Vergonzoso. No existe otro adjetivo para calificar al Milan de hoy en día. Vergonzoso y sin ganas, fuerza y carácter. Porque si juegas es mal, es grave; si ni siquiera juegas, es peor; pero si encima permites que te marquen dos goles en el 89' y en el 90' un día y otro en el 87' sólo veinticuatro horas después, quizá lo mejor sea irse a casa y reflexionar un rato. Ayer, tras perder 4-1 contra el Bayern, no tuvieron tiempo, porque hoy volvían a jugar y, como era de imaginar, volvieron a hacer el ridículo (derrota en penaltis contra Boca Juniors) llevándose la quinta derrota consecutiva (América, Chelsea, Inter, Bayern y Boca). Pero el problema del Milan, al contrario de lo que muchas quieran pensar, no es de cansancio por la acumulación de partidos, es de limitación. De los límites económicos que han llevado al equipo varios níveles más abajo de donde le tocaría estar y han rodeado al milanismo de pesimismo, resignándose a tener un equipo perdedor. El equipo es demasiado pobre y encima ha perdido la capacidad de reacción. Ayer, por ejemplo, cuando Pirlo, de manera injusto, recortó las diferencias con el Bayern, al Milan le quedaban diez minutos para buscar un empate que le diese moral al equipo. Sin embargo, sucedió todo lo contrarió: el equipo se abrió, se vino abajo y concedió dos goles en dos minutos, después de haber encajado el anterior hacía menos de diez.
Las causas de estas dos últimas derrotas son varias: el Milan ha jugado cinco partidos en doce días y ayer terminaba de aterrizar después de un viaje de casi diez horas. Pero el problema es otro. Es mental, psicológico; y en las caras de los jugadores y del propio entrenador del Milan no se ve otra cosa que resignación. El resultado de ver marchar a la estrella del equipo, al símbolo y no poder encontrar sustituto para nadie, unido a la sensación de no hacer todo lo posible para hacerlo. Los refuerzos del Milan, hasta ahora, han sido: Di Gennaro, Zigoni, Abate y Onyewu. Buenos jugadores sí, jóvenes, pero que no parecen suficientes para llevar al equipo al nivel que le debería pertenecer por su historia, como ha reconocido el propio Leonardo. Y no parece que la lista de altas vaya a ser mucho más larga tras ver como se rechazaban ofertas casi insultantes por Dzeko, Huntelaar y Luis Fabiano. Berlusconi ha pasado su propia crisis personal a la entidad y los 65 millones que pagó el Madrid por Kaká sólo han servido para intentar arreglar años y años de nefasta gestión que han dejado a la entidad, también en el plano deportivo, lejos de su momento ideal, tomando un camino con difícil retorno.
Ya dijimos aquí que sustituir a Kaká con Ronaldinho no era una solución fiable. Y se ha confirmado en estos partidos en los que el ex Balón de Oro y casi ex futbolista no ha dado muestras de recuperación salvo la pérdida de kilos lógica de las pretemporadas. Y por lo que parece, ni siquiera Leonardo lo tiene claro. En esta Audi Cup ha sustituido su esquema con tres delanteros por un 4-4-2 más defensivo y aún así encajó cuatro goles de los alemanes. Thiago Silva confirmó lo que se temía: que aún no puede jugar al máximo nivel europeo, y el equipo sufre un mal endémico con los goles. En seís partidos ha encajado tres en los primeros minutos y cuatro en los últimos diez (Ayer Muller en el 11' después de que lo hiciesen antes Milito en el 4' y Drogba en 7' y los de los minutos finales: Viatri en el 86' hoy y ayer Schwensteiger en el 80', Sene en el 88' y Muller en el 90'). Ayer, en el Allianz, hubo un equipo que atacó y que marcó poco en relación a las oportunidades que produjo y otro que se defendió mal y marcó un gol de falta y de casualidad. El verano pasado también encajaron una goleada, 5-0 ante el Chelsea, y después vimos qué temporada hicieron. Esta, si es posible, se presenta aún peor.
