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miércoles, 28 de noviembre de 2007

223 goles, no es problema salir desde el banquillo

Questo è Del Piero, non uno qualsiasi
Titular o desde el banquillo, il capitano es quien da color a cada día de la vida de los aficionados de la Juve.
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Aunque salga desde el banquillo, Del Piero es el alma de la Juventus, el hombre capaz de marcar la diferencia y sobretodo el hombre capaz de divertir a la afición con goles y trucos de magia. Puede que por esto haya desaparecido de la cara de Alex el mal gesto que en algunos momentos del pasado ha acompañado su cara ante ciertas exclusiones incomprensibles. El pasado domingo, contra el Palermo, Del Piero nos dejó nuevas muestras de su bravura (y no porque hiciera falta) y, sobretodo, de su tremenda personalidad. Lejos de enfadarse por quedarse en el banquillo (sólo es la tercera vez), el capitán saltó al césped del Olimpico sustituyendo a Iaquinta con una sonrisa dibujada en su cara. Su entrada iluminó a la Juve, regalándole el juego que le faltó en la primera parte, la calidad de sus fogonazos de magia, dos goles, una asistencia... Una tarde magnífica.
Y es que la Juve se refleja en Del Piero (que se lo pregunten a Palladino) aunque este esté condenado a salir en la segunda parte. Y justamente en estas circunstancias hemos visto que el crack se transforma en super crack. Porque ha salido ha pasado de la media italia anti-Juve y no ha hecho leña. Para él fue un descanso, no un castigo: "He marcado dos goles en 23 minutos de partido en los que creo que me he esforzado al máximo, es una prueba de que he preparado bien el partido y que estoy bien", decía Del Piero el lunes en su página web. Sin crear polémica, como decía, podemos entrever un mensaje a Ranieri, "he preparado bien el partido (aún así se queda en el banquillo) y estoy bien". Traducido: Del Piero se entrena bien, prepara bien los partidos y está en un gran momento de forma, como atestiguan los 23 minutos que cambiaron la pinta de la Juventus.
Ya lleva 223 goles
Como decíamos, puede jugar como titular o salir desde el banquillo, pero Del Piero siempre será Del Piero. El rendimiento de Alex, hijo adoptivo de su profesión, ha sido siempre muy, muy alto. Tanto en los buenos (Marcello Lippi) como en los malos (Fabio Capello) momentos. Il capitano ha marcado ya 223 goles (y subiendo) con la camisola bianconera, un récord de difícilmente alguien igualará. En Italia existe una expresión muy famosa, el "passo indietro (paso atrás)", y son muchos los que dicen que si Alex retrasara su posición al centro o decidiese aceptar un rol a lo Josè Altafini, siendo un jugador más revulsivo podría alargar durante muchos más años su carrera. Pero es una cosa que a él no le interesa, porque Alex está convencido de que ya está alargando su carrera deportiva con concienzudos entrenamientos específicos, con la preparación escrupulosa de los partidos, con la profesionalidad y la seriedad que le han distinguido en estos 15 años en la Juventus.
Antes de firmar su último contrato con la Juve, Alex dijo: "Este no es mi último contrato, me quedan muchos años de fútbol por delante y sé lo que digo". También habló el lunes sobre la nazionale. Hablando de Eurocopa y Mundial (sus objetivos declarados) dijo: "En la vida se puede hacer de todo pero yo soy y me siento delantero. Espero poder ganarme un puesto con la selección, pero en mi sitio. He jugado muchos partidos fuera de sitio, y Donadoni lo sabe". En las 'batallas' personales, Alex ha salido siempre victorioso, y está convencido de vencer también esta: En junio de 2008 estará en Austria y Suiza y en 2010 en Sudáfrica. Se lo ha metido entre ceja y ceja, y lo podemos interpretar como una garantía.
Alex sufrió a Capello de manera irracional por sus interminables suplencias y sustituciones, y ahora 'sufre' a Ranieri por algunas suplencias que no cree merecer, pero con una sonrisa, Alex se siente bien. La experiencia, el nacimiento de su hijo y su grandísima autoestima (admitida por él) le han reforzado con un escudo para guerrear en mil batallas. Sabe que pase lo que pase acabará triunfando. Sabe que al final ganará él. El secreto de Del Piero está en el alma y en la cabeza. Se enfadó de manera palpable cuando don Fabio Capello, justificando con una punta de (inútil) sarcasmo las numerosas sustituciones, dijo que así alargaba la carrera de Del Piero. Una frase que Alex tiene clavada aún en el corazón, pero que, sarcasmos gratuitos de Capello a parte, esconde alguna verdad. Cogemos todos los goles de Del Piero: 131 con Lippi, 37 con Capello, 24 con Deschamps , 21 con Ancelotti, 5 con Trapattoni y 5 con Ra­nieri. La estadística nos sorprende diciendo que Del Piero ha marcado más bajo las órdenes de Capello. Y con esto no quiero decir que don Fabio tuviese razón...
Ahora que hemos visto que no es un problema salir desde el banquillo ¿cuantas más veces nos enseñará Alex la lengua?

