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domingo, 29 de noviembre de 2009

El peor momento en el peor momento


Cagliari - Juventus, 2-0
Goles: 30' pt Nenê, 44' st Matri.
Cagliari (4-3-1-2):
Marchetti; Pisano, López, Astori, Agostini; Conti, Biondini, Lazzari (21' st Dessena); Cossu (28' st Parola); Jeda, Nenê (17' st Matri). A disposición: Lupatelli, Canini, Barone, Larrivey. Entrenador: Allegri.
Juventus (4-2-3-1):
Buffon; Cáceres, Cannavaro, Chiellini, Molinaro (36' st Giovinco); Sissoko (40' st Tiago), Poulsen; Camoranesi, Diego, Marchisio (17' st Del Piero); Amauri. A disposición: Manninger, Grygera, Legrottaglie, De Ceglie. Entrenador: Ferrara.
Estadísticas Cagliari: tiros 10, tiros a puerta 4, corners 4, fueras de juego 6, posesión de balón 32'7%. Estadísticas Juventus: tiros 10, tiros a puerta 4, corners 7, fueras de juego 3, posesión de balón 67'3%.
Árbitro:
De Marco. Amonestó a Jeda, Cossu, López, Sissoko, Camoranesi y Amauri.

¡No, no, no y no! La situación se ha vuelto insoportable. No por lo prolongada en el tiempo, sino por la gravedad que constituye la manera en que la Juve de Ferrara ha encajado dos derrotas por 2 a 0 en sólo cuatro días. Con unos jugadores sin ritmo, confianza y sin convicción ¿Sin ganas? Esperemos que no. Pero sí podemos asegurar que sin fondo, algo totalmente inexplicable cuando la Juventus contrató en verano dos de los mejores preparadores físicos que hay hoy en día (Neri y Gaudino). Y en el fútbol actual da igual la calidad que tengas (la muestres o no), porque si el rival corre más que tú, no hay nada que hacer. Y ayer, como contra el Girondins, a la Juve le pasó eso: llegaba tarde a todos los balones, perseguía desde la distancia a todos los jugadores del Cagliari, no conseguía robar en ningún contraste, ni hacer pases de ni siquiera dos metros, ni sacar con corrección desde la banda ¿Cómo puede pasar eso en un equipo con jugadores del nivel de la Juve? ¿Cómo se puede permitir esta confusión o este lo que sea? Es, sencillamente, imperdonable.

Si a esto se le añade la presión y los problemas que está encontrando un entrenador novato... Los problemas del equipo, que son todos los que un equipo puede tener, no llegan en peor momento. A un equipo que ni juega ni hace por jugar, hay que sumarle la confusión de un entrenador que aún busca un sistema que le dé confianza y jugadores para aplicarlo. Busca desesperadamente, un sustituto para Nedved; probó en Francia con Del Piero y ayer con Marchisio, dos jugadores completamente distintos (encima en pleno proceso de recuperación tras sendas lesiones graves) que prueban que el técnico no sabe por dónde ir. Hizo un equipo en rombo para sacar el máximo provecho a Felipe Melo, que fue uno de los fichajes estelares del verano y ayer ni siquiera estuvo en el banquillo. ¿Castigado? en la grada. Pero, ¿realmente esta Juve puede prescindir de Melo, por muy mal que esté el brasileño? Pues no. Es el único capaz de conectar entre la defensa y el ataque y ayer ni Poulsen, que lo hizo mal como medio y terminó el partido de defensa, también mal, ni Sissoko, que corrió todo el rato pisando césped sin más, lograron hacer algo parecido. Y si los aficionados juventinos hemos criticado a Mourinho por su manera tan autoritaria y equivocada de resolver los problemas de sus jugadores, mandándoles a la grada, no podemos aprobar que Ferrara haga lo mismo. Obviando, a las primeras de cambio, dos jugadores por los que la Juve ha pagado treinta millones de euros (Melo y Grosso).

Ayer, sin Melo, fue Chiellini quien, continuamente y sin apoyo de los laterales (especialmente Molinaro en el izquierdo), intentó subir el balón hacia la zona de creación de peligro. No lo hizo mal, pero la idea, desde el primer minuto. La falta de Chiellini en el área propia, dejó sólo a Cannavaro ante los rapidísimos Jeda y Cossu y las consecuencias pudieron ser mucho peores. En el minuto 8, Jeda, Cossu y Lazzari ya había evidenciado una vez cada uno las carencias del capitán de Italia, que nunca tomó la decisión correcta, saliendo al corte cuando tenía que esperar y esperando cuando tenía que salir. El resultado fue varios caños que se tuvo que tragar y una desconfianza total durante todo el partido que le impidió incluso despejar balones frontales con corrección. Sin exagerar, podemos decir que el de ayer fue, seguramente, el peor partido de la carrera de Fabio. No será una casualidad a tener de la edad y del momento por el que pasa el equipo, porque ¿recordais al Cannavaro de principio de temporada? Consiguió convertir los pitos que provocaron su llegada en aplausos y ahora ha acompañado y continuado hasta el negro más profundo la caída de todo el equipo.

