la caída europea ha desvirtuado hasta quién sabe cuándo. Del Piero y Grosso son viejas grandísimas estrellas que quizá empiezan a apagarse. Y Cáceres, cedido por el Barça sin demasiada fe en él, ya acumula varios partidos en los que es el menos malo del equipo ¿Pero qué está pasando? La Juve tiene el mejor portero del mundo, una buena defensa, un centro del campo de grandísimo nivel y una delantera verdaderamente envidiable. ¿Es posible que estos jugadores hayan rebajado su nivel hasta no merecer ni jugar a fútbol, da igual con la camiseta de la Juve que con la del Cittadella?

Realmente, resulta difícil de creer. En el equipo se ve una desmotivación atroz, nunca vista, pero también, aunque duela decirlo y reconocerlo, Ferrara ha decepcionado. La condición física del equipo no está a un nivel ni siquiera aceptable y las tácticas y algunas decisiones asombran tanto que desde el primer momento se atisba el fracaso. Ferrara es una gran persona, un símbolo de la Juve al que todo el mundo respeta y merece ser cuidado como tal, un grandísimo ex defensa y un gran experto de lo que es el fútbol, pero hasta ahora, como entrenador, ha aportado poco. Sí, ha querido darle al equipo otro estilo. Eso se ve, se aprecia y se agradece. Pero el resultado no es convincente y el precio que la Juve está pagando es alto. Cuatro goles a favor en seis partidos de Champions son una estadística tan pobre que por sí sola imposibilita el pase de ronda. Y en el campeonato los ridículos han sido más de uno y de dos. Vuelve la misma pregunta a la cabeza ¿Es posible que todos los cracks de la Juve hayan pasado en cuatro meses a ser jugadores de segundo o incluso tercer plano?

Y lo más preocupante de todo no es jugar la Europa League. No es ni un ridículo ni una vergüenza. Es lo mismo que le ha pasado al Liverpool o lo que hasta hace menos de un mes dábamos por seguro le iba a pasar al Bayern. Ellos, al igual que la Juve, han hecho fichajes estelares y su actuación en la Champions no ha estado a su altura. Pero no, la eliminación sólo es un síntoma de una enfermedad demasiado grave y de la que esperamos que Ciro pueda encontrar rápido la medicina. Antes de que el buen equipo se pierda en la espiral anodina y de críticas que ha recibido. Porque la Juve tiene jugadores para ser un gran equipo, pero ahora mismo parece todo menos un equipo. Permanecer todos juntos, jugadores, técnicos, directivos y afición seguro que es una buena manera de acompañar el tratamiento técnico-táctico del que se debe encargar Ferrara. Aunque no es fácil. La decepción ha sido tremenda para una afición sorprendida, impactada, amargada, indignada, enfadada, incrédula y nostálgica. Terriblemente nostálgica.

domingo, 6 de diciembre de 2009

(C+G)11 = J100%


Juventus - Inter 2-1
Goles: 20’ pt Felipe Melo, 26’ pt Eto’o, 13’ st Marchisio
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Cáceres, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Sissoko, Felipe Melo, Marchisio(35’ st Poulsen); Diego (46’ st Grygera); Amauri, Del Piero (26’ Camoranesi). A disposición: Manninger, Legrottaglie, Poulsen, Giovinco, Trezeguet. Entrenador: Ferrara.
Inter (4-3-1-2): Julio Cesar; Zanetti, Lucio, Samuel (45’ st Materazzi), Chivu; Muntari (15’ st Balotelli), Cambiasso (34’ st Mancini), Thiago Motta; Stankovic; Eto’o, Diego Milito. A disposición: Toldo, Córdoba, Vieira, Khrin. Entrenador: Mourinho.
Estdísticas Juventus: tiros 10, tiros a puerta 8, corners 5, fueras de juego 3, posesión de balón 48'3%.
Estadísticas Inter: tiros 8, tiros a puerta 4, corners 9, fueras de juego 4, posesión de balón 51'7%.
Árbitro: Saccani. Amonestó a Grosso, Amauri, Cáceres, Muntari, Samuel y Balotelli. Expulsó a Felipe Melo con doble amarilla y a José Mourinho.