lunes, 26 de noviembre de 2007

Serie A, 13ª J. Juventus 5-0 Palermo

Victoria de campeones


Una de las mejores Juventus del campeonato dio una lección magistral y desmontó al equipo de Colentuono, que no supuso nunca un problema. Marcaron Trezeguet y Iaquinta, que fueron titulares, y Del Piero dejó su sello con un libre directo espectacular.
Ya después de trece jornadas de liga y una (otra) victoria aplastante sobre un Palermo inexistente, ya nadie puede decir que es casualidad que la Juve esté segunda, aunque es cierto que el Inter es primero y aún con un partido menos. Pero la victoria de ayer es más que tres puntos, es algo más que una manera de llegar al segundo puesto. La victoria de ayer acabó con una racha negativa de dos empates consecutivos (Inter y Parma) y manda un mensaje claro a quién la semana anterior se apresuró a decir que este cameponato sería un mano a mano Inter-Roma. Este resultado, una orgía de goles, es en definitiva más importante sobre el plano psicológico, que una confirmación de la calidad técnica o de la valía de una táctica. En el fondo fueron dos enormes delanteros, Trezeguet y Iaquinta (17 goles entre ambos) los que asestaron un espadazo a la 'defensa' del Palermo, haciedo fácil, casi como si de un mecanismo se tratara, algo que por un poco pareció complicado. Después Del Piero redondeó el marcador con el tercer, de falta, seguramente lo que se le da mejor, Marchionni dilató la opera con un gol con el que se recuperó a sí mismo, y ya al final, otra vez Del Piero (de penalti que le hicieron a un Nedved en claro crecimiento) puso el broche de oro a una de esas noches que saben a verdadero fútbol en Turín.
Las ganas de la Juve en el retorno a la liga y con la visita a San Siro el próximo sábado en mente superaron ayer lo imaginable (también lo esperable). Y no sabemos que hubiera pasado si Ranieri hubiese optado por un centro distinto al que planteó de inicio, con Tiago (que no dispuso ni de un minuto) en el lugar de Nocerino, que parece que anda ya en la reserva, y nos van desvaneciendo las ansias de tener nuestro particular Gattuso. Quizá la Juventus hubiera sufrido menos en el medio, donde la inferioridad numérica se juntó algún tiempo con el buen hacer del trivote Simplicio-Guana-Ca­serta, quizá la Juventus hubieramos tenido una circulación de balón más fluida, más eficaz. Pero son sólo quizás, porque no sabemos si Tiago hubiera aprovechado su oportunidad. Y, cómo no, tuvo que acudir Trezeguet, con una cabriola para rematar la dejada de cabeza de Legrottaglie a saque de córner, para transformar el partido que estaba siendo lento e impreciso en lo que sería la marcha triunfal del equipo. Desde el momento en que la Juve se adelantó con el 11º gol de Trezeguet, el Palermo se vio obligado a cambiar su discurso y a dejar espacios que la Juve aprovechó. Primero con un gran cañonazo de Nedved que sacó Barzzagli de porteria, y después, en el 41 con Iaquinta, que se revolvía en el área para cazar un centro de Camoranesi, superaba de manera casi imposible a un Barzzagli que parecía dormido y ponía el 2-0 en el marcador. Iaquinta, que antes, con dos faltas, había obligado a Agiardi a emplearse al máximo; Iaquinta, que gran actuación tras gran actuación muestra que fue una contratación sensacional y que puede ser titular en cualquier momento. Ayer 'dejó en el banquillo a Del Piero, y alguién en Italia se afanó a criticar al 10. Tiempo les sobró para tragarse sus palabras. A los 3 minutos de saltar al campo sustituyendo a Iaquinta, Alex puso el 3-0 con una punizione de esas que están patentadas.
A Buffon le vimos intervenir por primera vez en el 7' de la segunda parando un tirito de Zaccardo, cuando Colentuono decidió cambiar su desastroso sistema metiendo a Edson Cavani en el puesto de Caserta, variando un 3-6-1 a un 3-4-3. Un hecho aislado, una anécdota, sólo se quedó en eso, en una variación del sistema, porque la Juve no dejó de atacar, auspiciada por los miles de espacios que dejaba atrás el Palermo. Al tercer gol de Del Piero le siguió el de Marchionni (que entró por Camoranesi), que fue la culminación de una contra letal comandada por el capitán. El hecho de que al capitán no le gusta descansar y se tema algo no muy bueno lo vimos en una bronca que le echó a Palladino después de que el napolitano no le devolviera un balón. El propio Del Piero marcó el penalti del 5-0 (faltita de Biava a Nedved) y ahora espera estar el próximo sábado en la Scala del calcio. Otro banquillo convertiría su descanso en un caso a ojos de muchos, entre ellos los aficionados. Pero la impresión es que esta Juventus está preparada para darnos grandes sorpresas, y no hay un sitio para vibrar mejor que San Siro...

