Desde que su nombramiento como técnico de la Juventus, el rombo está en la cabeza de Ciro Ferrara. Desde el primer día de la pretemporada, lo está trabajando para implantarlo en su Juve. Ha conseguido que, poco a poco, el equipo asimile el nuevo sistema, que consigue exprimir al máximo las múltiples cualidades de Diego. Pero, a pesar de que ni el sistema de Ferrara ni el brasileño están en discusión, el gran partido contra el Genoa y el segundo tiempo mejor que el primero contra el Bayern son la prueba de que la Juventus puede y sabe jugar de otra manera. En conclusión, podríamos decir que el mediapunta es una opción, no una obligación. Y en ausencia de Diego, las últimas actuaciones nos dicen que la vuelta (provisional) al 4-4-2 es una alternativa muy seria y sólida.
Porque sin Diego se ha demostrado que la Juve sufre. Ribas, físicamente al 100% o casi, ha probado que puede guiar a la Juve y romper el equilibrio de cualquier partido, como hizo contra Chievo y Roma (también de manera intermitente contra el Bayern). Sin embargo, la Juve ha sufrido demasiado cuando ha intentado jugar de la misma manera sin el ex del Bremen. Sebastian Giovinco, que jugó un gran partido cuando tuvo que sustituir a Diego contra la Lazio, ha dejado sensaciones contradictorias en el resto de partidos. Principalmente porque Sebas necesita espacios (quizá jugar más adelante) para ser ese jugador importante que tiene que ser. Sin embargo, Diego, cuando el rival se cierra a un marcador le ahoga el espacio, está más capacitado para retrasar su posición y comenzar la jugada desde más atrás.
Hasta ahora, cuando Diego ha faltado, la alternativa más segura para suplir su ausencia ha sido el 4-4-2, con un centro del campo de dobermans con Melo y Poulsen en el centro y Camoranesi y Marchisio en las alas (en espera de que se confirme la llegada de Sissoko, que ya entrena con el resto del equipo). Y es una alternativa fiable, principalmente, por el gran momento de Poulsen. El danés, que fue acogido con excepticismo el pasado verano, no demostró durante la temporada con Ranieri por qué la Juve se había gastado casi diez millones de euros en su fichaje. Este verano, cuando su nombre faltaba de las listas de convocados de pretemporada, cuando se quedaba entrenando al margen del equipo, rechazó ofertas millonarias para demostrar que él podía jugar y ser importante en la Juventus. Y al final, a base de trabajo, lo ha conseguido.
Obviamente, Poulsen no aporta nada ni por asomo parecido a Diego, pero le da al equipo una cualidad igualmente importante: la fortaleza y el equilibrio. Con su juego simple, pero siempre atento, se ha convertido en el ancla que fichó la Juve la temporada pasada: sigue hasta placar a cualquier rival. Consigue apropiarse de la media y después casi nunca falla en la distribución. Eso sí, siempre en corto. Su rendimiento ha sido siempre notable en los partidos que ha jugado (principalmente en Genova y Munich) porque le da a la Juventus lo que necesita cuando falta la magia. Es ese oficio que se ha reclamado a Melo y esa capacidad de cortar que, en los últimos partidos, se ha echado en falta en la Juventus.
Porque sin Diego se ha demostrado que la Juve sufre. Ribas, físicamente al 100% o casi, ha probado que puede guiar a la Juve y romper el equilibrio de cualquier partido, como hizo contra Chievo y Roma (también de manera intermitente contra el Bayern). Sin embargo, la Juve ha sufrido demasiado cuando ha intentado jugar de la misma manera sin el ex del Bremen. Sebastian Giovinco, que jugó un gran partido cuando tuvo que sustituir a Diego contra la Lazio, ha dejado sensaciones contradictorias en el resto de partidos. Principalmente porque Sebas necesita espacios (quizá jugar más adelante) para ser ese jugador importante que tiene que ser. Sin embargo, Diego, cuando el rival se cierra a un marcador le ahoga el espacio, está más capacitado para retrasar su posición y comenzar la jugada desde más atrás.
Hasta ahora, cuando Diego ha faltado, la alternativa más segura para suplir su ausencia ha sido el 4-4-2, con un centro del campo de dobermans con Melo y Poulsen en el centro y Camoranesi y Marchisio en las alas (en espera de que se confirme la llegada de Sissoko, que ya entrena con el resto del equipo). Y es una alternativa fiable, principalmente, por el gran momento de Poulsen. El danés, que fue acogido con excepticismo el pasado verano, no demostró durante la temporada con Ranieri por qué la Juve se había gastado casi diez millones de euros en su fichaje. Este verano, cuando su nombre faltaba de las listas de convocados de pretemporada, cuando se quedaba entrenando al margen del equipo, rechazó ofertas millonarias para demostrar que él podía jugar y ser importante en la Juventus. Y al final, a base de trabajo, lo ha conseguido.
Obviamente, Poulsen no aporta nada ni por asomo parecido a Diego, pero le da al equipo una cualidad igualmente importante: la fortaleza y el equilibrio. Con su juego simple, pero siempre atento, se ha convertido en el ancla que fichó la Juve la temporada pasada: sigue hasta placar a cualquier rival. Consigue apropiarse de la media y después casi nunca falla en la distribución. Eso sí, siempre en corto. Su rendimiento ha sido siempre notable en los partidos que ha jugado (principalmente en Genova y Munich) porque le da a la Juventus lo que necesita cuando falta la magia. Es ese oficio que se ha reclamado a Melo y esa capacidad de cortar que, en los últimos partidos, se ha echado en falta en la Juventus.




2 comentarios:
ah perdon se me olvido pone rmi nombre en el comentario de arriba (Gabo)
muy buen articulo christian la verdad es que yo era uno d elos que me oponía de la venta de poulsen en verano mas q todo porque pienso que es el jugador ideal para sustituir a sissoko mientras esta lesionado y en la copa africa igualmente tiago me parece que ahora que no esta ranieri y si esta un tecnico que por lo visto habla con sus jugadores creo que pueden demostrar todo lo que valen ojala que siga asi poulsen y que siga mejorando cada dia ganandose cada vez mas el respeto tanto de ferrara como el de la afición
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