Después de que lo demostrase Albert Einstein, fue ayer la Juve la que reforzó la teoría de que todo es relativo. Porque, a pesar de la victoria, seguramente, el Inter es y seguirá siendo un equipo más completo y favorito para ganar el Scudetto. Pero la Juventus demostró de la mejor manera posible que pretendían enterrarla antes de matarla con críticas injustificadas. Lo hizo como está escrito en su adn: con la suma del grupo y el carácter elevada a la undécima potencia (una por cada jugador bianconero en el campo). También fue una gran actuación la del público, que en una noche tan delicada como la de ayer dio la lección de deportividad y civismo pedida por el Presidente y por toda la opinión pública. En ningún momento hubieron muestras de racismo, sólo (y no es poco) insultos contra Balotelli, que hizo de todo para dar razón a los que le etiquetan como un provocador y convertirse en el foco de las iras de todos los rivales. 30 segundos tardó en tocar su primer balón y en fingir una primera agresión de Cáceres. Luego, a menos de 10' para el final, después de cometer una falta sobre Melo que el árbitro no quiso señalar, simuló un codazo del brasileño, que sólo intentaba desembarazarse de sus agarrones apenas rozando su brazo. Sí vio agresión en esta ocasión Saccani, que optó por expulsar a Melo, entre insultos del brasileño, que se perderá, por lo menos, los dos próximos partidos. Desde la Curva Bianconera hemos rechazado cualquier forma de racismo, reclamando la legalidad y dignidad de la gran masa social de la Juventus. Pero de igual manera, reivindicamos un fútbol deportivo, con futbolistas justos cuyo objetivo sea siempre la victoria y no intentar tergiversar las acciones del campo.

El partido, en el que la Juve de la confusión táctica, del entrenador que no sabe lo que quiere, de los brasileños improductivos, de la defensa perdida ganó al imparable Inter fue, sobre todo, la derrota de José Mourinho. Lleva el portugués tres semanas reclamando calma y buen comportamiento y condenando a otros sin saber cómo ni por qué y perdió los nervios sólo después de veinte minutos. Sus aplausos, con exceso de ironía, le costaron la expulsión después del primer gol de la Juve en una acción rocambolesca. Mourinho entendió que la acción de Samuel sobre Del Piero, a la altura de su banquillo, no fue falta y después reclamó con excesiva vehemencia un fuera de juego justo en el gol de Melo. Tenía seguramente razón, pero ni siquiera viendo la repetición se puede juzgar si fue Melo el último en tocar, si remató Chiellini o si desvió el propio Lucio. En cualquier caso, fue inalcanzable para Julio Cesar y el gol subió al marcador. Paradojicamente, en lugar de suponer una ulterior motivación para los hombres de Ferrara, el sistema recuperado por el técnico se empezó a deshacer, y el Inter sólo tardó cuatro minutos en construir una acción super clara (remate de Samuel y paradón de Buffon) y sesenta segundos más en empatar. Eto'o, en una falta botada por Stankovic, se encontró solo ante el arco de Buffon y marcó. Un error inadmisible de todo el sistema defensivo, tanto en las posiciones como en el modo de intentar crear un fuera de juego ridículo.