lunes, 12 de noviembre de 2007

Serie A, 12ª J. Parma 2-2 Juventus

Más fuertes que el árbitro


En Parma la Juve consiguió el empate de la rabia. Los locales se adelantaron con otro penalti polémico y después Pisanu ponía a Ranieri contra las cuerdas con el 2-0. 70 minutos de pena y en 20 minutos de lucha la Juve consiguió remontar el partido, que hubiera sido redondo de no ser por el inexplicable gol anulado a Iaquinta en el 94'.
El riesgo, en casos como el de ayer, es confundir nuestro corazón, nuestro amor (que rima con ardor), enfatizando a la Juventus, que no muere nunca, que no se da por vencida, que tira de orgullo y de rabia, que sale como sea de las situaciones límites. Sí, esto es cierto, plausible, pero no debe hacer de parabán ante las preocupantes lagunas que ayer mostró el equipo de Ranieri durante unos 70 minutos donde estuvieron mal en todas las facetas, indecisos, insipidos, blandos, inconexos, vamos, negados, regalándo un 2-0 merecidísimo al Parma. Todo esto mientras el señor colegiado Gabrielle Gava era por enésima vez el protagonista de un arbitraje cuanto menos discutible, seguramente fuera de la serenidad y ciertamente negativo para la Juventus, que ha visto como le anulaban un gol (el 2-3 marcado por Iaquinta), después de haber recibido el sexto penalti en contra en 12 partidos (esta vez no fue inventado, pero si generoso, riguroso cuanto menos). Estos son todos los elementos para entender el partido de ayer: La peor actuación de la Juventus en toda la temporada durante 60-70 minutos, la mejor en la última media hora y el árbitro. Si lo juntamos todo sale un 2-2 difícil de calificar como justo.
Desde el primer minuto ayer se vio una Juventus deshinchada, desganada, no sé si por todo lo que estaba pasando en Italia. Los jugadores le quitaron la razón a Ranieri, que había planteado un '11' muy correcto, en el que sorprendía la ausencia de Iaquinta. Nocerino se vio perdido, fuera del partido. Y el experimento de meter a Criscito en el lateral se reveló como un fallo. Estos tres errores fueron corregidos en la reanudación con la entrada de Iaquinta (quizá debió sustituir a Trezeguet en lugar de Del Piero), la sustitución de Nocerino por Tiago y el cambio de puesto entre Chiellini y Criscito.
Por contra, vimos un Parma que iba a 100 desde el principio. Gasbarroni y Reginaldo se merendaron completamente a Grygera y, sobretodo, a Criscito. Se pasaron el partido en la mitad de campo bianconera y su único lunar (grande) fue que no supieron concretar esa superioridad. Tanto que para conseguir su ventaja necesitaron el 'penaltito' que concedió el árbitro por el contacto (casi inexistente) entre Cristiano Zanetti y Reginaldo que se deja morir en el área de la Juve. Era el minuto 43, y Gasbarron se encargaba de poner al Parma por delante. Hasta ese punto, aún habiedo dominado y llevado el peso del partido, el Parma sólo dispuso de dos ocasiones para adelantarse en el marcador con Pisano en el minuto 7 y otra con el propio Reginaldo en el 23'.