Cierto es que el gol de Nenê entraría una vez de cada cien que lo intentase y que el segundo gol de Matri llegó con el equipo volcado intentando un empate que posiblemente mereció en la última media hora, pero que el fútbol no coincidió porque aunque a veces es injusto, no lo es tanto. Pero es igualmente cierto que la Juve ha repetido el mismo guión en dos derrotas consecutivas. También ayer hubo un penalti a Amauri que se vio desde Corcega y otro, no tan nítido, de Biondini a Diego. Pero es un error justificar una derrota tan calamitosa con dos acciones absolutamente aisladas. Porque además, el despertar de la Juve lo marcó la entrada de Del Piero y nada más. El equipo necesitaba carácter, garra, compromiso y calidad. Y eso fue lo que aportó el capitán. Tampoco, por otra parte, será casualidad que el despertar de un Diego, igualmente inaceptable, coincidiese con la entrada de Alex, alguien con el que poder asociarse, después de estar rodeado de gente que repelía el balón. Como Marchetti, que lo hizo con cualquier ¿disparo? de los jugadores de la Juve, salvo en un remate de plancha de Amauri que entró y fue bien anulado por fuera de juego del brasileño.

En definitiva, podemos decir que ha pasado lo peor cuando poer puede sentar y peores consecuencias puede tener. Porque, además, Ferrara parece que se ha enrocado, le ha molestado también la presión y las críticas injustas recibidas por un sector de la prensa turinesa y se niega a analizar la situación culpando a los errores arbitrales como principal mal de la Juve y diciendo que no tiene nada que reprochar a sus jugadores justo después de declarar que Diego no hace lo que él le dice. Una situación totalmente contraproducente porque: 1) en los últimos ocho partidos, la Juve sólo ha obtenido trece puntos, perdiendo nueve con respecto al Inter y 2) ha encajado quince goles en catorce partidos. Y todo esto, en puertas de los dos partidos (ante Inter y Bayern, ambos en Turín) que pueden escribir la historia de esta temporada. O su prematuro epitafio.

> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Tres puntos y demasiados imbéciles


Juventus - Udinese, 1-0
Juventus (4-2-3-1): Buffon ; Cáceres, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Poulsen, Felipe Melo (7’ st Sissoko); Camoranesi, Diego (42’ st De Ceglie), Giovinco (7’ st Del Piero); Amauri. A disposición: Manninger, Grygera, Legrottaglie, Immobile. Entrenador: Ferrara.
Udinese (4-1-4-1): Handanovic; Basta, Coda, Zapata, Lukovic; D’Agostino; Lodi (13’ st Romero), Inler (38’ st Sammarco), Asamoah, Isla (42’ st Corradi); Floro Flores. A disposición: Belardi, Felipe, Romero, Zimling, Domizzi. Entrenador: Marino.
Estadísticas Juventus: disparos 13, disparos a puerta 7, corners 5, fueras de juego 10, posesión de balón 55,8%.
Estadísticas Udinese: disparos 5, disparos a puerta 2, corners 3, fueras de juego 5, posesión de balón 44,2%.
Árbitro: Brighi. Amomestó a Asamoah, Diego y Handanovic.
Goles: 6' st Grosso.

Desgraciadamente, ayer había en el estadio demasiados subnormales (no sabemos cuántos, pero por el ruido eran más de uno, y el mínimo plural ya le concede el calificativo de demasiados) que se divertían más insultando a Balotelli (no como interista, sino como negro) que con el partido de la Juve. Aunque, sin querer para nada justificar lo que trataremos a continuación, fue realmente difícil divertirse con el partido que se marcaron los chicos de Ferrara. Sin ritmo después del parón y distraida por el trascendental encuentro de Burdeos del miércoles, volvió a ser ese equipo del que cuesta esfuerzo no apartar la vista del televisor con el pasar de una mosca. Parecía demasiado fácil derrotar a un Udinese que llegaba a Turín sin sus tres delanteros titulares: Di Natale, Sánchez y Pepe. Y sin embargo la Juve terminó el partido sufriendo y dando gracias porque el rematito de Zapata en el tres del añadido se encontró con las manos de Buffon. Algo que nos posibilita buscar alguna excusa inservible en caso de que el equipo se hubiese vuelto a dejar los puntos. Por falta de madurez estaríamos diciendo ahora seguramente.

Porque el partido de ayer se jugó tan lento, que dicen que fue perfecto para los reporteros gráficos, que no corrieron en ningún momento el riesgo de que la foto quedase descuadrada. Ni siquiera Diego, que había empezado el partido de manera eléctrica, podía mantenerse y rápidamente se contagió del ritmo anodino de los compañeros. Melo volvía a fallar en cada balón, llegaba tarde a la cobertura y se pasaba de largo en los pases largos; Giovinco no sabía por dónde podía entrar con tantas camisetas amarillas por delante y Amauri... Amauri quedó prisionero de la defensa de Marino, sin nadie que intentase sacarle de allí. Intentó hacerlo Camoranesi, en la única acción destacable por su parte de todo el partido, cuando puso un buen centro (37') que Amauri remató mal, con el muslo y la rodilla y pudo atajar, no sin esfuerzo, Handanovic.

