Palermo – Juventus, 2-0
Palermo (3-4-1-2): Sirigu; Kjaer, Bovo, Migliaccio; Cassani, Simplicio, Bresciano (30’ st Nocerino), Balzaretti; Pastore (41’ st Budan); Miccoli, Cavani (33’ st Goian). A disposición: Rubinho, Bertolo, Blasi, Mchelidze. Entrenador: Zenga.
Juventus: (4-2-3-1): Buffon; Zebina (32’ st Grygera), Legrottaglie, Chiellini, Grosso; Felipe Melo, Poulsen; Camoranesi (26’ st Trezeguet), Diego (19’ st De Ceglie), Iaquinta; Amauri. A disposición: Manninger, Cannavaro, Marrone, Giovinco. Entrenador: Ferrara.
Árbitro: Orsato. Amonestó a Cassani, Pastore, Camoranesi, Legrottaglie, Zebina y Grygera.
Goles: 38’ pt Cavani, 43’ pt Simplicio.
Palermo (3-4-1-2): Sirigu; Kjaer, Bovo, Migliaccio; Cassani, Simplicio, Bresciano (30’ st Nocerino), Balzaretti; Pastore (41’ st Budan); Miccoli, Cavani (33’ st Goian). A disposición: Rubinho, Bertolo, Blasi, Mchelidze. Entrenador: Zenga.
Juventus: (4-2-3-1): Buffon; Zebina (32’ st Grygera), Legrottaglie, Chiellini, Grosso; Felipe Melo, Poulsen; Camoranesi (26’ st Trezeguet), Diego (19’ st De Ceglie), Iaquinta; Amauri. A disposición: Manninger, Cannavaro, Marrone, Giovinco. Entrenador: Ferrara.
Árbitro: Orsato. Amonestó a Cassani, Pastore, Camoranesi, Legrottaglie, Zebina y Grygera.
Goles: 38’ pt Cavani, 43’ pt Simplicio.
Vaya por delante que la foto que ilustra la crónica no pretende incriminar, como sí intentan hacer otros desgraciadamente, a Ciro Ferrara por su primera (gran) derrota en el banquillo de la Juve, Simplemente es una representación ilustre de la cara con la que cualquier aficionado juventino se quedó después de ver el desastre de ayer. El Palermo ganó por 2 a 0 y pudo hacerlo por una diferencia mucho más amplia y que devolvió a la mente de muchos lo peor de la era Ranieri. Las primeras luces rojas se habían encendido hace ya algún tiempo. Pero hasta ayer, la Juve encubría sus malas actuaciones con carácter, lo que servía para mitigar las críticas y difuminar un poco el color de la alarma. Pero ayer la Juve no tuvo ni eso y el Palermo pudo marcar tres o cuatro goles más si hubiesen aprovechado las muchas ocasiones que concedió el equipo de Ferrara, especialemente en la segunda mitad. No lo hizo y quedó en el ya reseñado 2-0, aunque fue lo demos. Lo más doloroso de ayer fue ver a una Juve incapaz, que no pudo hacer nada ni combinar una jugada y sin saber por qué. Porque ahora no hay causas que se puedan usar como excusa; no hay partidos entre semana ni un gran rival a la vista.
El ridículo de ayer puede achacarse a una eventual falta de concentración. Es algo realmente preocupante y que salta a la vista de pequeños detalles. Por ejemplo, no se explica por qué Felipe Melo, a pesar de que Ferrara le ha prohibido públicamente jugar con la pelota delante de la defensa, se empeña en hacerlo. Ya le costó a la Juve el gol del empate en el descuento del Bologna y ayer le volvió a costar otro. Porque quiso jugarla ante Pastore, arriesgó y perdió: el argentino sólo tuvo que pasarsela a Cavani para que, sin defensa que le cubriese, hiciese el 1-0. Melo siempre ha destacado en sus pocos partidos en la Juventus por su garra e intensidad, pero no debe olvidar que le ficharon para proteger la defensa y sus salidas de guión le están costando muy caro a la Juve. Cierto que son detalles (aunque repetidos corren el riesgo de convertirse en un mal endémico de Felipe Melo), pero evidencian un relax mental , una falta de cocentración, y quizá un exceso de confianza, al menos en el Barbera, imperdonable e inexplicable.
Porque realmente, ¿sabe a qué juega este equipo? Ayer, desde luego, no. Seguro que los debates creados últimamente en torno al sistema y la fiabilidad defensiva han creado dudas dentro del vestuario y estas están emergiendo. Después de un inicio de temporada realmente espectacular, nadie sabe ahora hacia dónde va ni dónde está la Juve. Tres empates consecutivos (Genoa, Bologna y Bayern) no bastaron para extramotivar al grupo ayer. Diego estuvo prácticamente desaparecido otra vez, aunque tuvo él en un libre directo la única opción de marcar de la Juve. Su caso es especial, porque él necesita de un equipo que le acompañe y en los últimos partidos parece que a la Juve se le ha olvidado que tiene uno de los mejores mediapuntas del mundo en su equipo y no están jugando ni para él ni con él. ¿Y por qué? Pues porque ayer nadie jugó ni siquiera un poco. Poulsen (al igual que Zebina) volvió a la mediocridad y Camoranesi mostró ayer la cara B de ese jugador que pierde los nervios cuando nada le sale y fue sustituido por Ferrara antes de que Orsato le forzase a abandonar el campo.