Durante el descanso salió Del Piero, dejando su puesto a Iaquinta, el primer elemento con el que Ranieri pretendía revolucionar el partido. Pero la Juventus seguía espesa, tanto que el Parma pudo marcar en el 7' (error de Criscito que Cigarini no aprovecha) y consiguió el empate en el 12' con Pisanu, que aprovecha un gran pase de Gasbarroni, supera un impasible Grygera y bate a Buffon en la salida.
El 2-0 escoció el orgullo de la Juventus y Ranieri (que se vio perdido) dio entrada rápidamente a Tiago y Salihamidzic (que sustituían a Nocerino y Grygera que, para decirlo levemente, calificaremos su actuación como discretita), que dieron ideas, el primero y energias, el segundo. Mientras tanto, Di Carlos se autopracticaba un hara kiri futbolístico, quitando a Gasbarroni (el más peligroso por parte parmesana) para meter a Dessena y después dando entrada a Morfeo en el puesto de Pisanu. Es decir, ataque de entrenador que en esta ocasión se manifiesta sacanado del campo a los goleadores.
El Parma se amotinó en su campo y la Juve aprovechó para atacar (ya era hora). Tiago lanzó una falta que Legrottaglie, con un magnífico salto que dejó fuera de juego a Morrone, se encargó de convertir en el 2-1. Después, tras el enfrentamiento entre Chiellini y Morfeo a lo Far West y sus respectivas expulsiones (el primero entró mal al segundo, que respondió cogiéndole de la cara), llegó el 2-2. Salihamidzic se desdobla, centra para Trezeguet, que le deja el balón a Iaquinta, quién la para, se libra de la marca de Falcone y marca.
Ya drogados por el entusiasmo y la rabia, la Juventus le marcó el 2-3 a un trastornado Parma en el 48'. Falta de Palladino (pitada por falta sobre Zanetti de Colly que vio una roja rigurosísima) sobre la cabeza de Iaquinta que acaba en gol. Anulado de manera inexplicable. Iaquinta no comete falta sobre Castellini y no se ve nada más pulible en la acción. El árbitro, que no quiso meterse en más lios de los que se había metido pitó el final de un partido que no acabó bien, quizá porque no debió empezar.

sábado, 10 de noviembre de 2007

La nueva norma de la FIFA favorece a la Juventus

Juve, el futuro es tuyo

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El presidente de la FIFA vio el derby del domingo pasado y le "desilusionó mucho ver al Inter sin ningún italiano". La ley que limitará a 5 los extranjeros sobre el terreno de juego parece estar más cerca cada día, y los grandes clubs tendrán que hacer auténticas revoluciones.