Empezó mejor la Juventus porque las críticas han herido el orgullo de unos jugadores que ansían la victoria y que querían recuperar la armonía del público particular y de la opinión en general. Amauri ilusionaba tras sólo diez minutos, pareciendo volver a ser el delantero fenomenal que impresionaba a todos. Sin embargo, aunque después fue decayendo, sí vimos un trabajo continuo del brasileño que puede dar muy buenos resultados al equipo. El problema ayer fue que no había nadie que pudiese aprovechar el fruto de su desgaste. Del Piero no está aún a un nivel ni mucho menos óptimo y Diego sigue en su laberinto de ordinariez técnica. Así, fue Marchisio el más activo en la zona ofensiva, sin descuidar la marca de una banda izquierda por la que intentaba, sin éxito, percutir el Inter. Porque el trabajo de Marchisio es impecable y se vuelve a mostrar el jugador fundamental que ya fue la temporada pasada. Aún así, a pesar de algunos errores individuales, la Juve ofreció lucha, garra, potencia y una gran determinación. Jugando así, desde luego, no habría perdido de aquella manera contra Girondins y Cagliari.

Tras una primera parte intensa, empatada a goles, aunque desigual en penaltis no pitados (uno de Cannavaro a Samuel clarísimo, otro del propio Samuel sobre Chiellini y otro, el primero, de Muntari, que pudo ser expulsado, a Sissoko) llegó una segunda parte que parecía más pálida. Sin embargo, fue la Juve la que ofreció una mejor cara y la que consiguió adelantarse en el marcador a los 13' de la reanudación. Fue Marchisio, que tenía que poner el broche de oro a una actuación espectacular. Aprovechó un rechace infeliz de Julio César a un disparo de Sissoko para batir al brasileño, engañándole tanto como a Samuel, con un juego de piernas que resulta creíble sólo por lo reiterado de sus goles: la temporada pasada marcó dos muy similares contra la Fiorentina y contra el Nápoles. Con el 2-1 ya en el marcador, el Inter cambió rápido al 4-2-4 de las emergencias, sustituyendo a Cambiasso y Muntari por Mancini y Balotelli. Dos cambios que, lejos de mejorar, acabaron con el Inter que aumentó en dos el número de jugadores con un nivel psicológico inaceptable. No lo merecía y no consiguió empatar el partido. Ferrara cambió a un sistema con un sólo delantero, dando entrada a Camoranesi y Poulsen por Del Piero y Marchisio. Luego, forzado, tuvo que suplir a Diego por Grygera. Porque al final hubo una pelea ocasionada por el teatro de Balotelli. Chivu le dio un cabezazo a Sissoko y Motta y Buffon estuvieron a punto de llegar a las manos. Para Saccani, sólo Melo mereció la expulsión. ¿A alguien le sorprendió? No. Es algo a lo que, por fuerza, hemos tenido que acostumbrarnos. De todos modos, la Juve ganó. Tampoco la solución de Materazzi como delantero centro le funcionó a Mourinho. Ahora tocan contra el Bayern los segundos noventa minutos más importantes de la temporada. En buen momento.

viernes, 4 de diciembre de 2009

JUVENTUS


En un momento complicado por el que atraviesa actualmente la Juventus y en vista de dos partidos fundamentales para el futuro de la temporada, conviene recordar a todos; aficionados, jugadores, técnicos y directivos, qué es la Juventus. Algunos lo saben. Otros lo creen, pero en realidad no lo saben. Y otros lo ignoran completamente, algunos porque quieren y otros porque no pueden. El diario Tuttosport ha recopilado durante los días previos al derbi, momentos, imágenes, mitos y las frases que han marcado la historia de la Juventus y que hoy reproducimos aquí. "Porque la historia infinita de este equipo no debe ser sólo un peso para el que viste una camiseta tan pesada, sino un motor potentísimo para cumplir los sueños".

