jueves, 1 de octubre de 2009

Buen empate


Bayern Munich - Juventus, 0-0

Bayern (4-3-3):
Butt; Lahm, van Buyten, Badstuber, Braafheid; Müller, Ottl, Schweinsteiger; Robben (46' pt Olic), Klose (31' st Gómez), Ribéry. A disposición: Rensing, Breno, Tymoschuk, Pranjic, H. Altintop. Entrenador: van Gaal.

Juventus (4-3-1-2):
Buffon; Grygera, Legrottaglie, Chiellini, Grosso; Melo, Camoranesi (46' st Tiago), Marchisio; Diego (16' st Poulsen); Iaquinta, Trezeguet (30' st Amauri). A disposición: Manninger, Zebina, Molinaro, Del Piero. Entrenador: Ferrara.
Árbitro: Webb (ING). Amonestó a Trezeguet, Camoranesi y Marchisio.

El empate de ayer de la Juventus en Munich ha dado mucho que hablar en muy poco tiempo. Muchos han sacado ya las conclusiones definitorias sin contextualizar el punto de oro que ayer extrajo la Juventus en su marco correcto. El de ayer fue el tercer partido que la Juve afrontaba en seís días y también el tercer empate. La primera semana sobrecargada de esta temporada (le seguirán muchas más) se cierra con el vasio medio lleno después de un arranque desbordado. Las críticas de algunos han llegado incluso a Ciro Ferrara, que aún no conoce la derrota desde que se sienta en el banquillo de la Juventus. El técnico de la Juventus partió con la idea de llevar la voz cantante en el partido, y por eso apostó por el clásico rombo con Diego por detrás de Trezeguet y Iaquinta. El problema fue que van Gaal había copiado la idea y Ferrara no pudo jugar el partido que tenía en mente. Un Bayern ultra ofensivo, que había prescindido de Tymoschuk para meter a los panzers Schwensteiger y el nuevo Müller, cosía a la Juventus en la primera mitad. A los ya nombrados, se le unió el show de la doble 'r', Robben y Ribéry, que le dieron la noche a la pareja en 'g' de la Juve, Grosso y Grigera.

Como decíamos, la Juventus podía responder a la propuesta del Bayern con otro tanto de calidad pero Diego, al que se le vio un paso por delante con respecto al partido que jugó contra el Bologna, estaba a cientos del de Roma. Así, el arma que Ciro había programado para intimidar y conseguir así frenar en cierta medida al Bayern (van Gaal dijo en la víspera que sería más fácil ganar a la Juve si jugaba Poulsen en lugar del brasileño) se había vuelto contra su equipo. Porque a un equipo como el alemán no se le puede regalar ni medio hombre en el centro del campo, y menos cuando es el más importante. Pero la Juventus, por si se podía, estuvo ayer peor, porque además de Diego, estuvo apagado también Marchisio, sin las incursiones y la potencia a las que nos había acostumbrado, evidenciando que el tremendo desgaste físico realizado en un inicio de temporada tan novedoso para él le está pasando factura. Fueron Camoranesi y Melo los que ayer dieron un paso al frente. El primero con fintas, pases y regates, tratando de contrarrestar la magia que Ribéry ponía en el lado bávaro; el segundo, jugando un partido muy serio, abandonando sus adornos y concentrándose en la fase defensiva, donde estuvo insuperable y salvó un par de ocasiones en el área de Buffon.

Aún así, el dominio del Bayern era, a tramos, sonrojante, tanto desde el punto de vista físico (Ottl y Schwensteiger), como técnico (Müller, Robben y Ribéry). Fue precisamente el francés, más que su teórico marcador Grygera, el que se auto-impidió marcar un golazo a los 19': tras deshacerse (pareció que sin demasiado esfuerzo) de Grygera y Chiellini en el área, intentó adornarse demasiado ante la salida de Buffon, intentando picar el balón, que se fue rozando el travesaño. Esa era la ocasión más clara para el Bayern, pero no fue la única: Robben en el 4', Klose (menos mal que ni él ni Gómez tuvieron su noche) en el 30' y un minuto antes Müller, que se aprovechó de una perdida del centro de la Juve para enfilar la puerta de Buffon. Sorprendentemente se encontró en su carrera a Diego, que le quitó el balón como si del mismísimo Cannavaro se tratase. El hecho de que esa fuese la mejor acción del brasileño habla por sí solo de lo que ayer pudo ofrecer. La defensa de la Juve vivía en un sufrimiento constante (también Buffon se mostraba inseguro en alguna salida), con una responsabilidad compartida con los centrocampistas, que no ofrecieron el filtro adecuado para una noche tan complicada.

Para solucionar eso, sabedor de las dificultados en las que se encontraba el equipo, Ferrara decidió pasar al plan B, metiendo a Poulsen en el puesto de Diego en el 15' del segundo tiempo. El Bayern asediaba y, aún con Diego, se veía una Juve apagada, sin ideas, cansada, nerviosa y precipitada. Seguramente la lesión de Robben, que tuvo que ser sustituido en el último minuto de la primera parte por Olic, ayudó a reducir el peligro del Bayern. Aunque también se veía una Juve más sólida y menos incómoda (no cómoda) con el nuevo 4-4-2 de Ferrara y con el aporte defensivo de Poulsen. De los delanteros de la Juventus no se puede decir nada. Iaquinta tuvo su peor partido de la temporada y fue él el único que tuvo una ocasión peligrosa a diez minutos del final. Algo bastante elocuente. El equipo ayer estaba centrado en limitar daños; una decisión tan poco honrosa como inteligente.

2 comentarios:

Son bastantes partidos, pero... de Giovinco se decia q si la pretemporada, q si las lesiones... y estamos viendo el gran fiasco q es, ahora es q se llevan muchos partidos, espero equivocarme pero esto no pinta demasiado bien...

Si Giovinco es "fiasco" me imagino que calificativo "honorable" merecen los Santon o Balotelli...

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