Juventus - Fiorentina, 1-1
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Grygera, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Felipe Melo, Poulsen, Sissoko (25’ st Camoranesi); Diego (38’ st Trezeguet); Amauri, Iaquinta (35’ st De Ceglie). A disposición: Manninger, Legrottaglie, Molinaro, Giovinco. Entrenador: Ferrara.
Fiorentina (4-2-3-1): Frey; Comotto, Gamberini, Dainelli, Gobbi; Zanetti, Montolivo; Marchionni (24’ pt Santana), Jovetic (23’ st Mutu), Vargas (27’ st Pasqual); Gilardino. A disposición: Avramov, Natali, De Silvestri, Donadel. Entrenador: Prandelli
Estadísticas Juventus: tiros 17, tiros a portería 7, fueras de juego 5, corners 3, posesión de balón 57,4%.
Estadísticas Fiorentina: tiros 18, tiros a portería 6, fueras de juego 1, corners 9, posesión de balón 42,6%.
Árbitro: Rizzoli. Amonestó a Grygera, Sissoko y Jovetic.
Goleadores: 5' pt Vargas, 19' pt Amauri.
Juventus (4-3-1-2): Buffon; Grygera, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Felipe Melo, Poulsen, Sissoko (25’ st Camoranesi); Diego (38’ st Trezeguet); Amauri, Iaquinta (35’ st De Ceglie). A disposición: Manninger, Legrottaglie, Molinaro, Giovinco. Entrenador: Ferrara.
Fiorentina (4-2-3-1): Frey; Comotto, Gamberini, Dainelli, Gobbi; Zanetti, Montolivo; Marchionni (24’ pt Santana), Jovetic (23’ st Mutu), Vargas (27’ st Pasqual); Gilardino. A disposición: Avramov, Natali, De Silvestri, Donadel. Entrenador: Prandelli
Estadísticas Juventus: tiros 17, tiros a portería 7, fueras de juego 5, corners 3, posesión de balón 57,4%.
Estadísticas Fiorentina: tiros 18, tiros a portería 6, fueras de juego 1, corners 9, posesión de balón 42,6%.
Árbitro: Rizzoli. Amonestó a Grygera, Sissoko y Jovetic.
Goleadores: 5' pt Vargas, 19' pt Amauri.
Para dar un sentido completo al partido de ayer, hay que aplicar una visión más general que compenda los últimos partidos disputados por la Juve. Si aplicamos esta óptica, podemos ver a la Juventus como una hormiga que va trabajando en busca de sus objetivos dando pequeños pasos (a lo mejor demasiado pequeños y casi imperceptibles) hacia adelante. Y si, a día de hoy, el resto son cigarras, la Juve tiene que tener paciencia. Agitarse e impacientarse ahora seguramente tendría consecuencias mucho peores. Además, hay un dato esclarecedor: el equipo de Ciro Ferrara está en construcción, acoplando las piezas y un nuevo sistema y si, a pesar de pasar ahora por su peor momento está con tres puntos más de los que tenía el equipo que el año pasado terminó segundo, es porque algo se está haciendo bien. Es cierto que los fichajes estelares, las proclamas estivales y los partidos del principio de la temporada levantaron rápidamente las mejores ilusiones. Pero ahora que las cosas no van como se esperaba, no hay que caer en la precipitación. Además, si lo comparamos con el desastre de Palermo, el 1-1 contra la Fiorentina, un equipo siempre incómodo, no es un resultado tan malo. Pero como habíamos dicho que ibamos a aplicar una visión más global, el hecho de la remontada queda en una mera anécdota y el resultado es casi una miseria, porque el hecho de no ganar ayer fue la consecuencia de un partido mal jugado, sin ideas claras que se intentaron suplir con carácter y determinación; algo que ya no es suficiente (aunque sí necesario). Porque si la Juve de Ferrara lleva un mes si ganar, porque si los últimos cinco partidos se han saldado con cuatro empates y una derrota, algún motivo habrá. Será la suma de fallos táctictos, técnicos, físicos, dinámicos y quizá estructurales y/o mentales. Pero esto no puede hacer que cunda el pánico ni hacernos tirar la toalla. Es simplemente que el equipo tiene que terminar que acoplarse. Aunque rápido, eso sí.