La lineación del domingo pasado del Inter no le gustó nada a Josepp Blatter. El mega presi de la FIFA contó los italianos que había en el campo y se quedó alucinado. "Lamento ver al Inter sin ningún italiano, ni siquiera después de las sustituciones. Es necesario una nueva norme que limite la utilización de jugadores extranjeros". La historia es viaje, la lucha más aún, el debate todavía más, pero parece que ahora Blatter va en serio. El objetivo: 6 jugadores nacionales en el once titular. Y bueno, cómo decirlo... El Inter, con sólo 5 jugadores italianos (entre ellos dos porteros) no podría ni inscriberse en el campeonato (y ya no por temas económicos). Mismo problema para el Milan (que tiene 'sólo' cuatro extranjeros en el once tipo, pero el banquillo lleno), al límite de la regularidadestaría la Roma que ahora tiene 5 extranjeros, pero parece que con la gran cantera que tiene arreglará la situación. Y con los papeles en regla ya estaría la Juventus, que el domingo pasado, mientras Blatter tragaba saliba leyendo los nombres interistas, dispuso apenas de 3 extranjeros en el '11', acabando el partido con 9 italianos.
Por lo que parece que la Juventus ya está en el futuro. Por lo que podríamos decir que el futuro es suyo. Y no sólo eso, la Juventus podría afrontar sin ningún temor una entrada rápida e inesperada de esta norma absurda por otra parte, que pretende separar el fútbol de todas las demás profesiones (y no quiero hablar de clasismo). El caso es que la Juventus no debe temer por esto, es más, le puede beneficiar. La Juventus cuenta ahora con una serie de interesantísimos jóvenes talentos, de Giovinco a Marchisio, de De Ceglie a Paro, todos cedidos mostrando su enorme potencial. Se avecinan años gloriosos. Porque la brillante política que este consejo está llevando a cabo con los jóvenes puede dar unos frutos muy valiosos. Marchisio se ha apoderado del juego del Empoli, Giovinco está entrando y marcando, De Ceglie, Volpato y Piccolo jugando con regularidad están adquiriendo la experiencia necesaria. Cultivar la cantera, como se ve, tiene sus beneficios. Esta Juve 'italiana' tiene dos grandes ventajas: no tendría que revolucionar la plantilla como otros grandes (no sólo en Italia), pero si la reforzará con la vuelta de los cedidos y a coste cero; y, sobretodo, podrá fichar extranjeros. Pocos, pero buenos. Si tomamos como ejemplo el equipo que jugó el domingo pasado contra el Inter con 8 italianos y tres extranjeros, quedaría sitio para otros 2 foráneos.
Por ejemplo, en el caso de Ivanovic, donde Inter y Chelsea se han metido en la pelea, la Juve tendría ahora una ventaja enorme sobre ellos, porque tiene mayor libertad para fichar.
Otra consecuencia de esta regla que, repito, a mi parecer cuartea libertades y atenta contra la libertad de movimiento de las personas (y por otra parte nivelaría en cierta medida las diferencas de calidad de las ligas de distintos paises), es la revalorización al alza de los jugadores italianos, que se convertirán en piedras preciosas para quién tenga que renovar el equipo. Por ejemplo, si hoy Claudio Marchisio puede costar 5-6 millones de euros, con esta norma que limita los extranjeros, el precio del jugador en una hipotética (casi imposible) venta sería de 9-10 millones de euros.
Por otra parte, el famoso desnivel entre las plantillas de Juventus e Inter desaparecerá o incluso se decantará en favor de la Juve, porque el Inter debería desprender de la mayor parte de su plantilla y reconstruirla a base de italianos. Y tendrán que ser italianos de calidad, porque los únicos cracks italianos que tiene el Inter son Toldo y Materazzi, y ambos sobrepasan ampliamente los 30.
La posibilidad de que todo esto acabe siendo una realidad es alta, pero el saber cuando es una incógnita. El hecho de que Blatter y Platini esten de acuerdo es un indicativo, así como la preocupación de muchos clubes que ya han expresado su descontento e intentan frenar el proyecto. El tiempo dirá cual es la capacidad de decisión que algunos clubes tienen en la toma de deciones y que intentarán frenar esta. Pero sin darse cuenta que, lejos de leyes y normas, la dirección correcta es esa en que la Juventus tiene ya una amplia ventaja.