"En los momentos difíciles de un partido, siempre hay algo en mi subconsciente a lo que apelo, a esa capacidad de no rendirse nunca. Por eso la Juventus gana también cuando no te lo esperas".
Gianni Agnelli

"Aquí hay que luchar siempre y cuando parece que todo está perdido, creer todavía. La Juve no se rinde nunca".
Omar Enrique Sivori

"La Juve es como un dragón de site cabezas; le cortas una y siempre le sale otra. No se rinde nunca, y su fuerza está en el ambiente".
Giovanni Trapattoni

"La Juve es algo más que un equipo. No sabría decir qué, pero estoy orgulloso de formar parte de ello".
Gaetano Scirea

"La Juventus no es sólo un equipo de fútbol; es un modo de entender la vida".
Italo Pietra

"Para mí, Italia es sobre todo la Juve. Todavía tengo el seño que me dejó Ciro Ferrara. Para un delantero, enfrentarse a un equipo italiano es lo máximo, la verdadera prueba de fuego. Ferrara, Montero, Boksic, Del Pîero: después de haberme enfrentado a ellos supe que había jugado al máximo nivel".
Ryan Giggs

"Jugar en la Juventus quiere decir pertenecer a uno de los pocos verdaderos mitos del deporte".
Michel Platini

"Para mí, la Juventus significa la historia del fútbol. Una historia hecha de equipos inolvidables y jugadores que con su garra y su genialidad han escrito algunas de las páginas más bonitas e importantes del libro del fútbol mundial".
Michel Platini

"El verdadero enfrentamiento entre nosotros y los milaneses es saber quién llegará primero: nosotros a conseguir la tercera estrella o ellos la segunda".
Gianni Agnelli

"Con la Juventus he aprendido a ganar. No sé cómo, es algo que se respira dentro del vestuario, son conceptos que se transmiten de jugador a jugador. Es el sentimiento que te transmiten millones de aficionados y no hay un club en el mundo en el que te haga el mismo efecto".
Edgar Davids

"La Juventus ha sido un ejemplo para mi Manchester United. Ponía a mis jugadores los videos del equipo de Lippi y decía: no os fijeis en la táctica o en la técnica, eso lo tenemos también nosotros, lo que vosotros teneis que aprender es a tener esas ganas de victoria".
Sir Alex Ferguson

"Quizá, si hubiese jugado en la Juventus, hubiese tenido una carrera más larga, tranquila y exitosa. No me arrepiento, pero por ése club siempre he tenido gran admiración y respeto".
Diego Armando Maradona

"La Juventus es historia, tradición, un trozo del país, es la imagen de Italia en el mundo. Eso conlleva una gran responsabilidad, porque todos los días debes respetar el nombre que llevas. Pero la Juve es todavía más grande: es un valor ideal y moral".
Vittorio Chiusano

"El amor por la camiseta de la Juventus explota en los momentos triunfales y no disminuye en los momentos menos felices".
Michel Platini

"La Juventus es una amante que vuelve con su enamorado tras el adulterio de una derrota".
Jean Cau

"He jugado en el Nancy porque es el equipo de mi ciudad, en el Saint-Ettienne porque es el mejor equipo de Francia y en la Juventus porque es el mejor equipo del mundo".
Michel Platini

"La Juventus es un club ambicioso por su pasado, por todo lo que ha ganado, por su historia y también por lo que será su futuro".
Paolo Maldini

"Cuando jugamos por primera vez la Champions League, la Juventus era el mejor equipo. Ellos eran quienes aspirábamos a ser".
Ryan Giggs

"La mentalidad ganadora la he aprendido en la Juventus. Sólo allí aprendí que ganar era una obligación. Formar parte de uno de los clubes más grandes del mundo te pone el imperativo del resultado. Cuando perdíamos era un drama. En el fútbol a alto nivel, tienes un partido cada tres días: esto te obliga a tener los pies en el suelo tras una victoria y ha trabajar más duramente aún después de una derrota".
Zinedine Zidane

"¿Que gane la Juve o que gane el mejor? Soy un hombre afortunado, habitualmente las dos cosas coinciden".
Gianni Agnelli

"Jugar en la Juventus significa no acontentarse nunca. ¿Has ganado el Scudetto? Bien, ahora la Champions ¿Ganada la Champions? Vale, ahora la Intercontinental ¿Ganada la Intercontinental? Bien, ahora toca volver a ganar el Scudetto. Aquí hay poco tiempo para celebraciones".
Marcello Lippi