Las causas de estas dos últimas derrotas son varias: el Milan ha jugado cinco partidos en doce días y ayer terminaba de aterrizar después de un viaje de casi diez horas. Pero el problema es otro. Es mental, psicológico; y en las caras de los jugadores y del propio entrenador del Milan no se ve otra cosa que resignación. El resultado de ver marchar a la estrella del equipo, al símbolo y no poder encontrar sustituto para nadie, unido a la sensación de no hacer todo lo posible para hacerlo. Los refuerzos del Milan, hasta ahora, han sido: Di Gennaro, Zigoni, Abate y Onyewu. Buenos jugadores sí, jóvenes, pero que no parecen suficientes para llevar al equipo al nivel que le debería pertenecer por su historia, como ha reconocido el propio Leonardo. Y no parece que la lista de altas vaya a ser mucho más larga tras ver como se rechazaban ofertas casi insultantes por Dzeko, Huntelaar y Luis Fabiano. Berlusconi ha pasado su propia crisis personal a la entidad y los 65 millones que pagó el Madrid por Kaká sólo han servido para intentar arreglar años y años de nefasta gestión que han dejado a la entidad, también en el plano deportivo, lejos de su momento ideal, tomando un camino con difícil retorno.
Ya dijimos aquí que sustituir a Kaká con Ronaldinho no era una solución fiable. Y se ha confirmado en estos partidos en los que el ex Balón de Oro y casi ex futbolista no ha dado muestras de recuperación salvo la pérdida de kilos lógica de las pretemporadas. Y por lo que parece, ni siquiera Leonardo lo tiene claro. En esta Audi Cup ha sustituido su esquema con tres delanteros por un 4-4-2 más defensivo y aún así encajó cuatro goles de los alemanes. Thiago Silva confirmó lo que se temía: que aún no puede jugar al máximo nivel europeo, y el equipo sufre un mal endémico con los goles. En seís partidos ha encajado tres en los primeros minutos y cuatro en los últimos diez (Ayer Muller en el 11' después de que lo hiciesen antes Milito en el 4' y Drogba en 7' y los de los minutos finales: Viatri en el 86' hoy y ayer Schwensteiger en el 80', Sene en el 88' y Muller en el 90'). Ayer, en el Allianz, hubo un equipo que atacó y que marcó poco en relación a las oportunidades que produjo y otro que se defendió mal y marcó un gol de falta y de casualidad. El verano pasado también encajaron una goleada, 5-0 ante el Chelsea, y después vimos qué temporada hicieron. Esta, si es posible, se presenta aún peor.




2 comentarios:
Tengo la extraña sensación de que -paradójicamente- la Champions que ganó el Milan en 2007 le hizo "daño", me explico: ya la temporada 2006-2007 estaba sido calamitosa y había una sensación generalizada de que era un equipo acabado al que le hacía falta un cambio generacional, puesto que su ciclo se había acabado. Parecía que habría una renovación en aquel verano 2007, pero aquella Champions sirvió para prolongar un poco más la agonía, ¿resultado?: ni siquiera se meten entre los 4 primeros del Calcio al año siguiente.
Esta última temporada ha vuelto a ser mala y ahora resulta que por problemas económicas no dan ni siquiera sacado a Dzeko de Wolfsburgo o a LuisFabiano de Sevilla.
Yo pensaba que esto iba a cambiar con Leonardo, pero de momento es el mismo Milan que el del año pasado...y sin Kaká.
El fútbol necesita que el Milan se "recicle" y levante la cabeza.
Saludos!
En realidad el culpable de todo esto es Berlusconi, curiosamente el autor intelectual del Milan ya que antes de este ese club se reumía en Rivera y el GRE-NO-LI a la sombra de su rival ciudadano y que, tal parece, no ha aprendido la lección del final del ciclo de Capello. Considerando que siempre ha intentado aplicar cosas que se estilan en EE.UU. (retiro de uniformes, contratos longevos de algunos de sus jugadores, etc.) es inaudito que nunca hubiese pensado en el autofinanciamiento de su club y, sobretodo, hacer un estadio en propiedad para generar mayores recursos (algo que Galliani ha dicho ser favorable, de hecho tomar el modelo del Arena AufShalke). Influye mucho la prensa milanista que minimiza sus defectos y eleva hasta la estratósfera sus virtudes (no olvidar que Berlusconi controla al menos 60% de la prensa escrita y audiovisual de la Bota).
Dante dmateojfc@yahoo.com
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