lunes, 24 de diciembre de 2007

Serie A, 17ª J. Juventus 2-0 Siena

La Juve se sigue permitiendo el sueño


De la B al tercer puesto tras Roma e Inter, la Juve cierra un año de fútbol increíble. Salihamidzic y Trezguet bastaron para acabar con un Siena muy frágil y darle a la Signora la tercera victoria consecutiva.

El año futbolístico para la Juve se cierra con tres victorias en la Serie A que se disputa paralelamente al Inter. Algo que, a finales de año, podemos remarcar. En la primera mitad de este año solar, la Juve no estaba, se debatía en Serie B (empezaba el año con una derrota ante el Mantova) y ahora, sin embargo, es tercera, a un punto de la Roma. La vuelta al pasado ha sido rápida. Se ha restaurado el club y el equipo y estamos en Champions mientras miramos al Scudetto como un Sol que duele en los ojos observar, pero con un calor que mantiene vivas las emociones. Pero ayer fue un día frio. Con un gol en cada tiempo la Juve se cargó a un Siena ultra vulgar. Ayer fue un partido de los que sobran en el año, donde la victoria anunciaba unas largas y plácidas vacaciones que no siempre tienen un efecto estimulante. Porque al campo saltó una Juve poco concentrada, bien dispuesta, pero fuera de sí. Todo esto lo podemos personificar en Trezeguet, extraño, raro. Vagaba por el campo, corría, paraba, fallaba... Para él es increíble no llegar a un buen balón o quedarse dormido en el salto en una disputa por una pelota alta, pero le pasó ayer contra el Siena. Pero claro, llega lo suyo, llega el gol que deja sin argumentos cualquier crítica al equipo en general y a David Trezeguet en particular. Y así vamos, al final la Juve deja siempre su sello, pero el ambiente pre-festivo complicó un poco las cosas. En la mente de todos estaban las vacaciones y se representó tras el pitido final: todos, jugadores, técnicos, dirigentes, aficionados, incluso la gente que veíamos el partido desde casa corrimos hacia la libertad, a desconectar. Ha sido un año muy complicado para todos.
El Siena no salió mal, busco reparar los daños antes de sufrirlo y le fue bien en el primer tramo de partido. Con un planteamiento acorde a su idea con tres medios por delante de la defensa y Locatelli enlazando con la punta, el equipo toscano le cedió el centro del campo a los de Ranieri, que no le bastó con el dinamismo de Nocerino, la lucidez de Zanetti o las buenas ideas de Tiago. No había conjunción con el ataque, el juego era muy intermitente, pesado. Todo lo bajo de forma que parecía estar Trezeguet, lo estaba de hiperactivo Salihamidzic. Partiendo de la posición de lateral diestro, el bosnio llegó y llegó hasta conseguir la recompensa en forma de merecido gol. Lo intentó a los diez minutos de partdo rematando un balón al travesaño de la portería que defendía Manninger. Después, pasada ya la media hora, llegaba su gol: Nocerino botaba para Nedved una falta al borde del área, el checo buscó a Trezeguet, pero el defensa se anticipó, dejando la pelota libre para la llegada de Salihamidzic, que remató a gol liberando todas las sensaciones que tenía dentro.
Antes de ponerse por delante en el marcador, la Juve lo pasó mal. Como en muchas otras ocasiones, le codenaron los errores propios: El árbitro no vio un claro penalti de Tiago sobre Locatelli y anuló un gol al Siena por falta (faltita) de Portanova sobre Legrottaglie. Los árbitrajes, malos como siempre, con una disparidad de criterios que asusta a la hora de valorar las faltas de unos y otros. Entre tanto, la Juve aumentó la diferencia, en la reanudación, y esta vez tras un cuarto de hora. Del Piero, meno Del Piero de lo habitual, llevó la iniciativa del ataque juventino, la asistencia fue de Tiago y la rubrica fue, como siempre, de 'Trezegol'. Partido cerrado. Beretta intentó reabrirlo con una serie de cambios agresivos, pero Ranieri respondió metiendo a Grygera en el puesto de Salihamidzic para mantener el equilibrio del grupo; Almirón por Tiago; Palladino por Nedved. El portugués cofirmó algunas de las espectativas que se depositaron en él en verano: puede ser el encargado de enlazar con los compañeros el juego del equipo, pero le falta la garra tan necesaria en Italia. El checo pareció confuso y perdido. Pero el grupo está, hay un equilibrio sólido. El trabajo no ha hecho más que empezar, y será duro.

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