Tal era el astío de la primera parte, con todo el mundo fallando lo poco que podía fallar y un ataque tan precario que sólo Zapata, inmenso, bastaba para detenerlo, que Ferrara puso a calentar a Sissoko, Immobile y Del Piero a la media hora de partido. Hasta ahí se dirigieron los ojos, los cánticos, las ilusiones y las esperanzas de la afición (y del realizador del estadio, que encontraba mucho más amenos los planos de los trotes de Alex que lo que ocurría sobre el rectángulo). El descanso, el enfado seguro de Ferrara en el vestuario y el acecho de los compañeros que volvían tras la lesión estimularon a la Juve en la segunda mitad, que si no estuvo más vivaz, al menos sí dio sensación de estar viva. Tanto que a los seís minutos se encontró (quizá nunca mejor dicho) con el gol en una jugada inexplicable. Porque, ¿cuántas veces hemos hablado aquí sobre los laterales y los puntos débiles de la Juve? Pues bien; centro de Martín Cáceres y gol de Fabio Grosso. La guinda a este pastel de la paradoja la puso Poulsen, que en la posición de Diego puso el balón al uruguayo, que sin dejarla caer centró justo donde llegaba el campeón del mundo.

Sólo un minuto después, Ferrara realizaba el cambio que había preparado para desbloquear el marcador poco antes: Melo y Giovinco por Sissoko y Del Pîero. La entrada del capitán, que lo fue oficialmente durante unos segundos (el árbitro no autorizó el cambio de brazalete), le dio al partido ese toque de pimienta necesario para enriquecer un insípido plato. Aumentó el nivel técnico del equipo, con ayuda de un Udinese más abierto en busca de un gol casi imposible e inmerecido, y demostró que la conexión entre Alex y Diego no será algo difícil, sino espontáneo. Lo vimos ayer, con alguna pared y pases de tacón y salón. Fue interesante el cambio táctico de Ferrara con el 10 en el campo, dejando a Amauri y Diego en los lados con Del Piero enganchando.

Pero, aunque no nos guste, hay que terminar hoy con la reseña de los insultos racistas de un grupo de enfermos que tienen tomada la curva Sud (con el apoyo de todas las autoridades). Pasó la temporada pasada contra el Inter y la Juve jugó contra la Atalanta a puerta cerrada. Ayer, a pesar de la intervención del club a través del speaker del estadio pidiendo respeto, los ultras no cayaron y levantaron más la voz después de la advertencia por megafonía. Destrozaron también el mensaje que antes del partido lanzaba la Unesco a propósito del día contra el racismo en el fútbol italiano. Son tan subnormales algunos que ayer, mientras aplaudían a Sissoko, otros se dedicaban a menospreciar a Zapata y Asamoah, por el mero hecho de ser tan negros como el ídolo malí y quizá olvidando también que en la Juve han pasado jugadores tan importantes como Thuram, Davids, Vieira o Henry. Y todos ellos eran negros. Al final del partido, en zona mixta, Ferrara intentó... no se sabe muy bien qué diciendo que son cosas que también pasan en otros campos ¿Y qué? Decía Ferrara que cuando él jugaba en el Nápoles escuchaba siempre cánticos que rezaban "Vesubio, entierralos a todos" y que es otra forma de racismo. Cierto. Pero tanto como que esos cánticos se repiten cada vez que se juega un Juve - Nápoles, aunque Ferrara y Cannavaro o Molinaro sean napolitanos. Seguramente, como tienen el nivel de raciocinio de un perro, no alcanzan a distinguir. Estamos, como siempre, a vueltas con el problema de la educación. Un problema cuyas consecuencias pagaremos todos. Porque los hechos de ayer, gravísimos, no podrán ser pasados por alto y la Juve lo pagará jugando el partido del año, contra el Inter, a puerta cerrada. Aunque la discriminación racial es algo mucho más grave.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Vuelve la "zona Del Piero"


Un minuto al azar de un partido cualquiera. Un pase largo de alguien, da igual quien, que recibe Del Piero a la altura del vertice izquierdo del área, converge hacia al centro con un toque de exterior y deshaciéndose del o los defensas con un par de fintas, saca un derechazo con rosca que se cuela por la escuadra del palo largo. Seguro que muchos habéis puesto imagen al texto anterior. Realmente no es muy difícil, porque ¿cuántos goles ha marcado así Alex Del Piero? Muchos. Entre ellos, dos de sus goles más celebres; contra la Fiorentina en 1994 y contra Alemania en la prórroga de la semifinal del Mundial de 2006. Partidos, ambos, embellecidos por el que hace quince años pasó a conocerse como el "gol alla Del Piero", cuando Alex apenas debutaba y se ganaba para sí mismo la zona izquierda del área como "zona Del Piero".

Desgraciadamente, si obviamos el gol con Italia en el Mundial, hace años que la "zona Del Piero" ha quedado reducida 'únicamente' a los libres directos que aún lanza Alex con maestría. Sí, porque ese gol tan característico fue la seña de identidad del Alessandro Del Piero de la primera etapa de Lippi en la Juve, donde el hoy capitán le quitó el sitio a Roberto Baggio para hacerse un hueco en el 4-3-3 junto a Vialli y Ravanelli. Luego, con Trapattoni, Ancelotti, Capello, Ranieri, o incluso en la vuelta de Lippi, la Juve siempre optó por esquemas con dos delanteros y la célebre "zona Del Piero" fue perdiendo importancia al centrar más la posición de Alex. Sin embargo, el cambio que ciro Ferrara ha representado para la Juve, podría serlo también para el capitán, que podría volver a sus orígenes si el mister confirmase el 4-2-3-1 que tan buenos resultados ha dado últimamente (contra Sampdoria y Atalanta sobre todo). Formando en la línea de tres mediapuntas por detrás del delantero, junto a Camoranesi y Diego, Del Piero podría desempolvar esa zona del campo que nos ha regalado tantas perlas y nos ha permitido soñar.

