jueves, 25 de septiembre de 2008

Así no


En una de esas noches en las que te puedes encontrar el verdugo en tu propia casa, donde basta poco para limar nobles aspiraciones, en las que entre cansancio y supuesta superioridad cualquier rival se convierte en peligroso, la Juventus no supo vencer sus propias debilidades y le puso en bandeja de plata el empate al Catania y dos puntos de ventaja al Inter. Ayer, mientras en las gradas se escuchaba "Ranieri, portaci a Roma", la Juve enmudeció, patinó con un error de posición, de concentración, de no se sabe qué ni el por qué de la defensa en general y de Chiellini en particular. Por lo que conviene aclarar algunos conceptos antes de que sea demasiado tarde: si como dice un antiguo refrán, todos los caminos llevan allí, a la ciudad del Coliseo, es indiscutible que hará falta un rendimiento distinto al de ayer para pelear de tú a tú por la Champions. Y no vale como excusa que después de que Plasmati neutralizase la ventaja conseguida con el gol de Amauri, la Juve encerrase al Catania en su campo, crease muchísimas oportunidades de gol, golpease dos palos y erigiese al portero Bizarri como héroe del partido.

No vale esa excusa y, mucho menos, las teorías sobre jardinería que después del partido dieron algunos jugadores para decir que estaba seca y alta y que les penalizó. Pero es que ayer no funcionó casi nada: ni el césped, ni el físico, ni el empuje (reducido a 15 minutos), ni la coordinación táctica, ni la mayoría de las iniciativas individuales, ni los intentos de corregir las cosas sobre la marcha del entrenador. Sí, es verdad que cada cierto tiempo salen partidos así, especialmente en un ciclo de partidos como en el que ahora se encuentra la Juve, que tiene que jugar siete partidos en veinte días, que desgastan física y mentalmente; partidos que sólo pueden resolverse con una jugada aislada, una magia sacada de la chistera por alguno de los que en la Juve se encuentran en condiciones de poder hacerlo, o con un golpe de suerte; partidos a los que no podemos pedirles espectáculo, pero sí un resultado aceptable. Es lo que hizo un Catania que Walter Zenga preparó a conciencia para el partido de ayer, rediseñándo el equipo, poniendo un medio por delante de la defensa, un único delantero, y en las bandas dos volantes altos y de mucho trabajo. Usar su típico 4-3-3 hubiese sido casi un suicidio y así puso salir de Turín con un empate más que digno, aunque también generoso.

de La variable Giovinco, ayer titular en el puesto de Nedved, aunque con funciones algo diferentes, pasó de ser una prueba a imprescindible, dada la ausencia por lesión de Camoranesi y la opacidadMarchionni quién sabe por qué. En su debut, el Piccolo Fenomeno, le dio vivacidad al juego del equipo (estuvo mejor incluso que Del Piero, voluntarioso, sí, pero algo perdido hasta que el equipo se vio en dificultades) y abrió el marcador con el centro perfecto, con rosca hacia dentro, que remató Amauri entre dos defensores del Catania. Giovinco, minúsculo si lo comparamos con los defensores del Catania, fue el protagonista del partido: desde la banda, centrando su posición, sacando toda la ventaja posible a su mayor velocidad, cambiando de ritmo constantemente, expoliado por la renovación de contrato y ultramotivado por conseguir un hueco que merece en la Juventus, dequició por completo a la defensa catanese. Si algo ganó ayer la Juve, fue Giovinco. En el fondo, tampoco hay que sorprenderse si la Juve, con Marchisio y Poulsen en el centro, es un equipo fuerte pero previsible (hubiese pasado también con Sissoko y, aunque quizá menos, con Zanetti). El mecanismo del equipo está claro: balón a quien esté arriba, preferiblemente a Amauri, y contención para proteger la defensa y el portero. Ayer el austriaco Manninger, que sustituyó al lesionado Buffon, y que estuvo muy bien durante todo el partido, ágil para parar dos tiros muy peligrosos (de Izco primero y de Biagianti después), pero que no pudo arreglar el desajuste de su defensa en el gol de Plasmati. Un gol que escoció a la Juve, que estrelló dos disparos consecutivos en el palo (Del Piero y Amauri), estuvo a punto de conseguir el segundo un minuto después con un disparo de Alex que paró Bizarri, que después también intervino magistralmente para parar un rechace de Poulsen. Demasiado tarde para intentar arreglarlo...

5 comentarios:

Mal sabor de boca; una sensacion de quedar insatisfechos que duele.
Se dejo ir el juego; pero ahora a pensar hacia adelante, a pensar en la Sampdoria (sumar puntos como visitante) y rescatar lo bueno: Del Piero y Amauri hacen buena dupla, Amauri es un killer y esta enrachado, Giovinco jugó y demostro que quiere seguir haciendolo.

...Forza Sempre Juve!

Giovinco puede encontrar en Banda los minutos que le hacen falta para cojer confinza.
La Juve tubo un fallo y el Catania lo aprobecho y luego no supo o no pudo ponerse por delante, no siempre se va a ganar aunque sabe a poco este empate.
Me sorprendio que con el 1-1 no saliera Iaquinta.

un saludo

Las penas, contra el Madrid, son menos penas. Y al son del gran Sabina, no te equivoques:

Y regresé
a la maldición
del cajón sin su ropa,
a la perdición
de los bares de copas,
a las cenicientas
de saldo y esquina,
y, por esas ventas
del fino Laína,
pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína,
volviéndome loco,
derrochando
la bolsa y la vida
la fui, poco a poco,
dando por perdida.

Hay una lágrima en el fondo del río, de los desesperados...

Recuerdos a la Vieja

Christian,

¿Con Cristiano Zaneti en el centro del campo el equipo hubiese sido algo menos previsible? La verdad, no difiere el ex del Inter de los Sissoko o compañía.


Un abrazo, amigo.

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