Los grandes en Italia
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miércoles, 7 de noviembre de 2007

cara a cara

Sousa y Tiago
Dos "lavadoras" en el centro del campo

Paulo Manuel Carvalho Sousa y Tiago Cardoso Mendes: dos portugueses que han compartido una de las camisetas con más tradición de Europa, por lo que es inevitable la comparación entre el nuevo fichaje Tiago y Paulo Sousa, que con la Juventus ganó en dos temporadas el Scudetto y la Champions League. Dos portugueses, dos centrocampistas, y porqué no, dos jugadores parecidos. Aunque claro, por ahora las similitudes acaban aquí. Paulo Sousa sólo disputó dos temporadas en la Juve, pero su estancia en Turín dejó un sello imborrable Un centrocampista extraordinario por calidad y cantidad de jugadas. Siempre dispuesto en la ayuda a los compañeros en los momentos difíciles, presionando al rival, robando y pasando la pelota rápidamente para empezar el contra ataque. Sousa poseía una extraña capacidad para mantener junto el equipo, cortando, repartiendo, jugando siempre al primer toque, dispuesto a defender y a comandar el juego de todo el equipo. Uno de sus lunares era el disparo (algo típico en muchos portugueses) y una fragilidad muscular que le tuvo mucho tiempo en la enfermería. Prácticamente lo que hemos dicho sobre Sousa lo podemos rescatar para hablar de Tiago. Podemos usar un termino que alguién le aplicó a Sousa en una ocasión: "lavadora", por su capacidadde coger balones 'sucios' e inservibles y transformarlos en 'limpios', fácilmente jugables para los compañeros. Y es ese mote, "lavadora" el que Tiago recibió en el OL, por su magnífica capacidad de poner orden en la zona más nerviosa del terreno de juego. Muy puesto en labores defensivas, el líder que guió a Portugal al cuarto puesto del último Mundial, es muy válido también en ataque. Arma mejores disparos que Sousa. Respecto a Sousa, Tiago ha llegado a un equipo profundamente renovado, por lo que necesita paciencia en un periodo de adaptación que se está presentando más complicado de lo que se podía presumir.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Serie A, 11ª J. Juventus 1-1 Inter

Orgullo juventino
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Cruz adelantó al Inter a cinco minutos del descanso poniendo en el marcador un resultado injusto. La Juve, a base de orgullo, garra y corazón, sacó un empate que mantiene el duelo; el de 38 partidos.