La presencia de Diego, un aliado perfecto para la faena, supondrá un estímulo y exaltará las cualidades de ambos, además de dividir entre dos los marcajes de los defensas rivales, que tendrán que decidir qué zona queda menos protegida, teniendo en cuenta que por la derecha puede entrar Camoranesi, convertido en el expreso de Tandil y arriba siempre habrá un delantero más creando, aún si cabe, más dificultades y confirmando que una nueva Juventus ha nacido. Quizá mirando al pasado en algunos aspectos, regenerando viejos mitos y costumbres, pero mirando al futuro y a la portería rival. Como Del Piero, que ansía ya volver a ser el capitán de la Juventus y ser protagonista de un equipo que puede darnos muchas alegrías esta temporada. Y las siguientes.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Los pies en el suelo; la defensa todavía falla


Paradojicamente, casi inexplicablemente, la Juve es el equipo menos goleado de la Champions League, con un único gol encajado en cuatro jornadas (de Plasil para le Bordeaux). Porque el potencial ofensivo de la Juve está fuera de toda discusión, pero la defensa ha sido el quebradero de Ferrara desde que empezó la temporada. Es cierto que el mister prefiere marcar a evitar que le marquen y, en consecuencia, arriesga. Algo que está bien, pero a día de hoy, la defensa no se ha mostrado al nivel adecuado como para confiar plenamente en que guarde los muebles de Diego, Camoranesi, Amauri, Trezeguet, etc. Porque trece goles en doce partidos son más de los debidos, porque a veces ha comprometido el resultado (como contra el Bologna y el Nápoles) y porque cuatro partidos con un pasivo de dos o más goles son intolerables, algo que está fuera del adn de la Juve.

Sería indecoroso culpar de todo esto sólo a la línea defensiva. No. El centro del campo, que en ocasiones no ha dado la protección adecuada a los defensores también tiene su parte de culpa. En general todo el equipo, que aún no se maneja bien sin el balón. Y Ferrara sabe,que aunque resalte la calidad de sus defensas, que "son todos internacionales", el mecanismo defensivo ha de ser perfeccionado. Porque marcar un gol más que el rival es fundamental, pero la historia dice que los campeonatos los gana el que menos recibe. Y la Juventus en ese aspecto no va por el buen camino, puesto que ni siquiera ha podido aprovechar las cualidades de Buffon, que en muchas ocasiones ha pagado la impotencia de la defensa. Una serie de defectos que un equipo con la ambición de la Juventus debe resolver lo más rápido posible, quizá acudiendo al próximo período de fichajes.

El sábado pasado, por ejemplo, la Atalanta de Conte explotó al máximo la debilidad de la Juve en los laterales, tanto que sus dos goles llegaron desde la banda; uno desde la derecha y otro desde la izquierda (los tres del Nápoles en la jornada anterior también). Con dos puntas, Doni y Tiribocchi y dos extremos muy adelantados, Valdés y Ceravolo, puso en serios problemas a la defensa juventina. Cannavaro y Chiellini tuvieron que centrarse en los dos delanteros centrales, dejando al descubierto a Cáceres y Grosso en el uno contra uno.

Es cierto que en la primera parte, con el 0-0 en el marcador, el equipo de Conte no creó más que una ocasión reseñable, pero es igualmente real que el 2-5 se fraguó, casi por casualidad, en los últimos minutos y sería un error escudarse en él. Porque con el marcador de 2-3, la Atalanta dio lo mejor de sí, creando excesivo peligro, gracias a una condición física superior a la de la Juventus, que parecía demasiado cansada. Especialmente Cannavaro, que ha perdido un poco del impetu con el que comenzó la temporada, pero que arregla sus defectos con unos excelente s sentido táctico y lectura del juego. Pero, como decíamos, el problema se centra, valga el juego de palabras, en los lados. Cáceres no es lateral. Ahí cumple, pero sin más, sufriendo. Los rivales buscan el perfil de banda y el uruguayo por ahí pierde siempre o casi. En la izquierda la situación de Grosso no es mucho mejor: impagable el desdoble ofensivo, aportando una vía más a la circulación de balón y ensanchando el equipo, pero en defensa le falta velocidad explosiva y le cuesta reaccionar, como vimos en el gol de Ceravolo (2-3).