Por hacer alguna reseña del partido, hay que recalcar que Zenga estuvo hábil con un cambio de sistema que ahogó las pocas ideas que pudieron pasar ayer por las cabezas de los juventinos: cambiando sólo a Migliaccio de posición, pasándolo a la defensa, formó un 3-4-1-2 que le permitió ejercer una presión continua y brutal que secó a la Juve, sin dejar de aprovechar la calidad y talento del joven Pastore (¿Maradona no necesitaba un mediapunta?). Ya antes del primer gol, el equipo local tuvo un par de ocasiones claras que mandó fuera y otra de Cassani que desvió Chiellini. Después nada cambió, porque cinco minutos después, en el 43', Simplicio cortó cualquier posibilidad de remontada de la Juve, adelantándose a la defensa para rematar a placer una falta botada por Miccoli y hundiendo al equipo. En la segunda parte, Ferrara intentó el cambio de sistema sustituyendo a Camoranesi y Diego por De Ceglie y Trezeguet y pasando a jugar con un 4-3-3 insólito hasta el momento. No dio ningún resultado, era imposible terminar con algo que ni siquiera se había empezado. Ahora hay quince días no para descansar, sino para reflexionar. No hay que buscar culpables ni apuntar a la falta de experiencia de Ferrara. Porque la Juve que todo el mundo aplaudía y que podía ganar el Scudetto también era la de Ferrara. Y justamente esa es la parte positiva: que la Juve de Ferrara ha demostrado que puede ganar el Scudetto.
> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.
El ridículo de ayer puede achacarse a una eventual falta de concentración. Es algo realmente preocupante y que salta a la vista de pequeños detalles. Por ejemplo, no se explica por qué Felipe Melo, a pesar de que Ferrara le ha prohibido públicamente jugar con la pelota delante de la defensa, se empeña en hacerlo. Ya le costó a la Juve el gol del empate en el descuento del Bologna y ayer le volvió a costar otro. Porque quiso jugarla ante Pastore, arriesgó y perdió: el argentino sólo tuvo que pasarsela a Cavani para que, sin defensa que le cubriese, hiciese el 1-0. Melo siempre ha destacado en sus pocos partidos en la Juventus por su garra e intensidad, pero no debe olvidar que le ficharon para proteger la defensa y sus salidas de guión le están costando muy caro a la Juve. Cierto que son detalles (aunque repetidos corren el riesgo de convertirse en un mal endémico de Felipe Melo), pero evidencian un relax mental , una falta de cocentración, y quizá un exceso de confianza, al menos en el Barbera, imperdonable e inexplicable.
Porque realmente, ¿sabe a qué juega este equipo? Ayer, desde luego, no. Seguro que los debates creados últimamente en torno al sistema y la fiabilidad defensiva han creado dudas dentro del vestuario y estas están emergiendo. Después de un inicio de temporada realmente espectacular, nadie sabe ahora hacia dónde va ni dónde está la Juve. Tres empates consecutivos (Genoa, Bologna y Bayern) no bastaron para extramotivar al grupo ayer. Diego estuvo prácticamente desaparecido otra vez, aunque tuvo él en un libre directo la única opción de marcar de la Juve. Su caso es especial, porque él necesita de un equipo que le acompañe y en los últimos partidos parece que a la Juve se le ha olvidado que tiene uno de los mejores mediapuntas del mundo en su equipo y no están jugando ni para él ni con él. ¿Y por qué? Pues porque ayer nadie jugó ni siquiera un poco. Poulsen (al igual que Zebina) volvió a la mediocridad y Camoranesi mostró ayer la cara B de ese jugador que pierde los nervios cuando nada le sale y fue sustituido por Ferrara antes de que Orsato le forzase a abandonar el campo.
Por hacer alguna reseña del partido, hay que recalcar que Zenga estuvo hábil con un cambio de sistema que ahogó las pocas ideas que pudieron pasar ayer por las cabezas de los juventinos: cambiando sólo a Migliaccio de posición, pasándolo a la defensa, formó un 3-4-1-2 que le permitió ejercer una presión continua y brutal que secó a la Juve, sin dejar de aprovechar la calidad y talento del joven Pastore (¿Maradona no necesitaba un mediapunta?). Ya antes del primer gol, el equipo local tuvo un par de ocasiones claras que mandó fuera y otra de Cassani que desvió Chiellini. Después nada cambió, porque cinco minutos después, en el 43', Simplicio cortó cualquier posibilidad de remontada de la Juve, adelantándose a la defensa para rematar a placer una falta botada por Miccoli y hundiendo al equipo. En la segunda parte, Ferrara intentó el cambio de sistema sustituyendo a Camoranesi y Diego por De Ceglie y Trezeguet y pasando a jugar con un 4-3-3 insólito hasta el momento. No dio ningún resultado, era imposible terminar con algo que ni siquiera se había empezado. Ahora hay quince días no para descansar, sino para reflexionar. No hay que buscar culpables ni apuntar a la falta de experiencia de Ferrara. Porque la Juve que todo el mundo aplaudía y que podía ganar el Scudetto también era la de Ferrara. Y justamente esa es la parte positiva: que la Juve de Ferrara ha demostrado que puede ganar el Scudetto.
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1 comentarios:
Sin duda lo que más me llamó la atención fue el 4-3-3 que mencionas, una formación que en ningún partido podía darle resultado a Ferrara cuando no existía una conexión entre los jugadores, pero más aún, la insistencia en Poulsen cuando podía incluir a Giovinco en su lugar podía traerle por lo menos un poco más de movilidad es algo que no deja de darme vueltas en la cabeza. Como bien dices, Mauro, de una actuación pobre, tuvo el coraje de ir a defender (bastante bien de hecho) aunque eso fuera sólo el resultado de la impotencia sobre las imprecisiones en medio campo. En general, el partido se veía liquidado muy pronto en el segundo tiempo, la actitud lo decía todo.
Sum...
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