"Las ganas de luchar que tenía nuestro equipo era algo diferente e inigualable. Llegaba justo después de ponerse la camiseta. Era como si infundase coraje, garra y un único deseo: superar al adversario".
Didier Deschamps

"Juventus quiere decir victoria. Es la manera más fácil para explicar qué es la Juve. Lo he dicho muchísimas veces en Inglaterra, cuando me preguntaban por mi experiencia italiana y no tenía muchas ganas de hablar. Es fácil, yo decía: en la Juventus se gana".
John Charles

"Es un placer inmenso recordar que todo 'lo mejor' del fútbol ha pasado por la Juve".
Umberto Agnelli

"La Juve es siempre la Juve. Hay equipos que tienen la victoria en el adn y la Juventus es uno de ellos".
Emilio Butragueño

"En la Juventus ganar no es lo más importante. Es lo único que vale".
Giampiero Boniperti

"Estoy muy orgulloso de ser juventino, de ser una 'bandera', como me definís a menudo. Pero en realidad yo sólo soy una pequeña parte de una gran bandera bianconera que crece con el pasar de los años y que si cualquiera de vosotros mira con atención, encuentra también escrito su nombre. Para que la bandera siga creciendo, nos necesita a todos. Hay que estar unidos".
Alessandro Del Piero

domingo, 29 de noviembre de 2009

El peor momento en el peor momento


Cagliari - Juventus, 2-0
Goles: 30' pt Nenê, 44' st Matri.
Cagliari (4-3-1-2):
Marchetti; Pisano, López, Astori, Agostini; Conti, Biondini, Lazzari (21' st Dessena); Cossu (28' st Parola); Jeda, Nenê (17' st Matri). A disposición: Lupatelli, Canini, Barone, Larrivey. Entrenador: Allegri.
Juventus (4-2-3-1):
Buffon; Cáceres, Cannavaro, Chiellini, Molinaro (36' st Giovinco); Sissoko (40' st Tiago), Poulsen; Camoranesi, Diego, Marchisio (17' st Del Piero); Amauri. A disposición: Manninger, Grygera, Legrottaglie, De Ceglie. Entrenador: Ferrara.
Estadísticas Cagliari: tiros 10, tiros a puerta 4, corners 4, fueras de juego 6, posesión de balón 32'7%. Estadísticas Juventus: tiros 10, tiros a puerta 4, corners 7, fueras de juego 3, posesión de balón 67'3%.
Árbitro:
De Marco. Amonestó a Jeda, Cossu, López, Sissoko, Camoranesi y Amauri.

¡No, no, no y no! La situación se ha vuelto insoportable. No por lo prolongada en el tiempo, sino por la gravedad que constituye la manera en que la Juve de Ferrara ha encajado dos derrotas por 2 a 0 en sólo cuatro días. Con unos jugadores sin ritmo, confianza y sin convicción ¿Sin ganas? Esperemos que no. Pero sí podemos asegurar que sin fondo, algo totalmente inexplicable cuando la Juventus contrató en verano dos de los mejores preparadores físicos que hay hoy en día (Neri y Gaudino). Y en el fútbol actual da igual la calidad que tengas (la muestres o no), porque si el rival corre más que tú, no hay nada que hacer. Y ayer, como contra el Girondins, a la Juve le pasó eso: llegaba tarde a todos los balones, perseguía desde la distancia a todos los jugadores del Cagliari, no conseguía robar en ningún contraste, ni hacer pases de ni siquiera dos metros, ni sacar con corrección desde la banda ¿Cómo puede pasar eso en un equipo con jugadores del nivel de la Juve? ¿Cómo se puede permitir esta confusión o este lo que sea? Es, sencillamente, imperdonable.