Son detalles que el equipo está mejorando poco a poco. Por ejemplo, después de dos partidos espectaculares, Felipe Melo cayó en una fase de amnesia total, donde acostumbraba a regalar balones a los rivales y ahora se ha convertido en un gigante insuperable. Igual que Poulsen, que por fin demuestra quien es a los que no creyeron en él. Una garantía absoluta en la cobertura. Seguramente sean eso, pequeños detalles de un equipo que está formándose todavía. Pero detalles que no pueden dejarse en el aire, porque los títulos, para ganarlos, exigen tenerlo todo perfectamente atado.

domingo, 8 de noviembre de 2009

La Juve se reafirma


Atalanta - Juventus, 2-5
Atalanta (4-4-1-1): Consigli; Garics, Talamonti, Peluso, Bellini; Ceravolo, Padoin, Guarente, Valdés; Doni; Tiribocchi (44' st Madonna). A disposición: Coppola, Bianco, Pellegrino, Radovanovic, Caserta, Tiboni. Entrenador: Conte.
Juventus (4-2-3-1): Buffon; Cáceres, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Felipe Melo, Poulsen; Camoranesi, Diego (45' st Immobile), Giovinco (29' st De Ceglie); Trezeguet. A disposición: Manninger, Grygera, Legrottaglie, Molinaro, Tiago. Entrenador: Ferrara.
Estadísticas Atalanta: disparos 8, disparos a puerta 3, corners 2, fueras de juego 5, posesión de balón 48'2%.
Estadísticas Juventus: disparos 10, disparos a portería 6, corners 4, fueras de juego 7, posesión de balón 51'8%.
Árbitro: Morganti. Amonestó a Padoin, Doni, Guarente, Bellini, Grosso, Felipe Melo, Cannavaro y Trezeguet.
Goles: 37' pt Camoranesi, 38' pt Camoranesi, 7' st Valdés, 11' st Felipe Melo, 27' st Ceravolo, 40' st Diego, 43' st Trezeguet.

La Juve confirma su disputa por el título y se reafirma como un equipo nuevo, que rompe con el pasado y que sabe cómo se cambia. Lo ha hecho Ferrara con un equipo basado en el ataque, la potencia y la creatividad, aunque la consistencia que ha ganado arriba, de momento, la pierde en defensa. Particularmente en los laterales, donde reina la distracción, desubicación y otras muchas cosas que empiecen por 'des-'. Algo que para el espectador se ha convertido en un aliciente, porque los partidos de la Juventus se han convertido en un trhiler continuo que no pueden darse por terminados hasta que aparezca the end. Ayer terminó el misterio a 5' del final, cuando con un gol más propio del billar que del fútbol, Diego hacía el 2-4 y daba por terminada la competición. No el partido, porque sólo tres minutos después, Trezeguet marcaba su 167º gol, igualando a Sivori con la camiseta de la Juve. Dos goles que, unidos a los dos de Camoranesi y al también anterior de Melo, mantienen a la Juve viva en la lucha por el campeonato y confirman su calidad, tanto individual como colectiva. Aunque ayer también se pudieron ver los problemas que arrastra el equipo desde el verano (o incluso antes). Problemas que intentará atajar el bueno de Ferrara, que con el 2-3 decide cubrirse con De Ceglie por Giovinco, durante la pausa que dará paso a las selecciones nacionales. Por ahora, disfrutemos de los cinco goles de ayer (por segunda vez en la temporada) y de una Juve que muestra una idea de juego más que interesante.

Para esto, ha hecho falta la magia de Diego, la garra y la potencia de Melo, pero, sobre todo, la calidad del mejor fichaje del verano, Mauro Germán Camoranesi. Después de una temporada pasada para olvidar, entre lesiones y polémicas y de un inicio de temporada también complicado, el italiano de Tandil marcó ayer por tercera vez en cuatro partidos. Tras haber anotado contra Sampdoria y Maccabi, ayer marcó una doppietta en el breve arco de un minuto (36' y 37'). Aunque el buen momento de Camo no se reduce sólo a la estadística goleadora. No, se ha convertido en la pieza clave del motor ofensivo del equipo, más importante incluso que Diego y lleva varios partidos siendo el mejor (fue también el mejor de todo el partido contra el Nápoles aún jugando sólo la primera media hora). Algo que, seguramente no por casualidad, ha coincidido con el cambio al 4-2-3-1 que le libera mucho más de ciertas tareas indecorosas.

Por su parte, Conte tenía que hacer frente ayer a muchísimas lesiones, pero aún así, la Atalanta lo intentó desde el inicio. Atacando principalmente por las bandas, como hacía su Bari: Valdés, por la izquierda, desnudó las limitaciones de Cáceres y Ceravolo, en la derecha, disfrutaba los latifundios que quedaban detrás de Grosso, que aporta mucho, muchísimo en ataque, pero que tiene una relajación defensiva excesiva. No es casualidad que los dos goles locales llegasen uno por cada banda. Aunque lo intentó, a la Atalanta le faltó toda la precisión del mundo y fue la Juve quien capitalizó primero sus ocasiones. En el 36', Grosso se va forzado hasta la derecha y saca un centro rápido que Camoranesi, como si de Amauri se tratase, remataba anticipándose a Peluso y poniéndola a la izquierda de Consigli. Sólo un minuto después, los mismos protagonistas: centro de Grosso, esta vez desde la izquierda, rechace defectuoso de Peluso y Camoranesi que tiene el tiempo justo de controlar y rematar. El uno-dos estilo Foreman dejó noqueada a la Atalanta, que no reaccionó hata el final de la primera parte, con un disparo de Guarente que encontró respuesta en Buffon.

