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La reciente historia bianconera nos devuelve a la mente un tridente triunfal que se nos puede asemejar al que Ranieri planteó el domingo en Roma. En la temporada 94/95 la Juventus de Marcello Lippi se presentaba en ataque con Alessandro Del Piero, Fabrizio Ravanelli y Gianluca Vialli, sin perder de vista a un tal Roberto Baggio que solía ocupar el banquillo ante la eclosión de Pinturicchio. Con una pareja de centrocampistas formada por Paulo Sousa y Didier Deschamps el equilibrio táctico y el buen juego estaba garantizado. Aquél equipo que contaba con Conte, Ferrara o Torricelli entre otros, consiguió ganar un Scudetto 9 años después.
Hoy es Del Piero el encargado de volver a formar otro gran ataque con Vincenzo Iaquinta (como Ravanelli) y David Trezeguet (este comparable a Vialli, aunque el francés es más '9' que el ex fuoriclasse bianconero). A Nocerino y Zanetti, como a Almirón y Tiago, les toca guardar las espaldas del trio atacante, como hicieran en su día Deschamps y Sousa.

Iaquinta marcó el gol del empate a tres minutos del final que dejó en idículo la defensa romanista y mostró la relajación de la Roma, que pensaban que tenían el partido ya ganado, y así la Juve te mata. Del Piero falló otro penalti en los albores de la segunda mitad en ese campo que ya es maldito para él y le impidió igualar el marcador tras el doblete de Totti. Por si fuera poco, de Alex fue el error que dió lugar a la jugada del segundo gol de la Roma. Partido para olvidar de Del Piero tras los tres palos contra el Udinese. En el cara a cara personal contra Totti, Alex sale perdiendo, pero no es sólo culpa suya. No lo digo por los dos goles, ni por la obra de arte que hizo en su primer gol, dejando aún a Criscito buscando al 10 romano; sino por su contribución global al equipo, porque no todos los giallorossi estuvieron a la altura de este partido. Mexès fue el 'culpable' del cabezazo de Trezeguet, Iaquinta le hizo sudar tinta a Juant, Perrotta, Taddei y Giuly estuvieron un poco off y Cicinho cometió un panalti tontísimo y una falta de saque más tonta aún que le dió el segundo gol a la Juventus.
Ayer, además, en un partido intenso (y precioso) se lesionó Andrade, rotura de rótula. Algo que nos hace dudar de su futuro en el fútbol. Una mala noticia, pero ninguna catástrofe. Andrade no es el líder que esperaban en la Juventus, es un defensor correcto que en la Juve no ha encontrado quién disimule sus errores. Criscito, que ayer regaló el primer gol a Totti (que estaba en fuera de juego), víctima de su ingenuidad y de su peso pluma, empezando a confirmar los pensamientos de quienes dicen que Criscito debe jugar de lateral, aunque estaría bien darle tiempo para adaptarse y a saber llevar el peso de la camiseta que lleva. De todas maneras, en la segunda parte salió Legrottaglie, que dió otra imágen a la defensa, con más presencia y más contundencia. Por otra parte está Grygera, que ayer debutaba con la Juve y lo hizo cuajando un gran partido, tanto de lateral como de central cuando Birindelli, que rayó un gran nivel, sustituyó al lesionado Andrade. El checo, un gran jugador que llegó gratis, equilibra las cuentas de la Juventus que pagó más de 20 millones por Tiago y Andrade. No por Iaquinta, 11'5 millones bien gastados.
Ha vuelto el escándalo. Mas bien, nunca se fue. El Calciopoli alarga su grotesca sombra y establece ahora que la Juve debe seguir pagando todavía. Aunque ya haya pagado, aunque haya pagado más que nadie, aunque no sepamos por qué debe seguir pagando. Parece que no bastan los dos Scudetti sustraidos (uno con una especial injusticia), el descenso a Serie B, la penalización de -30 puntos, despues de -17 y finalmente de -9. No basta la disolución de un equipo entero y de su junta directiva, ni la descalificación de la Champions (al contratio que el Milan) con el consecuente riesgo de sufrir serios problemas económicos. No basta haber soportado espias en Serie B que nuestra calidad técnica y moral demostraron que eran inútiles. No basta haber soportado arbitrajes indignos en Serie B, como el del propio Farina en Genova; ni basta tampoco que sólo nos pitaran 3 penaltis a favor la pasada campaña, por cuatro en contra. Parece que todo esto no basta. Parece que es poco.
Contra el Udinese se vivió un hecho que se puede calificar como histórico. Hasta el domingo, en ningún estadio italiano, como pasó en Turín, nadie que hubiera lanzado un petardo o una vengala había sido identificado, acusado y arrestado por los demás aficionados para entregarlo a la seguridad del estadio mientras todo el graderio increpaba la actitud del energúmeno. Es un pecado que nuestra buena voluntad y nuestra colaboración no se vea recompensada con una arbitraje justo, sólo eso, justo.


Después, y entre semana, le tocará a Del Piero, con la ayuda de su hermano en esta ocasión, jugar otro partido. Será algo delicado y difícil, ya que se tratará de dar un gran paso alante, puede que definitivo (esa es la esperanza de los aficionados), en las negociaciones con la Juve para prolongar su contrato, que acaba el próximo 30 de junio. En los últimos días, desde el club se ha mimado mucho a Del Piero, diciendo que la situación que ha vivido con la selección no afectará a la renovación. La Juve dice que Del Piero es fundamental para ellos. De todas maneras, parecen elogios de circunstancia. Por una parte quieren dar ánimos a un Alex tocado, pero sabiendo que en la negociación no regalarán nada. Del Piero quiere reunirse con el staff técnico de la Juventus antes de hablar de su contrato. No quiere pisar una grada más. No quiere ser líder espiritual del equipo. No quiere ser padre de nadie (sólo de su futuro hijo). Vamos, que no quiere hacer lo que hizo Ferrara en sus últimos años como jugador. Del Piero quiere jugar, quiere ser y sentirse útil en el futuro de la Juventus. Por eso exigirá un contrato hasta 2010, sin ningún incentivo, ni ninguna triquiñuela. Dos años más, simple y llanamente. El sueldo no será problema.

Demasiados goles encajados


Nueve porteros, Buffon podría completar el Top Ten, ¿en qué posición?

