Alex & David: la herencia de Charles & Sivori
Compañeros de equipo, separados por un gol. Trezeguet y Del Piero luchan juntos en el asalto al segundo puesto que ahora ocupa la Roma y codicia la Juventus, pero a la vez en una lucha directa por conseguir el título de capocannoniere. Un duelo 'fraticida' que tiene precedentes en la historia de la Juve. En otra época y con otros protagonistas: John Charles, "The King" y Omar Sivori, "El Cabezón". Hace años de aquello, los equipos aún se recitaban del uno al once:Mattrel, Corradi, Garzena, Emoli, Ferrario, Colombo; Nicolè, Boniperti, Charles, Sivori y Stacchini. Temporada 57/58: La Juve gana el Scudetto, Charles el título de máximo goleador con 28 tantos. Sivori es el tercer máximo anotador con 22 goles. La situación se revierte en la 59/60: capocannoniere El Cabezón con 27 goles, Charles tercero con 23.Historias lejanas, recuerdos de un fútbol espectacular, un fútbol en el que bastaba bajarse las medias más de lo normal para ser noticia, para parecer a ojos de la afición alguien original y fuera de lo común. Marcaban tantos goles, Charles y Sivori, porque se compenetraban a la perfección. Un coloso físico; Charles y un funambulista; Sivori. Uno bueno como un pedazo de pan; The King, y otro con un carácter intimidador; Omar. Con un sólo adjetivo, podríamos decir que eran la pareja perfecta. Dicen que se llevaban tan bien dentro como fuera del campo. En una ocasión cuentan que Sivori perdió los papeles en un partido contra el Inter y fue Charles quien fue a calmarlo. Con un bofetón, posiblemente el único que dio en su vida. Sivori lo recibió y se aplacó, no podía plantarle cara a semejante muro.
Trezeguet y Del Piero no son como ellos. David tiene en las venas sangre argentina, pero no el carácter agresivo y provocador de Sivori. Del Piero no tiene la quietud de Charles, y en la dupla aquella haría de Sivori. Sin embargo, medio siglo después, la historia se repite. Al menos en lo que a goles se refiere.



1 comentarios:
Lo mejor en este tipo de historias es que reine el espíritu colectivo por encima de batallas individuales; que sea el fútbol y su grandeza los que den a Alex o David el premio de máximo goleador.
Buena historia, Christian.
Un abrazo.
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