La reanudación, sin embargo, fue un festival de emociones y jugadas interesantes. Conte, como muchos otros, sabe cual es el punto flojo de la Juve y por ahí mandó atacar. A los siete minutos, Guarente mete un pase diagonal perfecto para Valdés, que enfila y se va de Cáceres para hacer el 1-2. Después de dos goles anulados por justo fuera de juego a la Juve (Melo y Poulsen se unían al también correctamente anulado en el primer tiempo de Trezeguet), un golazo desde fuera del área de Felipe Melo empotraba las esperanzas atalantinas contra las redes (mal) defendidas de Consigli. Con el 1-3, las sensaciones de la Juve volvieron a variar, a languidecer y en el 27', Tiribocchi, recibe de Valdés y sin mirar la pone a la derecha, donde Ceravolo se merienda a Grosso y hace el que era un temible 2-3. Con el equipo de Conte volcado, Ferrara metió a De Ceglie por Giovinco y la Juve retomó el control y la tranquilidad, señal de que entrenador y jugadores aprenden de sus propios errores. Después llegaron los mencionados goles de Diego y Trezeguet. Suficiente para ganar y alejar algunos fantasmas mientras esperamos a que se vacíe la enfermería y que Blanc y Secco coronen el excelente trabajo del verano con el retoque que hace falta en enero. Porque el equipo está y funciona. Basta corregir algunos errores. Nada que la Juve no pueda hacer.

> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un paso hacia los octavos (Juventus.it)

Por la imposibilidad de seguir desde España las retransmisiones televisivas de los encuentros de la Juventus en Champions League, la Curva Bianconera ofrece una adaptación del artículo relacionado al Maccabi Haifa - Juventus publicado en Juventus.it:


Maccabi Haifa - Juventus, 0-1
Maccabi Haifa(4-4-2): Davidovitch; Meshumar, Teixeira, Keinan, Masilela; Osman, Boccoli (26’ st Zaguri), Culma (1’ st Ghadir), Arbeitman; Katan; Dvalishvili (11’ st Rafaelov). A disposición: Edri, Harazi, Maymon, Sallallich. Entrenador: Levi.
Juventus (4-2-3-1): Buffon; Cáceres, Legrottaglie, Chiellini, Grosso; Felipe Melo, Poulsen; Camoranesi, Diego, Tiago (15’ st De Ceglie); Amauri (39’ st Trezeguet). A disposición: Manninger, Grygera, Cannavaro, Molinaro, Immobile. Entrenador: Ferrara.
Árbitro: Hauge (NOR). Amonestó a Masilela, Cuma, Osman y Felipe Melo.
Goles: 47' pt Camoranesi.

Un gol, tres puntos y 100 veces Juventus en Champions League. Gracias a un gol de Camoranesi al final del primer tiempo, los bianconeri se impusieron en el estadio Ramat Gan de Tel Aviv, inflingieron la segunda derrota consecutiva al Maccabi y haciendo una cifra redonda en cuanto a victorias en la máxima competición europea.

Pero lo que realmente importa es el presente. Y lo que es, es un doble triunfo de los chicos de Ferrara gracias al Bordeaux. Los franceses ganaron 2-0 en el Allianz Arena y tienen ya en su mano el billete para los octavos de final. Los bianconeri tienen en su mano su propio destino. En caso de victoria en tierras francesas dentro de dos semanas, estará hecho. En caso contrario, todo se decidirá en el último partido, en casa, contra el Bayern, donde bastará un empate.

Para la vuelta al Ramat Gan, cinco años después del primer viaje a Israel, Ciro Ferrara vuelve a proponer el 4-2-3-1 con alguna novedad. Delante de Buffon, una defensa de cuatro formada por Cáceres, Legrottaglie, Chiellini y Grosso. Felipe Melo y Poulsen como filtro, la línea de tres formada por Camoranesi, Diego y Tiago. Amauri como único punta.

Los bianconeri entienden el valor del partido y parten a mil por hora. En los primeros 10 minutos, el portero Davidovith tiene que hacer tres paradas decisivas, una a Amauri y dos a Diego.

Con el paso de los minutos, el partido se equilibra y también el Maccabi tiene sus opciones y entorno a la media hora, Buffon debe añadir un milagro más a su colección: gran mano para frenar a Dvalishvili, que iba a marcar. Por la otra parte, Davidovith no es menos, y frena a Amauri, asistido por Diego.

Cuando el primer tiempo se avecinaba al final con el 0-0, llegó el gol bianconero: Cáceres llega hasta el fondo por la derecha y mete un centro que cae en los pies de Camoranesi, que marca girándose, también gracias a un toque que desvía. Es el gol que abre el partido y manda los equipos a vestuarios.

Empieza la reanudación con un cambio en el Maccabi: fuera Culma y dentro Ghadir. Los locales salen con la intención de empatar el partido y marcar así el primer gol de la fase de grupos. El gol lo encuentra, sin embargo, la Juve con Amauri, pero el brasileño estaba en fuera de juego en el libre directo de Diego.