Ayer la Juve estuvo más junta y compacta sobre el campo para evitar que entre el último defensa (casi siempre Cannavaro) y el primer delantero no estuviesen los latifundios que aparecieron contra el Palermo, con el equipo desgranado ocupando más de setenta metros. Pero el equilibrio del conjunto y la defensa y ocupación de los espacios aún son aspectos a pulir. Porque la recuperación de Cannavaro es importante; la vuelta después de siete meses de Sissoko lo es aún más y también el reencuentro (después de ocho meses) de Amauri con el gol, pero no son suficientes para mantener el ritmo y el nivel que imponen la Serie A y la Champions League. Se necesitará un equipo unido y que trabaje con calidad, algo que ayer faltó. Porque Ferrara ayer renunció a Camoranesi, esperemos que no por hacer caso a algunos que dicen que con el italiano de Tandil al lado de Diego y los dos puntas el centro de la Juve es demasiado blando a la hora de defender. Dispuso el técnico un centro del campo con tres perros de presa para intentar parar a la Fiorentina, pero la prueba resultó negativa, como quedó demostrado, por ejemplo en el gol de la Fiorentina: Montolivo filtró con facilidad un pase para Jovetic, que se fue sin demasiados problemas de Grygera, para dejar sólo ante Buffon a Vargas, que tampoco se detuvo ante la espectacular entrada de Poulsen, que recorrió 30 metros para convertirse en el último defensa que intentase evitar el gol. Y si, además del gol, la Fiorentina pudo marcar algunos más, es una señal inequívoca de que esa no era la solución.
Y no lo era porque además le quitó potencial ofensivo a la Juve, que no tuvo un socio que ayudase a Diego, obligando al brasileño a sacar las castañas de todo el equipo del fuego, retrasando demasiado su posición para tener el balón. Diego quedó muy lejos del área y, en consecuencia, Amauri y Iaquinta no estaban dentro de su radio de acción, obligando al equipo a abusar del viejo defecto del balón largo. En esta situación y con este sistema, ayer hubiese sido indispensable la aportación de los laterales, pero ni Grygera ni Grosso estuvieron a la altura de las circunstancias. Aún así, antes del empate de Amauri, la Juve creó dos claras ocasiones de gol que falló Iaquinta y supo esconder sus defectos con intensidad, hasta que el gol del brasileño, que no marcaba desde el 15 de febrero, le devolvió al equipo la calma y serenidad necesarias para buscar la victoria. La verdad es que el gol de Amauri no fue paa nada espectácular; sólo estaba a un metro de la portería para aprovechar el pase de Iaquinta, asistido por Poulsen (que ayer fue el mejor centrocampista, algo que invita a otra reflexión, puesto que era el número uno en la lista de transferibles), pero estaba donde tenía que estar y el gol fue el lazo de un gran partido que devolvió al Amauri luchador, que aguanta la pelota y sabe qué hacer con ella.
Pero la Fiorentina no se vino a abajo y no se quedó a contemplar si la Juventus reaccionaba o no. Vargas y Jovetic crearon peligro constante y Montolivo y Zanetti (¿sólo valía dos millones?) les asistían y surtían de balones con maestría. El peruano marcó incluso otro gol, de falta directa, aunque la acción estaba previamente invalidada por Rizzoli, que apreció falta visitante en el forcejeo entre Chiellini y Dainelli. En la segunda parte, Ferrara cambió dos veces el sistema, probando el 4-2-3-1 con Camoranesi y De Ceglie, que se confirma como volante, sustituyendo a Sissoko y Iaquinta y terminando sustituyendo a Diego por Trezeguet pasando al típico 4-4-2. Sin más fantasía que la que podía poner Camoranesi, las ocasiones se reducieron para ambos equipos y el equipo terminó el partido con una tranquilidad inversamente proporcional a la fluidez que habá perdido. Algo que no gustó a la grada, que despidió al equipo entre silbidos. Inquietante preludio de una paciencia que a algunos, sin explicación, se les acaba después de tan entusiasmante verano e inicio de temporada. Paciencia y reflexionad.
> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.