Si a esto se le añade la presión y los problemas que está encontrando un entrenador novato... Los problemas del equipo, que son todos los que un equipo puede tener, no llegan en peor momento. A un equipo que ni juega ni hace por jugar, hay que sumarle la confusión de un entrenador que aún busca un sistema que le dé confianza y jugadores para aplicarlo. Busca desesperadamente, un sustituto para Nedved; probó en Francia con Del Piero y ayer con Marchisio, dos jugadores completamente distintos (encima en pleno proceso de recuperación tras sendas lesiones graves) que prueban que el técnico no sabe por dónde ir. Hizo un equipo en rombo para sacar el máximo provecho a Felipe Melo, que fue uno de los fichajes estelares del verano y ayer ni siquiera estuvo en el banquillo. ¿Castigado? en la grada. Pero, ¿realmente esta Juve puede prescindir de Melo, por muy mal que esté el brasileño? Pues no. Es el único capaz de conectar entre la defensa y el ataque y ayer ni Poulsen, que lo hizo mal como medio y terminó el partido de defensa, también mal, ni Sissoko, que corrió todo el rato pisando césped sin más, lograron hacer algo parecido. Y si los aficionados juventinos hemos criticado a Mourinho por su manera tan autoritaria y equivocada de resolver los problemas de sus jugadores, mandándoles a la grada, no podemos aprobar que Ferrara haga lo mismo. Obviando, a las primeras de cambio, dos jugadores por los que la Juve ha pagado treinta millones de euros (Melo y Grosso).

Ayer, sin Melo, fue Chiellini quien, continuamente y sin apoyo de los laterales (especialmente Molinaro en el izquierdo), intentó subir el balón hacia la zona de creación de peligro. No lo hizo mal, pero la idea, desde el primer minuto. La falta de Chiellini en el área propia, dejó sólo a Cannavaro ante los rapidísimos Jeda y Cossu y las consecuencias pudieron ser mucho peores. En el minuto 8, Jeda, Cossu y Lazzari ya había evidenciado una vez cada uno las carencias del capitán de Italia, que nunca tomó la decisión correcta, saliendo al corte cuando tenía que esperar y esperando cuando tenía que salir. El resultado fue varios caños que se tuvo que tragar y una desconfianza total durante todo el partido que le impidió incluso despejar balones frontales con corrección. Sin exagerar, podemos decir que el de ayer fue, seguramente, el peor partido de la carrera de Fabio. No será una casualidad a tener de la edad y del momento por el que pasa el equipo, porque ¿recordais al Cannavaro de principio de temporada? Consiguió convertir los pitos que provocaron su llegada en aplausos y ahora ha acompañado y continuado hasta el negro más profundo la caída de todo el equipo.

Cierto es que el gol de Nenê entraría una vez de cada cien que lo intentase y que el segundo gol de Matri llegó con el equipo volcado intentando un empate que posiblemente mereció en la última media hora, pero que el fútbol no coincidió porque aunque a veces es injusto, no lo es tanto. Pero es igualmente cierto que la Juve ha repetido el mismo guión en dos derrotas consecutivas. También ayer hubo un penalti a Amauri que se vio desde Corcega y otro, no tan nítido, de Biondini a Diego. Pero es un error justificar una derrota tan calamitosa con dos acciones absolutamente aisladas. Porque además, el despertar de la Juve lo marcó la entrada de Del Piero y nada más. El equipo necesitaba carácter, garra, compromiso y calidad. Y eso fue lo que aportó el capitán. Tampoco, por otra parte, será casualidad que el despertar de un Diego, igualmente inaceptable, coincidiese con la entrada de Alex, alguien con el que poder asociarse, después de estar rodeado de gente que repelía el balón. Como Marchetti, que lo hizo con cualquier ¿disparo? de los jugadores de la Juve, salvo en un remate de plancha de Amauri que entró y fue bien anulado por fuera de juego del brasileño.