Ferrara cambia después de una hora de juego. Sale Tiago y en su lugar entra De Ceglie. Levi agota sus cambios antes de la media hora de la reanudación. Sus hombres lo intentan con generosidad, pero nunca llegan a los dominios de Buffon. Antes del final también hay tiempo para ver a Trezeguet, que sustituye a Amauri. No sucede nada más. La Juventus gana por primera vez en un estadio israelí, consigue la 100ª victoria en la máxima competición europeoa y, sobre todo, se acerca mucho a los octavos de final.

martes, 3 de noviembre de 2009

Dos Juventus en tres días


¿Qué ha pasado en sólo tres días? ¿Cómo es posible que la maravillosa Juve que vimos el pasado miércoles se suicidase contra el Nápoles con un final de partido de absoluta locura y debilidad? Una de las causas, reconocida por el propio Ferrara, que lo ha admitido públicamente y en la charla mantenida el lunes con los jugadores por espacio de una hora, son los cambios que hizo el entrenador. Algunos llegaron tarde y otros estuvieron mal hechos. De Ceglie sólo entró con el marcador ya en contra cuando era evidente que alguien necesitaba esa banda para detener las subidas de Maggio y Hamsik y, minutos antes, seguramente Ferrara pecó de optimismo cuando trató de contrarrestar el caudal ofensivo del Nápoles quitando a Poulsen, el último baluarte defensivo de la media, y dando entrada a Amauri con la intención de intimidar y dejar atrás al Nápoles.

Sin duda un elemento a discutir y tener en cuenta, pero no el único. Es pronto para decir que Ferrara no puede obtener el máximo partido del equipo que tiene a disposición y, además, seguramente sea algo incorrecto. No podemos olvidar que el pasado miércoles vimos la mejor Juve en años (desde la época de Capello quizá), por lo que el rendimiento y el trabajo están ahí y no se puede dudar de ellos. Otra cosa es cómo hacer que ese rendimiento sea continuo. Parte de responsabilidad del entrenador, de los jugadores, pero también de las lesiones, que siguen masacrando y minando las cualidades de este equipo. Contra el Nápoles faltó Sissoko, cuya ausencia, al igual que el año pasado, impide ganar al equipo. Pero también Del Piero, Marchisio, Iaquinta... y alguien capacitado para sustituir al pálido Grygera, (el club tendrá que corregir en el próximo mercado de enero, adelantando un fichaje de verano como hicieron en 2008 con Sissoko) que puso un centro (magnífico, eso sí) y desapareció, al igual que Trezeguet, que tras rematarlo a gol sufrió el mismo efecto.

Algo que nos lleva a pensar que seguramente sea una cuestión de mentalidad. La mentalidad de un equipo que necesita estar siempre al 100% en todos los aspectos. El club decidió renunciar al 'regista' y apostó por la potencia y el físico en la medular. Una decisión arriesgada que encontraba seguridad con el fichaje de Felipe Melo, pero que requiere una concentración y un esfuerzo máximo de todos. Porque el potencial de este equipo es superior a lo mostrado en algunos partidos como el del sábado y debe prolongar hasta el final el duelo con un Inter que se ha ido ya a siete puntos, un record histórico en la jornada once. Pero el equipo ya demostró qué es capaz de hacer el miércoles. Por qué no consiguió repetirlo el sábado es el problema, lo que debe descubrir Ferrara. Pero no es justo decir que este equipo está en crisis, que el entrenador no vale o que los jugadores no son buenos. Ni mucho menos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Damato y Dátolo devuelven a la Juve a la Tierra


Juventus - Nápoles, 2-3
Juventus (4-2-3-1): Buffon; Grygera, F. Cannavaro, Chiellini, Grosso; Felipe Me­lo, Poulsen (32’ st Amauri); Camoranesi (31’ pt Tiago), Diego, Giovinco (39’ st De Ceglie); Trezeguet. A disposición: Manninger, Legrottaglie, Mo­linaro, Immobile. Entrenador: Ferrara.
Nápoles (3-4-2-1): De Sanctis; Campagnaro (13’ st Datolo), P. Cannavaro, Contini; Maggio, Cigarini, Gargano, Aronica; Hamsik, La­vezzi (41’ st Pazienza); Denis (24’ st Quagliarella). A disposición: Iezzo, Grava, Rinaudo, Pià. Entrenador: Mazzarri
Estadísticas Juventus: tiros 13, tiros a portería 4, corners 5, fuoras de juego 3, posesión de balón 62%.
Estadísticas Nápoles: tiros 14, ti­ros a portería 5, corners 8, fueras de juego 2, posesión de balón 38%.
Árbitro: Damato di Barletta. Amonestó a Contini, Campa­gnaro, P. Cannavaro y Chiellini. Expulsó a Amauri con roja directa.
Goles: 35’ pt Trezeguet; 9’ st Giovinco, 14’ st Hamsik, 20’ st Dato­lo, 37’ st Hamsik.