Ayer la Juve estuvo más junta y compacta sobre el campo para evitar que entre el último defensa (casi siempre Cannavaro) y el primer delantero no estuviesen los latifundios que aparecieron contra el Palermo, con el equipo desgranado ocupando más de setenta metros. Pero el equilibrio del conjunto y la defensa y ocupación de los espacios aún son aspectos a pulir. Porque la recuperación de Cannavaro es importante; la vuelta después de siete meses de Sissoko lo es aún más y también el reencuentro (después de ocho meses) de Amauri con el gol, pero no son suficientes para mantener el ritmo y el nivel que imponen la Serie A y la Champions League. Se necesitará un equipo unido y que trabaje con calidad, algo que ayer faltó. Porque Ferrara ayer renunció a Camoranesi, esperemos que no por hacer caso a algunos que dicen que con el italiano de Tandil al lado de Diego y los dos puntas el centro de la Juve es demasiado blando a la hora de defender. Dispuso el técnico un centro del campo con tres perros de presa para intentar parar a la Fiorentina, pero la prueba resultó negativa, como quedó demostrado, por ejemplo en el gol de la Fiorentina: Montolivo filtró con facilidad un pase para Jovetic, que se fue sin demasiados problemas de Grygera, para dejar sólo ante Buffon a Vargas, que tampoco se detuvo ante la espectacular entrada de Poulsen, que recorrió 30 metros para convertirse en el último defensa que intentase evitar el gol. Y si, además del gol, la Fiorentina pudo marcar algunos más, es una señal inequívoca de que esa no era la solución.
Y no lo era porque además le quitó potencial ofensivo a la Juve, que no tuvo un socio que ayudase a Diego, obligando al brasileño a sacar las castañas de todo el equipo del fuego, retrasando demasiado su posición para tener el balón. Diego quedó muy lejos del área y, en consecuencia, Amauri y Iaquinta no estaban dentro de su radio de acción, obligando al equipo a abusar del viejo defecto del balón largo. En esta situación y con este sistema, ayer hubiese sido indispensable la aportación de los laterales, pero ni Grygera ni Grosso estuvieron a la altura de las circunstancias. Aún así, antes del empate de Amauri, la Juve creó dos claras ocasiones de gol que falló Iaquinta y supo esconder sus defectos con intensidad, hasta que el gol del brasileño, que no marcaba desde el 15 de febrero, le devolvió al equipo la calma y serenidad necesarias para buscar la victoria. La verdad es que el gol de Amauri no fue paa nada espectácular; sólo estaba a un metro de la portería para aprovechar el pase de Iaquinta, asistido por Poulsen (que ayer fue el mejor centrocampista, algo que invita a otra reflexión, puesto que era el número uno en la lista de transferibles), pero estaba donde tenía que estar y el gol fue el lazo de un gran partido que devolvió al Amauri luchador, que aguanta la pelota y sabe qué hacer con ella.
Pero la Fiorentina no se vino a abajo y no se quedó a contemplar si la Juventus reaccionaba o no. Vargas y Jovetic crearon peligro constante y Montolivo y Zanetti (¿sólo valía dos millones?) les asistían y surtían de balones con maestría. El peruano marcó incluso otro gol, de falta directa, aunque la acción estaba previamente invalidada por Rizzoli, que apreció falta visitante en el forcejeo entre Chiellini y Dainelli. En la segunda parte, Ferrara cambió dos veces el sistema, probando el 4-2-3-1 con Camoranesi y De Ceglie, que se confirma como volante, sustituyendo a Sissoko y Iaquinta y terminando sustituyendo a Diego por Trezeguet pasando al típico 4-4-2. Sin más fantasía que la que podía poner Camoranesi, las ocasiones se reducieron para ambos equipos y el equipo terminó el partido con una tranquilidad inversamente proporcional a la fluidez que habá perdido. Algo que no gustó a la grada, que despidió al equipo entre silbidos. Inquietante preludio de una paciencia que a algunos, sin explicación, se les acaba después de tan entusiasmante verano e inicio de temporada. Paciencia y reflexionad.
> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.




2 comentarios:
felipe melo poulsen sissoko?? mucho musculo , poca fluidez de juego;
creo que se debio haber traido a dagostino para poder organizar mejor los ataques desde el medio campo
Que bueno que ha vuelto Amauri, porque su hambre de gol era uno de los obstaculos a vencer. Ahora sigue siendo el mismo guerrero.
Publicar un comentario