No ganó nadie. Quizá estaba escrito en el destino que la madre de todos los partidos tenía que acabar así, sin un vencedor ni un vencido, sin escenas de alegria desbordada ni de tristeza, sin una muesca más que meter en una rivalidad histórica y dilatada en los dos últimos años. En los sueños de la Juve estaban las ganas de venganza, de victoria aplastante, de justicia postuma. En el realismo del Inter entraban otro tipo de previsiones, pensando más en el largo plazo, en la reconquista del campeonato, porque para ellos, que están arriba, el partido de ayer podía ser perfectamente uno más. Pero no ganó nadie. Y nadie está descontento. La Juventus que no se vio superada por el Inter y sigue todo igual, a cuatro puntos de distancia; el Inter que no falló en un partido de mucha presión. Abrió el marcador Cruz, que en un principio no iba a estar y lo devolvió a la igualdad Camoranesi. Uno a uno. Puede que sea justo, puede que no. El 22 de marzo la replica en San Siro.
La intensidad del primer cuarto de hora de partido no es comparable a la de ningún otro de la historia reciente del calcio, porque a la desmesurada entrega de quien estaba en el campo se sumó la intensidad de los aficionados juventinos, que vivieron una explosión continua. Cantos y demostraciones de rabia que arrinconaron al líder y vigente campeón, convirtiéndole en un equipo desorganizado, incapaz de mostrar su potencial, noqueado en el centro y en continuo fuera de juego, donde Ibrahimovich, Cruz y Cesar cayeron por lo menos en quince ocasiones. La única vez que falló la táctica del fuera de juego, en el minuto 40, el Inter lo aprovechó con un gol de Cruz, la sorpresa de Mancini, un abonado al gol a la Juventus. Cesar le metió un pase perfecto en profundidad por el centro, Cruz se desprendió perfecto de la marca de Legrottaglie, y habilitado por la posición de Grygera, marcó el sexto gol de su carrera a Buffon.
La incidencia del factor campo fue impresionante. El público vibró de manera tremenda con el equipo cuando la Juve estuvo cerca del gol en tres ocasiones en la primera mitad. Pimero con Zanetti (disparo que rechaza Córdoba), después con un disparo alto de Nedved y por último un disparo de libre directo de Del Piero que Julio Cesar envió a córner. Pero, fatalmente, al final empezaron a aparecer algunos pitos, y es que no todos los aficionados supieron valorar las prestaciones y la entrega del equipo.
Uno de los problemas que ayer tuvo la Juve fueron los laterales. Nedved, uno de los más peligrosos del equipo, no encontró apoyo en ningún momento en Molinaro, más pendiente de contener a Figo. En la derecha Palladino también estuvo muy sólo, sin tener ni en una sola ocasión la ayuda de Grygera, ocupado parando a Cesar. Los dos extremos tuvieron que cobrar más protagonismo en la segunda mitad, pero la Juve salió gripada. Vivimos una lucha intensa entre Zanetti-Cambiasso y Zanetti-Nocerino: unos atacando, otros esperando. La Juve colgó muchos balones al área, pero ninguno a la cabeza de Trezeguet. El francés fracasó en el partido, pero no por deméritos, si no por la ausencia de oportunidades: era el más temido, pero sólo tuvo una oportunidad en todo el encuentro. También Ibrahimovich, abucheado, desilusionó: dijó que los pitos le motivarían, y en realidad le pretificaron. Como cuando tuvo la oportunidad al borde del descanso de marcar el segundo del Inter, dejándose robar la cartera por Chiellini.
Condenada a remontar, la Juve cedió al Inter la oportunidad de la contra. Rocchi anuló a Cambiasso un gol por fuera de juego, claro, tras aprovechar el rechazo de un disparo de libre directo de Chivu mal despejado por Buffon. Ahí Ranieri apostó por el cambio que el equipo pedía. Iaquinta relevó a un Nedved que lo dio todo y estaba amonestado; la respuesta de Mancini fue meter a Burdisso por Figo.
Es una regla no escrita del fútbol que cuando especulas con la victoria lo acabas pagando, y eso le pasó ayer a Mancini. Ranieri le dio entrada a Camoranesi sustituyendo a un Del Piero que acusó la poca claridad y las imprecisiones del juego de su equipo. En su primera acción, Camoranesi le metió un pase perfecto a Iaquinta, que dejó a Trezeguet, obligando a Julio Cesar a hacer su primer gran intervención del partido. Con el partido ya más abierto, el Inter aprovechó más la velocidad de Suazo, que dispusó de dos oportunidades para marcar, que entre él e Ibrahimovich desaprovecharon. Fue Camoranesi quien en el 32 de la segunda devolvió la igualada al marcador. Palladino manda a por el pan a Córdoba, le pone un centro medido a Iaquinta, que ve la llegada de Camoranesi y le deja el balón, el argentino la engancha, pega en Samuel y se cuela en la meta de Julio Cesar. Un gol que, de momento, lo cierra todo.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Serie A, 10ª J. Juventus 3-0 Empoli