La Juve apenas reencontrada el pasado miércoles volvió a perderse sólo tres días después al final de un partido que no pudo terminar Camoranesi, pero sí su agresor Contini y tampoco Amauri, que pagó el mal arbitraje de un colegiado precipitado que expulsó a la ligera al brasileño por un choque con la cara de De Sanctis al ir a rematar un balón. Así terminó el partido, con los nervios disparados y con la incredulidad de ver que a una buena Juve se le escapaban tres puntos que parecían asegurados media hora antes, cuando Giovinco aprovechaba el castigo que el destino le impuso a Contini para marcar el 2 a 0. Sin embargo, el Nápoles remontó llevándose un 2-3 histórico y los tres puntos veintiún años después, cuando Careca marcó un hat-trick junto a Maradona (3-5). Valorar la justicia o no del marcador se convierte en una tárea complicada. La Juve jugó bien y dominó hasta el segundo gol; sufrió dos grandes errores arbitrales, pero el Nápoles supo reponerse bien y su entrenador revolucionar el equipo con un cambio que resultó ser clave. Eso y que la Juventus no supo jugar como un equipo grande. ¿Culpa de Ferrara, culpa de los jugadores? Mitad y mitad. Porque el entrenador no supo gestionar la amplia ventaja de dos goles, porque no vio el peligro que entrañaba desproteger más aún el centro quitando a Poulsen para meter a Amauri; pero los jugadores también, porque los que nos maravillaron el miércoles y ayer durante la primera mitad, hicieron el rídiculo en la segunda, porque las bandas volvieron a ser igual a nada y porque nunca supieron integrar ni aprovechar las ventajas de tener a Diego en el equipo.

Seguramente en este aspecto mucho tuvo que ver la lesión de Camoranesi, que recibió un codazo en la sien antes de que se cumpliese media hora y tuvo que irse al vestuario ante la imposibilidad de cortar la hemorragia. A diferencia del golpe involuntario que le dio Amauri a De Sanctis en el final del partido, ni el árbitro ni su asistente vieron esa agresión y Contini siguió violentando el fútbol consiguiendo, inexplicablemente, terminar el partido. Sin alternativas, Ferrara tuvo que dar entrada a Tiago y así Camoranesi no tuvo nunca nadie que le reemplazase. No intervino en ningún momento en el partido hasta el momento de regalar el 2-3 a Hamsik con un despeje horrible. No era otra cosa que el reflejo de la situación de un jugador mentalmente fuera del equipo, si es que alguna vez estuvo dentro. Ranieri y Ferrara han confiado en él y nunca han obtenido la respuesta deseada: indolencia, pasotismo y errores cada vez más graves, todo lo que sobra en un jugador de la Juve. Ayer, ni siquiera fue capaz de echarle una mano a Grygera, que se vio superado en velocidad y en número por los jugadores napolitanos en ocasión de los goles rivales.

Pero si el cambio de Tiago era prácticamente una obligación, no lo era el de Poulsen con el 2-2 ya en el marcador y la tragedia fraguándose en el campo. El equipo, ya descompensado y sufriendo las acometidas visitantes, quedó absolutamente desnudo y dio lugar al contragolpe incesante del nuevo Nápoles de Mazzarri, un equipo especializado en remontadas. Cierto que fue una decisión valiente que buscaba recuperar los puntos que el equipo había perdido, pero el riesgo excesivo terminó demostrándola como equivocada (seguramente la lectura hubiese sido del todo distinta si Amauri en lugar de ser expulsado hubiese marcado y Ferrara seguiría siendo el héroe del miércoles y no el suicida que es en domingo) y más cuando se veían, incluso desde el sillón de casa, las carencias que tenía el equipo. A esas alturas del partido, el depósito de Giovinco estaba vacío y, a pesar de que jugó un buen partido, era evidente que no podía ayudar en la nueva situación que se había planteado y sus ayudas a Grosso eran un mero eufemismo. O incluso Diego, que ni se encontró ni le encontrarón (¿le buscaron?). Pero no, fue Poulsen y De Ceglie sólo entró con la tortilla dada la vuelta.

Porque a pesar de que el comienzo de la Juve fue inmejorable, con una ocasión clarísima de Giovinco a los diecinueve segundos, el equipo fue languidenciendo progresivamente hasta llegar al punto de no retorno que supuso la entrada de Dátolo. El Nápoles perdía 2 a 0 y Mazzarri le dio entrada en el lugar del central argentino Campagnaro, que se jugó la expulsión minutos antes y no dio la talla en el 1-0 de Trezeguet, que se vio libre de marca para aprovechar un centro paranormal de Grygera con la izquierda. Multiplicó su eficacia como dominador del partido y terminó desquiciando a Grosso, Grygera y Melo y dejando en evidencia las lagunas defensivas del equipo. En el primer gol de Hamsik, especialmente, con Grygera incapaz de darle caza y Cannavaro y Chiellini impotentes ante la velocidad y la potencia del esloveno. Sólo seís minutos después llegó el empate con el argentino aprovechando un rechace milagroso de Buffon para superarlo en segunda instancia. Luego, con el equipo totalmente roto, llegó el 2-3 esperado de nuevo obra de Hamsik, con, como habíamos dicho, la ayuda inestimable de Tiago. Una derrota tan comprensible como in. Ante un gran equipo, pero perdiendo una ventaja de dos goles. Como ha dicho Blanc, la Juventus ha "gastado todos los comodines". El Inter se aleja a los mismos siete puntos a los que se encontraba con Ranieri. Pero aquí viene la diferencia que nos permite ser optimistas. Este es otro equipo. Y ha quedado demostrado.

> Puedes ver el resumen del partido en Curva Bianconera TV.

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