En definitiva, podemos decir que ha pasado lo peor cuando poer puede sentar y peores consecuencias puede tener. Porque, además, Ferrara parece que se ha enrocado, le ha molestado también la presión y las críticas injustas recibidas por un sector de la prensa turinesa y se niega a analizar la situación culpando a los errores arbitrales como principal mal de la Juve y diciendo que no tiene nada que reprochar a sus jugadores justo después de declarar que Diego no hace lo que él le dice. Una situación totalmente contraproducente porque: 1) en los últimos ocho partidos, la Juve sólo ha obtenido trece puntos, perdiendo nueve con respecto al Inter y 2) ha encajado quince goles en catorce partidos. Y todo esto, en puertas de los dos partidos (ante Inter y Bayern, ambos en Turín) que pueden escribir la historia de esta temporada. O su prematuro epitafio.

> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Tres puntos y demasiados imbéciles


Juventus - Udinese, 1-0
Juventus (4-2-3-1): Buffon ; Cáceres, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Poulsen, Felipe Melo (7’ st Sissoko); Camoranesi, Diego (42’ st De Ceglie), Giovinco (7’ st Del Piero); Amauri. A disposición: Manninger, Grygera, Legrottaglie, Immobile. Entrenador: Ferrara.
Udinese (4-1-4-1): Handanovic; Basta, Coda, Zapata, Lukovic; D’Agostino; Lodi (13’ st Romero), Inler (38’ st Sammarco), Asamoah, Isla (42’ st Corradi); Floro Flores. A disposición: Belardi, Felipe, Romero, Zimling, Domizzi. Entrenador: Marino.
Estadísticas Juventus: disparos 13, disparos a puerta 7, corners 5, fueras de juego 10, posesión de balón 55,8%.
Estadísticas Udinese: disparos 5, disparos a puerta 2, corners 3, fueras de juego 5, posesión de balón 44,2%.
Árbitro: Brighi. Amomestó a Asamoah, Diego y Handanovic.
Goles: 6' st Grosso.

Desgraciadamente, ayer había en el estadio demasiados subnormales (no sabemos cuántos, pero por el ruido eran más de uno, y el mínimo plural ya le concede el calificativo de demasiados) que se divertían más insultando a Balotelli (no como interista, sino como negro) que con el partido de la Juve. Aunque, sin querer para nada justificar lo que trataremos a continuación, fue realmente difícil divertirse con el partido que se marcaron los chicos de Ferrara. Sin ritmo después del parón y distraida por el trascendental encuentro de Burdeos del miércoles, volvió a ser ese equipo del que cuesta esfuerzo no apartar la vista del televisor con el pasar de una mosca. Parecía demasiado fácil derrotar a un Udinese que llegaba a Turín sin sus tres delanteros titulares: Di Natale, Sánchez y Pepe. Y sin embargo la Juve terminó el partido sufriendo y dando gracias porque el rematito de Zapata en el tres del añadido se encontró con las manos de Buffon. Algo que nos posibilita buscar alguna excusa inservible en caso de que el equipo se hubiese vuelto a dejar los puntos. Por falta de madurez estaríamos diciendo ahora seguramente.

Porque el partido de ayer se jugó tan lento, que dicen que fue perfecto para los reporteros gráficos, que no corrieron en ningún momento el riesgo de que la foto quedase descuadrada. Ni siquiera Diego, que había empezado el partido de manera eléctrica, podía mantenerse y rápidamente se contagió del ritmo anodino de los compañeros. Melo volvía a fallar en cada balón, llegaba tarde a la cobertura y se pasaba de largo en los pases largos; Giovinco no sabía por dónde podía entrar con tantas camisetas amarillas por delante y Amauri... Amauri quedó prisionero de la defensa de Marino, sin nadie que intentase sacarle de allí. Intentó hacerlo Camoranesi, en la única acción destacable por su parte de todo el partido, cuando puso un buen centro (37') que Amauri remató mal, con el muslo y la rodilla y pudo atajar, no sin esfuerzo, Handanovic.