'3-zeguet' advierte al Inter

Una Juve letal batió sin problemas al Empoli de la mano de Trezeguet, que ha marcado 10 goles en 10 jornadas. Los visitantes acabaron jugando con 9 por las lesiones de Balli y Volpato. El delantero Saudati hizo de portero durante más de 20 minutos.
Trezeguet festejó ayer y por adelantado el 110 aniversario de la Juventus. Cogió un altavoz y mandó un aviso a navegantes: La Juve está aquí. 3 goles que sirven para pasar el último test antes del partido del año, el Juve-Inter del próximo domingo. Y 3 goles que le sirven a David para batir otro récord: ayer marcó su gol 150 con la casaca juventina.
Ayer la Juve sufrió más de lo deseado en los primeros minutos, no entró en el partido como tiene que hacerlo, le faltó vigor, algo que no podrá ocurrir el domingo por la tarde, donde la Juve tendrá mostrar sus ganas de Scudetto y tendrá que confirmarse como alternativa al Inter. También es posible que la Juventus, además de las ausencias importantes, haya tenido en mente el partido del domingo, rival histórico y el club que nos ha 'robado' un título de Serie A. Seguro que veremos una Juve más metida en el partido que la de ayer por la tarde. Una Juve que llega para resolver la cuenta pendiente con el Inter de la mano de un Trezeguet en racha y un Del Piero mucho más a tono, decisivo y carismático.
Pero vayamos al partido de ayer. Más que los tímidos arreones iniciales del Empoli, la Juve se sufrió a ella misma, jugadores algo fuera de forma, con la cabeza en otro sitio, con un Salihamidizic difuminado, con los laterales sin cruzar la línea de centro... Ayer el equipo de Ranieri (al menos en el primer tiempo) dio la impresión de haber perdido el carácter y la determinación que hasta ahora le había sostenido en los momentos complicados.
Todo esto nos dejó un primer tiempo muy gris, tanto de la Juve como del Empoli. El partido estuvo dominado por la contención, a veces exasperante. Los dos equipos coleccionaron un número de errores terrible: en la marca, en el pase, en la defensa, en el desmarque... Vamos, que ayer vimos posiblemente a la peor Juve de lo que va de año, y el Empoli, que no es menos, le hizo buena compañía.
Lenta e incapacitada, la Juve sólo probó dos veces a Balli: la primera con un gran tiro de Criscito que rebotó en el cuerpo del portero y fue fuera y la segunda con un disparo de falta de Palladino. Con esto podemos resumir la primera parte. Cierto que las bajas de la Juve eran muchas, pero no justifican el primer tiempo deprimente que sufrimos ayer. Vimos de nuevo un Tiago descolocado, presionado. Dudaba entre atacar (y arriesgarse a cometer un error) o defender y no destacar, así que no optó por ninguna de las dos cosas y desapareció del partido.
A la Juve le hacía falta algo para entrar en el partido. Y encontró un penalti claro en la salida de Balli, que derriba a Trezeguet. Amarill para el portero y primer gol de Trezeguet. Con el marcador en contra y el equipo hundido, Gigi Cagni buscó la reacción de sus chicos apelando a la calidad del joven juventino Giovinco (que hizo cosas interesante entre los aplausos del público del Olímpico). Y tras el segundo gol de Trezeguet dio entrada de manera algo precipitada a Abate y Volpato, lo que después se revelaría como un error tras la lesión de Balli, que dejó al equipo con 10 y a Saudati de portero.
Pero volvamos atrás, al segundo de Trezeguet: nace de un tiro libre botado por Tiago milimétricamente a la cabeza de Trezeguet. La historia se repitió en el 25 de la segunda: Del Piero le pone un pase perfecto a Tiago, el portugués controla en su mejor acción como juventino, y lanza un zurdazo que Balli deja muerto para que llegue Trezeguet y marque el tercero de la noche. Centocinquantesi­mo gol con la camisa de la Juve, la mejor manera de celebrar los 110 años de historia que hoy cumple la Vecchia Signora.

Y aquí acabó el partido. Con la lesión de Balli, la Juve dio una lección de caballerosidad y renunció a acribillar a Saudati, el delantero-portero del Empoli. Se lesionó también Volpato a los diez minutos de entrar en el campo, y el Empoli acabó con nueve. Acabó el partido, y en ese momento empezaba ya el cara a cara con el Inter.

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