Tal era el astío de la primera parte, con todo el mundo fallando lo poco que podía fallar y un ataque tan precario que sólo Zapata, inmenso, bastaba para detenerlo, que Ferrara puso a calentar a Sissoko, Immobile y Del Piero a la media hora de partido. Hasta ahí se dirigieron los ojos, los cánticos, las ilusiones y las esperanzas de la afición (y del realizador del estadio, que encontraba mucho más amenos los planos de los trotes de Alex que lo que ocurría sobre el rectángulo). El descanso, el enfado seguro de Ferrara en el vestuario y el acecho de los compañeros que volvían tras la lesión estimularon a la Juve en la segunda mitad, que si no estuvo más vivaz, al menos sí dio sensación de estar viva. Tanto que a los seís minutos se encontró (quizá nunca mejor dicho) con el gol en una jugada inexplicable. Porque, ¿cuántas veces hemos hablado aquí sobre los laterales y los puntos débiles de la Juve? Pues bien; centro de Martín Cáceres y gol de Fabio Grosso. La guinda a este pastel de la paradoja la puso Poulsen, que en la posición de Diego puso el balón al uruguayo, que sin dejarla caer centró justo donde llegaba el campeón del mundo.

Sólo un minuto después, Ferrara realizaba el cambio que había preparado para desbloquear el marcador poco antes: Melo y Giovinco por Sissoko y Del Pîero. La entrada del capitán, que lo fue oficialmente durante unos segundos (el árbitro no autorizó el cambio de brazalete), le dio al partido ese toque de pimienta necesario para enriquecer un insípido plato. Aumentó el nivel técnico del equipo, con ayuda de un Udinese más abierto en busca de un gol casi imposible e inmerecido, y demostró que la conexión entre Alex y Diego no será algo difícil, sino espontáneo. Lo vimos ayer, con alguna pared y pases de tacón y salón. Fue interesante el cambio táctico de Ferrara con el 10 en el campo, dejando a Amauri y Diego en los lados con Del Piero enganchando.

Pero, aunque no nos guste, hay que terminar hoy con la reseña de los insultos racistas de un grupo de enfermos que tienen tomada la curva Sud (con el apoyo de todas las autoridades). Pasó la temporada pasada contra el Inter y la Juve jugó contra la Atalanta a puerta cerrada. Ayer, a pesar de la intervención del club a través del speaker del estadio pidiendo respeto, los ultras no cayaron y levantaron más la voz después de la advertencia por megafonía. Destrozaron también el mensaje que antes del partido lanzaba la Unesco a propósito del día contra el racismo en el fútbol italiano. Son tan subnormales algunos que ayer, mientras aplaudían a Sissoko, otros se dedicaban a menospreciar a Zapata y Asamoah, por el mero hecho de ser tan negros como el ídolo malí y quizá olvidando también que en la Juve han pasado jugadores tan importantes como Thuram, Davids, Vieira o Henry. Y todos ellos eran negros. Al final del partido, en zona mixta, Ferrara intentó... no se sabe muy bien qué diciendo que son cosas que también pasan en otros campos ¿Y qué? Decía Ferrara que cuando él jugaba en el Nápoles escuchaba siempre cánticos que rezaban "Vesubio, entierralos a todos" y que es otra forma de racismo. Cierto. Pero tanto como que esos cánticos se repiten cada vez que se juega un Juve - Nápoles, aunque Ferrara y Cannavaro o Molinaro sean napolitanos. Seguramente, como tienen el nivel de raciocinio de un perro, no alcanzan a distinguir. Estamos, como siempre, a vueltas con el problema de la educación. Un problema cuyas consecuencias pagaremos todos. Porque los hechos de ayer, gravísimos, no podrán ser pasados por alto y la Juve lo pagará jugando el partido del año, contra el Inter, a puerta cerrada. Aunque la discriminación racial es algo mucho más grave.

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